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Basico – Sistemas de Riego Automático IV

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Llega el momento de terminar este capítulo, no sin antes pasar a conocer unos aparatos que nos permiten regar de forma controlada sin estar presentes, y que son los programadores de riego. Desde un simple reloj electrónico hasta los complejos sistemas especializados para agricultura existe una amplia gama de dispositivos que nos asistirán en nuestra tarea.

Por: Luis Hidalgo

A lo largo de este capítulo hemos visto distintos sistemas de riego automático, así como las diferentes estructuras y configuraciones, de manera por poco dinero cualquiera pueda instalarse uno en su casa, ya sea en exterior o en interior. Al final del artículo haremos un breve resumen de todo el artículo, pero antes vamos a entrar en el mundo de los programadores de riego, aparatos que de una u otra forma se encargan de activar el sistema sin necesidad de nuestra presencia. Si bien en el mercado existen multitud de modelos con distintas prestaciones, podemos hacer una tipificación básica que los divide en tres grupos: relojes on-off, integrados o compactos y los de electroválvulas o solenoides.

Regando a Distancia

Ya hemos expuesto en entregas anteriores los motivos y causas para poner un sistema automático de riego, pero podemos decir que los principales son el ahorro de tiempo y el poder permanecer varios días fuera del cultivo, mientras este funciona “solo”, dependiendo del volumen del depósito y la cantidad de plantas a regar.

Para ello, se hace necesario algún tipo de dispositivo que controle cuando se riega cuanto tiempo, o sea un programador. Como decíamos más arriba, el más sencillo y seguramente más utilizado sea un reloj programador. Debemos evitar los mecánicos ya que acaban fallando en poco tiempo y el fallo es que de un riego a otro, de repente se quedan “pegados” siempre en “on”, lo que suele acabar en inundación si los depósitos de recogida son pequeños o estaban muy llenos. Además, el tiempo mínimo de encendido o apagado suele ser de 10 o 20 minutos, tiempo excesivo para un riego.

Así pues, lo ideal es uno electrónico y de calidad, intentando evitar los de bajo coste de los bazares. Estos relojes se pueden ajustar al minuto y suelen disponer de varias programas para todos los días, días alternos, fines de semana o día a día, con lo que cubren todas nuestras necesidades. Simplemente se conecta al enchufe, se programa y se conecta la bomba de agua a él. Suelen disponer de un botón “on”/”off” manual que nos sirve para dar un riego puntual fuera de programa y también para controlar la programación inicial. Para ello, una vez pinchados todos los goteros, los grifos abiertos y los depósitos de recogida colocados en su lugar, miraremos la hora en el reloj programador y cuando cambia el minuto pulsamos “ON”. En el momento que las plantas empiezan a drenar, paramos el riego y vemos los minutos que han transcurrido (por ejemplo, dos minutos). A continuación esperamos el tiempo necesario para que las plantas pidan un nuevo riego lo anotamos (por ejemplo 12 horas) y volvemos a regar, ahora ya con el reloj programado con un riego de dos minutos cada doce horas. Si todo va correcto, ya tenemos el reloj programado, aunque es posible que haya que cambiar la frecuencia dependiendo de la temperatura, ventilación, etc en caso de que alguno de éstos parámetros cambien.

Tecnología Avanzada

Si bien los relojes programadores van perfectos para el riego con bomba de agua, no van bien en el caso de que queramos que el sistema de riego se alimente directamente del grifo. En este caso tendremos que usar los programadores de tipo compacto o los de electroválvulas. Los primeros, muchos más económicos, se intercalan entre el grifo y la conducción principal del montaje e incorporan sobre ellos mismos los mandos para controlar frecuencia y duración de riego, de manera que podemos decidir que se riegue 5 minutos cada día o cada dos días (hay más opciones) o bien por horas (cada 6 horas, cada 12…).

Estos programadores no tienen reloj visible, por lo que son poco versátiles y lo ideal es utilizarlos cuando usamos contenedores grandes para las plantas. Para programarlos usamos la misma metodología que con los relojes programadores, teniendo en cuenta que en este caso debemos controlar el tiempo y la frecuencia con un reloj o cronómetro. Hay que recordar que aquí la presión del agua depende de la apertura del grifo, así pues deberíamos intentar que fuera siempre similar para lo que realizaremos una pequeña marca que nos indique la posición del grifo para poder recordar cuánto hay que abrir éste. Por último, recordar que funcionan con pilas, por lo que debemos estar atentos a la carga de éstas y proteger el programador de la lluvia en caso de encontrase en exterior.

Por último, están los programadores de riego para electroválvulas y relés, que son lo más avanzado y versátil posible. Dependiendo de lo que nos queramos gastar, podemos no sólo controlar tiempo riego y frecuencia sino además el ph, e incluso aportar nutrientes. En el colmo de la sofisticación pueden incorporar distintas sondas como de humedad o de temperatura pudiendo programar los riegos en función de éstos y otros parámetros, por ejemplo, anular el siguiente riego si ha llovido hace menos de 6 horas..

Poseen pantallas LCD de mayor o menor tamaño que facilitan enormemente las tareas de programación y monitorización y suelen ser en general bastante sencillos de programar y utilizar. Disponen de distintas entradas que proporcionan información al controlador y salidas que activan electroválvulas o relés programables independientemente. Para su instalación básica sólo hace falta una primera electroválvulas tipo “llave de paso” que será abierta o cerrada por el controlador según nuestra programación. A partir de ahí podemos ir incorporando entradas (control de humedad…) y salidas (depósitos de ph + y ph – y/o nutrientes) que interactúan con las salidas, por ejemplo, si se detecta que el pH está bajo, el sistema lo corrige aumentándolo hasta el valor programado.

Resumen

Hacemos un breve resumen de todo lo expuesto a modo de recordatorio. Los elementos necesarios para un sistema de riego automático son: Depósito de agua y bomba o una fuente de agua como un grifo en el caso de no usar bomba, controlador de riego, conducción principal en serie o en paralelo (ver gráficos adjuntos), microtubos y goteros y depósitos de recogida de agua sobrante.

Primero se impermeabiliza el suelo del espacio (en interior) y luego se diseña el circuito sobre papel considerando todos los factores ya sea en interior o en exterior (obstáculos, piezas “T”, “L” y tapones, llaves de paso por sectores y demás). Una vez diseñado se monta toda la conducción principal y después los microtubos controlando su longitud para que lleguen a todas las plantas.

Cuando tenemos toda la conducción lista, hacemos pruebas en vacío al objeto de conocer exactamente la cantidad de agua que suelta cada gotero y todo el sistema en conjunto, lo que nos permitirá aproximar el tamaño del tanque de agua en función de la autonomía que deseemos. A partir de ese momento sólo nos queda montar las plantas y comenzar la metodología de programación, y tras unos días de ajustes tendremos un sistema autónomo.

Recordar que las inundaciones son una de las causas por las que vienen los bomberos, y estos no necesitan orden de registro para entrar en un domicilio particular en caso de “catástrofe” y que se verán obligados a denunciar la causa del desastre: Tu cultivo.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.

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