Son muchos los que se preguntan qué lleva a una persona a consumir cannabis medicinal. Cómo, con la cantidad de fármacos y medicamentos que existen en el mercado a día de hoy, un paciente decide decantarse por la marihuana.
por Sensi Seeds
Pues bien, son varios los motivos que llevan a un usuario a tomar esta decisión y varios los beneficios de haber dado ese paso adelante. En este artículo daremos las pinceladas básicas del cómo, el cuándo y el porqué del cannabis medicinal.
A la hora de comprar semillas de marihuana, elegir una variedad u otra es, sin lugar a dudas, una decisión importante. Los aficionados a la lectura podrían llegar a compararlo con lo que supone elegir un libro. Dicha elección dependerá del tipo de lectura que uno esté buscando, de las referencias que haya podido obtener del autor en cuestión, del género que más les guste, de su estado de ánimo en ese momento o, por qué no, de la ciudad o de la época del año en la que se encuentre.
Pues bien. Con las variedades de cannabis, salvando las distancias, sucede más o menos lo mismo. Las necesidades de cada individuo son distintas y depende, total y absolutamente, de lo que uno requiera o busque en cuanto a finalidad, efecto, sensación, sabor, etc. Tal y como he comentado antes, hoy abordaremos qué es lo que debe tenerse en cuenta si lo que el usuario busca son variedades de cannabis para uso medicinal.
Variedades de cannabis para uso medicinal
Cierto es que, a la hora de elegir marihuana para uso medicinal, pueden usarse todas las variedades que existen pero, como en todo, hay algunas que son más adecuadas que otras para afecciones concretas. Obviamente, el paso inicial es acudir a un profesional médico para, primero, determinar con exactitud si el cannabis puede beneficiar al paciente y, segundo, para que pueda recomendar la dosis necesaria, la regularidad del consumo y el modo de administración.
A todo ello debe sumarse el hecho de que la experiencia con cannabis es totalmente subjetiva. Eso significa que un usuario puede disfrutar de un sinfín de beneficios de una variedad que quizás a otro paciente no le hace absolutamente nada. O, al menos, no le da los resultados que busca.
No debe olvidarse jamás que el cannabis, en general, dispone de un sinfín de cualidades, efectos, sabores y patrones de crecimiento diferentes. El abanico donde elegir es tan amplio que lo mejor es intentar buscar la variedad adecuada teniendo en cuenta factores tales como el entorno, el clima, los límites que puedan tenerse a la hora de cultivar, la experiencia, etc. Porque a la hora de la verdad, aplicando todos esos filtros, podrá encontrarse la marihuana que mejor se ajuste a nuestras necesidades. La cuestión es ir experimentando y aprendiendo con cada paso que se da.
Cannabis sativa
En términos científicos, todo el cannabis es Cannabis sativa L. Podría decirse que se trata de una de las plantas más antiguas que existen y cuyas propiedades medicinales se han estado usando durante miles de años.
Dentro de la Cannabis sativa L. existen dos extremos que engloban variedades según las características antes mencionadas. Dichos extremos los distinguimos con los nombres de “sativa” e “índica”. Las variedades Sativa provienen de zonas ecuatoriales, es decir de zonas de Jamaica, Tailandia, Méjico, etc. A grosso modo las sativas necesitan más tiempo para florecer que las índicas y, aunque los cogollos de las sativas son más grandes, tienen menos peso y menor densidad que los cogollos índica, dichos rasgos no deben despistarnos. Y es que las sativas son las variedades que producen los efectos de euforia, subidón y energía tan buscados por un gran sector de los consumidores de marihuana.
Así pues, las variedades medicinales que se incluyen dentro de las sativas tienen altos contenido de THC y, por ende, una menor proporción de CBD. Eso significa que producen efectos euforizantes, excitantes y energizantes. La sensación es cerebral hasta un punto extremo, pudiéndose notar en cuerpo y mente por igual. De este modo, si el paciente quiere aumentar el apetito, luchar contra la migraña o paliar los efectos de las náuseas que pueden tenerse a causa de la quimioterapia o a causa de la medicación para combatir el VIH/SIDA, las variedades sativas son las más recomendables. De hecho pueden mitigar también el dolor crónico y ser un gran aliado en la lucha contra la depresión.
Es recomendable experimentar con variedades tales como la Silver Haze #9, cuyo efecto Haze envía al usuario a través de un viaje a la propia conciencia. Esta sensación se expande rápidamente y su efecto psicodélico es buscado por muchísimos pacientes. Además, sus cogollos tienen un olor sabor, entre lo dulce y lo picante, muy agradable.
Cannabis índica
La mayor parte de las variedades índicas son originarias del sur de Asia y del subcontinente indio, es decir, Afganistán, Pakistán, India, Nepal, Tíbet, etc. A diferencia de las sativas, los cogollos de las índicas son más pesados, densos y emanan un olor más fuerte. Su periodo de floración es rápido y la cosecha obtenida producirá un efecto en el usuario extremadamente relajante. Puede que demasiado para el gusto de algunos. Esto debe tenerse en cuenta ya que si dicho efecto se desconoce antes de consumir índica, la sensación soporífera y extra relajante puede pillar desprevenido al consumidor en cuestión. Son muchos los pacientes que buscan sensaciones muy corporales. En casos así, las índicas con altamente recomendables ya que son capaces de intensificar los sentidos sobremanera.
Las variedades medicinales índicas tienen proporciones altas tanto de CBD como de THC. El CBD actúa como relajante, creando así una sensación casi arrolladora, sedante y tan tranquilizante que es extremadamente efectiva para todas las dolencias relacionadas con los espasmos y convulsiones musculares. Por ello, los pacientes de Parkinson, esclerosis múltiple, reuma, artritis, etc. encontrarán en las índicas la calma y el descanso anhelados. Son ideales para tratar los problemas de insomnio y ansiedad, ya que sosiegan y apaciguan, suavizando los efectos secundarios de este tipo de enfermedades. Una variedad 100 % índica, como Hindu Kush, es capaz de producir un estado total de calma que vale su peso en oro.
Híbridos
Como nunca llueve a gusto de todos, los híbridos conforman una opción nada desdeñable. Reúnen lo mejor de cada casa y encajan perfectamente con lo que buscan los pacientes que no se decantan ni por la excitación total ni por la calma extrema.
Así pues, si se toma una variedad mayormente índica y se le añaden algunos genes de sativa, lo que se obtendrá es una variedad con las ventajas relajantes de la índica pero con el toque de claridad cerebral y mental característico de las sativas. Si se hace del modo contrario, es decir tomar una variedad de mayoría sativa y mezclarla con genes índica, estos ayudarán a reducir la sobreexcitación que otorga de por sí la sativa pura.
Algunos híbridos mezclan índica con ruderalis, de ese modo el paciente podrá consumir variedades con cantidades altas de CBD y apenas contenido en THC. Esto se recomienda, sobre todo, para aquellos que, a pesar de tener ciertas dolencias, por una serie de motivos no buscan, para nada, efectos psicodélicos o estupefacientes, sino que únicamente quieren aprovechar las propiedades medicinales del cannabis sin que les “afecte” demasiado.
Cada persona es un mundo así que, como en todo, se trata de experimentar y probar hasta encontrar el equilibrio perfecto, aquello que mejor nos haga sentir teniendo en cuenta las características, tanto objetivas como subjetivas, de cada caso.
Variedades para principiantes
Hace un momento comentábamos las ventajas de las variedades índicas y de sus híbridos. Pues bien, éstas son precisamente las variedades más recomendables para principiantes, sobre todo las variedades Skunk. Si un cultivador inexperto quiere iniciar su primera tentativa, sin duda deberá seleccionar las semillas en base a su vigor, resistencia y estabilidad pero también en base a su simpleza y a su menor periodo de floración. Lo que busca el jardinero principiante, quiera éste consumir por motivos medicinales o recreativos, es obtener una cosecha abundante a través de poco esfuerzo. Nosotros ofrecemos una amplia selección de variedades resistentes incluso ante las situaciones más inesperadas a las que pueda enfrentarse el cultivador novato.
Cannabis medicinal para combatir la diabetes
No es nuevo escuchar que el cannabis medicinal es capaz de paliar un sinfín de dolencias igual o mejor que cualquier medicamento. Esto sucede también en el caso de la diabetes. Hace mucho tiempo que se cree en la existencia de una relación entre el cannabis y la diabetes, y es bien sabido que los cannabinoides afectan al nivel de azúcar en la sangre y al sistema digestivo. A lo largo de los últimos años, varios estudios han demostrado que los consumidores de cannabis tienen menos probabilidades de padecer diabetes de tipo 2, una enfermedad que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo y que supone el 90% de los casos de diabetes.
Tanto la diabetes de tipo 1 como la de tipo 2 son enfermedades crónicas sin cura conocida. La insulina y otras medicaciones pueden ayudar a vigilarlas diariamente y a controlar sus síntomas, pero incluso cuando el estilo de vida y el régimen de tratamiento del enfermo están bien llevados pueden darse complicaciones. Dichas complicaciones incluyen daños en los nervios periféricos y los vasos nerviosos, degeneraciones de la retina que provocan una reducción de la visión y daños en el riñón que a menudo hacen necesaria la diálisis. Los vasos sanguíneos principales también se ven afectados por la diabetes, y las personas diabéticas tienen el doble de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares que las personas sanas.
La diabetes, el cannabis y la resistencia a la insulina
En la diabetes de tipo 2, los niveles de insulina en la sangre pueden ser anormalmente elevados ya que, a diferencia de lo que ocurre con la de tipo 1, el páncreas produce insulina pero las células no son capaces de utilizarla. Se cree que la de tipo 2 es provocada por variedad de factores, especialmente un estilo de vida poco saludable y la obesidad, pero también por predisposiciones genéticas. Sin embargo, investigaciones recientes indican que la disponibilidad de azúcar añadido influye directamente en el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, independientemente del resto de factores.
En un estudio publicado en el American Journal of Medicine, los investigadores descubrieron que los niveles de resistencia a la insulina y de insulina en ayunas (medidos después de nueve horas sin comer) eran respectivamente un 17% y un 16% inferiores en aquellas personas que habían sido o eran consumidoras de cannabis que en las personas que no lo eran. También observaron que los consumidores de cannabis solían tener contornos de cintura menores. A priori, estos dos datos parecerían contradecir las asociaciones anteriores entre el cannabis y la ingesta calórica. El mecanismo por el que se produce este proceso aparentemente contradictorio todavía no se comprende del todo, aunque se cree que el cannabidiol (CBD) puede tener un papel importante en él. Interesante, ¿verdad?
Otro método de administración: pomada tópica a base de cannabis
Uno de los modos de administración más usados es el de la pomada. Ésta puede hacerse incluso en casa. Seguid leyendo y sabréis cómo.
Aunque hace muchos años que se encuentran disponibles en el mercado cremas y lociones a base de aceite de cáñamo, sigue siendo prácticamente imposible encontrar pomadas, bálsamos o ungüentos de aplicación tópica a base de cannabis, que realmente contengan cannabinoides como ingredientes activos.
A pesar de que estos productos son cada vez más frecuentes en estados de EE.UU. donde la marihuana medicinal está legalizada, y a pesar de tener una historia larga y relevante en la antigua medicina natural, muchos siguen desconociendo sus beneficios.
Las pomadas a base de cannabis en la medicina convencional
Varias investigaciones apuntan a los resultados positivos obtenidos en pacientes que sufren de una forma agresiva de cáncer de piel (carcinoma de células basales) y que utilizan una pomada a base de cannabis. A día de hoy, la compañía espera obtener la aprobación de la FDA para el tratamiento, y también tiene en proyecto una gama de medicamentos sin receta como protectores labiales, cremas solares y cremas hidratantes.
Se han realizado diversos estudios que acreditan la eficacia de los tratamientos tópicos a base de cannabis como agentes antibacterianos, antiinflamatorios y analgésicos, incluso para enfermedades que debilitan tanto como la esclerosis múltiple y la fibromialgia, y que resultan tan difíciles de tratar. En 2003, investigadores de la Universidad de Munster demostraron que la aplicación tópica del cannabis también mostraba efectividad en el tratamiento de los dolores de cabeza. Ya en la década de 1950, las primeras investigaciones sobre cannabis, como tratamiento oral y tópico para las úlceras y la gingivitis, dieron resultados prometedores.
Un método fácil para hacer pomada de cannabis en casa
Afortunadamente, aquellos que no podemos acceder al cannabis medicinal, podemos elaborar nuestros propios tratamientos para una serie de dolencias en casa de forma simple y eficaz. Aunque, por supuesto, cualquier persona que sufra de enfermedades graves, como el cáncer, debe buscar tratamientos convencionales antes de experimentar con remedios caseros.
La sencilla técnica utilizada para hacer pomada a base de cannabis se parece mucho a la usada para hacer mantequilla de marihuana, excepto que se usa aceite de coco o vaselina en lugar de mantequilla. Para que la mezcla se caliente poco a poco y no se queme, es fundamental hacerlo al baño maría o a fuego lento. Se pueden conseguir buenos resultados con dos sartenes o cazuelas grandes, una un poco más pequeña que la otra.
El aceite elegido se coloca en la cazuela y se funde. A continuación, se añade la materia vegetal seca y en polvo en la misma proporción (por ejemplo, 2 tazas de aceite, 2 tazas de materia vegetal de cannabis), y se calienta toda la mezcla a fuego lento y suavemente durante un máximo de una hora. Después de este tiempo, se puede filtrar la mezcla a través de una gasa o tela de algodón muy fina, y se deja enfriar.
La pomada resultante debería parecerse en textura y apariencia a la grasa original, y presentar un intenso color verde que va a variar según el tiempo de cocción. Para lograr el resultado óptimo, esta mezcla básica puede modificarse ligeramente de diferentes maneras. A algunos les gusta mezclar con aceite de cera de abejas o de vitamina E con el fin de conseguir diferentes texturas y, además, se pueden añadir fragancias o aceites medicinales.
Para conseguir un producto final más fluido, por ejemplo para la aplicación oral, hay que utilizar un aceite menos espeso, como el de girasol o el aceite de oliva. El aceite del árbol del té puede usarse para hacer enjuague bucal a base de cannabis, pero no debe calentarse, sino simplemente hacer una infusión con la materia vegetal del cannabis en el aceite durante un máximo de seis semanas antes de filtrarlo.
Habrá que hacer pruebas y cometer errores antes de conseguir el resultado perfecto para los requisitos específicos, pero con un método tan rápido y sencillo, cualquier persona puede elaborar sus propias pomadas o bálsamos caseros a base de cannabis con un poco de práctica.
Al final, tú eliges
En conclusión, como con todo y tal y como reza el refrán “Con orden y medida, pasarás bien la vida”. Es uno mismo quien decide qué elegir y, por supuesto, qué es lo que más le gusta o mejor le sienta, así que no dudéis en empaparos de conocimiento, leer, experimentar y acudir al sinfín de expertos en la materia. Consumir la variedad recomendada por alguien que está atravesando la misma enfermedad es, sin duda, una buena opción para encontrar lo que se está buscando. Por supuesto, cada cultivador tendrá sus límites o impedimentos, legales o sociales, pero, sea como fuere, bien seguro que acabaréis encontrando las semillas de marihuana y el método de administración que mejor se adapten a vuestras necesidades, ¡convirtiéndoos en expertos para dar vuestro mejor consejo a los principiantes del mañana!
Acerca del autor
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.