El fiscal pedía seis años y medio de cárcel y finalmente se ha conformado con tres. Pero la pena queda en suspenso si no vuelven a delinquir. Lo mismo pasa con una socia, a la que le han impuesto dos años de prisión
Los tres directivos de la Asociación Cultural de Fumadores de Cannabis de Reus han sido condenados por la Audiencia Provincial de Tarragona a un total de tres años de prisión: uno por un delito contra la salud pública y dos por pertenencia a asociación criminal. A ello hay que sumar 2.880 euros de multa. La misma cantidad de dinero tendrá que satisfacer una socia, que ha sido sentenciada a un año por un delito contra la salud pública y otro por pertenencia a asociación ilícita. Pero la Audiencia deja en suspenso las penas de prisión si los cuatro acusados no delinquen en el plazo de dos años –y los tres directivos abonen una multa de 720 euros–.
La sentencia de la Sección Segunda es fruto del acuerdo al que llegaron el fiscal y las defensas. Inicialmente, el Ministerio Público pedía para los tres principales acusados seis años y medio de cárcel –dos años y medio por un delito contra la salud pública y cuatro años por asociación ilícita–, y para el cuarto inculpado, cuatro años y medio como vendedora de la droga –dos años y medio por un delito contra la salud pública y dos por asociación ilícita–.
La Sala acuerda la suspensión de las actividades de la Asociación Cultural de Fumadores de Cannabis de Reus por un plazo de cinco años, la clausura de los locales y establecimientos que tenga la entidad también por un periodo de cinco años , además de la prohibición definitiva de realizar en el futuro actividades en cuyo ejercicio se ha cometido, favorecido y encubierto el delito objeto de acusación. Finalmente se procede al comiso del dinero intervenido, de la sustancia y también de los efectos.
El 12 de septiembre de 2013, los tres acusados –un italiano y dos españoles- constituyeron la Asociación Cultural de Fumadores de Cannabis de Reus. Ostentaban los cargos de presidente, tesorero y secretario. La asociación fue constituida, aparentemente, para realizar actividades culturales, lúdicas y médicas relacionadas con el consumo de cannabis, quedando excluido todo ánimo de lucro. Pese a ello, el objeto y la finalidad último de la entidad –cuya sede estaba situada en el número 27 de la calle Balmes de Reus– era la venta de cannabis a cambio de una contraprestación económica, desarrollándose tal actividad desde el mismo momento de su constitución. En las tareas de tráfico contribuía también como socia una mujer quien, junto a los tres acusados, vendía en el local la droga a cuantos consumidores iban a adquirirla.
Sobre las cinco de la tarde del 27 de febrero de 2014, efectivos de los Mossos d’Esquadra, en el curso de una investigación policial sobre personas dedicadas al tráfico de estupefacientes, procedieron a realizar una inspección del local, que funcionaba como establecimiento comercial. Los agentes hallaron en su interior diez fiambreras de plástico, que contenían 359,25 gramos de marihuana así como un trozo de hachís de 33,74 gramos.
Los acusados tenían la droga para venderla y ésta hubiese alcanzado en el mercado clandestino un valor de 1.800 euros. Durante el registro fueron hallados 2.350 euros en diferentes billetes y moneda fraccionaria, básculas de precisión, calculadoras, cajas de papel de fumar y picadoras.
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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.
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