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CANNABICULTERAPIA: Cultivar como Terapia

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CULTIVAR COMO TERAPIA: CANNABICULTERAPIA

 

         Los beneficios de la marihuana no se restringen a sus acciones farmacológicas, su cultivo también repercute de forma positiva en la salud del cultivador, de manera similar a la observada en las terapias con animales.

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En esta sección habitualmente analizamos y exponemos los efectos sobre la salud de la marihuana y sus componentes desde una visión puramente farmacológica dentro del modelo médico biológico. La medicina biológica nos da en general buenos resultados y su método de diagnóstico y terapia farmacológica es útil en gran número de afecciones, pero tiene sus limitaciones. Este modelo médico se ha demostrado incapaz de explicar y curar satisfactoriamente las llamadas enfermedades mentales y seguimos sin conocer ni las causas ni la solución de muchas afecciones crónicas. Tampoco da razón o explicación de por qué curan muchas de las llamadas terapias o medicinas alternativas. Los éxitos logrados por este enfoque de la salud durante mucho tiempo han tapado sus limitaciones y han generado una fe desmesurada en la farmacología que ha impedido un enfoque global de la salud.
 

             En mi opinión el gran error del modelo medico-farmacológico es considerar al enfermo como un paciente, como un sujeto pasivo. También se ha ignorado la importancia de los llamados factores psicológicos tanto en la génesis de la enfermedad como en el restablecimiento de la salud. Y por supuesto la psiquiatría médica es la culminación de estas limitaciones pues ha llegado  creer, a costa de los sufridos “pacientes”,  que una pastilla puede dar la felicidad.

 
 
 

            Cuando hablo de los efectos terapéuticos de la marihuana en esta sección me suelo limitar a los meros efectos farmacológicos, de modo que todas las afirmaciones que vierto en esta sección son fruto de la observación y experimentación científica y los resultados analizables farmacológica mente y clínicamente valorables. Como ya he afirmado este enfoque da resultados positivos aunque es limitado.

 
 

            Pese a ello siempre trato de insistir en la importancia del estado de ánimo del enfermo en la evolución de la enfermedad. La medicina conoce esta realidad pero la ignora por su propia incapacidad de manejar estas variables personales, es mucho más sencillo considerar al enfermo como un “paciente”, un conjunto de parámetros biológicos y síntomas sin pensamientos ni sentimientos. Pero esas variables personales resultan en muchos casos más determinantes que cualquier tratamiento farmacológico.

 

 

En los procesos cancerosos los médicos conocen que el afrontamiento que el enfermo hace de su enfermedad puede ser determinante, son muchos los casos en que personas desahuciadas han conseguido vencer su mal gracias a su voluntad de vivir, y también cuando la persona pierde las ganas de vivir el desenlace fatal se acelera de modo inusitado. Con el sida tenemos otro ejemplo paradigmático: si el sistema inmunitario, nuestro propia capacidad curativa, falla; no sirven de nada los mejores antibióticos. Esto nos debería hacer reflexionar si hemos olvidado o menospreciado nuestra propia capacidad curativa, o sistema inmunitario, y qué factores lo activan o lo inhiben.

 

 

 

 
 
 

 Si focalizamos la atención en la capacidad curativa de nuestro propio organismo tendremos una visión más amplia y global de la salud sin necesidad de salir de los límites del pensamiento científico

 

Se ha comprobado que el buen estado de ánimo, la risa, los pensamientos positivos refuerzan el sistema inmunitario, es decir nuestros mecanismos de autocuración. También esta capacidad autocurativa que poseemos explicaría por qué funcionan casi todas las terapias alternativas, por más grotescas, absurdas o irracionales que nos parezcan. Cualquier terapia moviliza nuestra capacidad de autocuración, la única condición que hay es creer en ella. Esa fe necesaria para que cualquier terapia funcione, también nos daría razón a los milagros religiosos, curiosamente en su mayoría relativos a procesos de curación.

 

 

 

Efectos curativos del cannabis y Cannabiculterapia.

 

 

 

 
 

En esta nueva visión global de la salud y la enfermedad la marihuana aporta no solo una acción farmacológica medible y objetivable, sino que además actúa de forma directamente en el estado de ánimo, favoreciendo el buen humor, facilita la risa y es el mejor remedio contra la irritabilidad repercutiendo de forma muy favorable y  muy importante en la mejora del estado general además de sus propias acciones farmacológicas.

 
 

Pero la utilidad del cannabis no se limita a su uso interno. En mi experiencia con enfermos que utilizaban el cannabis como remedio me llamó la atención la importancia que daban muchos de ellos al hecho de cultivar la planta. Es un relato común hablar de la satisfacción que les genera, sobre todo en el caso de enfermos crónicos el cultivo de esta planta medicinal.

 

 Estadísticamente se ha comprobado que del mismo modo que las personas con pareja tienen mejor salud y viven más que las solitarias, también el tener un animal de compañía repercute en mejor salud y expectativas de vida. De este hecho han derivado las llamadas terapias con animales, sobre todo en trastornos psicológicos. El contacto, cuidado y relación con animales se ha experimentado  como terapia en trastornos psicóticos, de personalidad y del estado de ánimo con buenos resultados. También la estadística nos demuestra que este tipo de relación con animales repercute directamente en una mejor de la salud. La explicación de este efecto radicaría de nuevo en la potenciación de nuestra capacidad autocurativa, consecuencia de los factores psicológicos. Con un animal establecemos una relación emocional que no difiere, y en muchos casos es más satisfactoria, de la que establecemos con los humanos. Esa satisfacción emocional seria la responsable de la mejora del estado general de la persona lo que evidentemente redunda en su salud, pues esta no es mas que la expresión misma del estado de la persona.

 
 

 Vemos pues que lo determinante no es el tipo de animal con el que establecemos la relación emocional, da igual un humano, un caballo, un perro, un delfín o un asno. Con las plantas y en concreto con la marihuana sucede algo similar. Los cultivadores saben que se produce algún tipo de relación emocional con las plantas. Cultivar una planta supone una responsabilidad con un ser vivo al que se dedica tiempo y dedicación, también se sufre por ellas. Por otra parte es una actividad diaria que sirve para ocupar su tiempo de forma agradable a los enfermos crónicos imposibilitados para trabajar. Y como colofón genera satisfacciones notables como su agradable embriaguez o sus efectos terapéuticos. Fernando, afectado de hepatitis c y en tratamiento con interferon describía así su relación con la planta:

 

 

 

“De entrada te da un síndrome pseudo gripal: te sientes siempre cansado y con dolores musculares, también tienes fiebre, temblores y dolores de cabeza. También insomnio y nerviosismo. Y sobre todo la falta de apetito, no vomitas pero sientes una nausea continua.  Estos efectos son acumulativos. La única solución que nos ofrece la medicina es el paracetamol. Lo mejor que me ha aportado el cannabis es el aumento del apetito, a día de hoy he ganado tres kilos desde que empecé el tratamiento. Y también la sensación de bienestar y relajación y la mejora del sueño. Te acostumbras a convivir con esos desagradables efectos secundarios pero hay momentos en que te agobias mucho, entonces la marihuana es una gran ayuda. Para mi un porro es mucho más eficaz que un diazepam para  dormir. Otro de los efectos del interferón es que te da nerviosismo y pillas cabreos por cualquier cosa, para eso no hay nada mejor que el cannabis.

 

Yo era fumador habitual de haschis pero el efecto de abrir el apetito es mucho más notable con la maría y también para mí es mayor la sensación de bienestar y relajación. Pero para mí la gran terapia con la marihuana  ha sido el cultivarla. Yo estoy de baja debido a la enfermedad y nada me entretiene más y me produce mayor satisfacción que cuidar mis plantas.

 

Si no tuviera la planta creo que estaría como otros afectados que no la usan, con 6 o 7 kilos menos, con más dolores musculares y durmiendo menos y peor.

 

 

 

Este testimonio no da una mejor aproximación a los beneficios globales que nos puede ofrecer el cannabis.

 
 
 
 
 

La Cannabiculterapia, que consiste simplemente en cultivar marihuana,  es interesante en todas las enfermedades en que la marihuana pueda ser útil como fármaco, especialmente en las crónicas. Además de la satisfacción que obtendrán del cultivo podrán utilizar las plantas obtenidas como fármacos para aliviar sus síntomas.

 
 
 
 

 

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