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Cultivo – La cosecha feliz (I)

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Tras largos meses de esperas, cuidados, sobresaltos y alegrías, nuestras plantas parecen estar listas para ser recogidas. En este punto, la indecisión sobre el momento exacto de la cosecha atenaza al cultivador, sin tener en cuenta la importancia de un secado y almacenaje posterior, que será el que realmente terminará de conseguir que los cogollos muestren todo su potencial en aromas y efecto psicoactivo.

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Por esto, en este monográfico vamos a tratar de explicar de forma clara y comprensible los procesos que intervienen en todo el ciclo, desde la cosecha al curado, así como los métodos a aplicar para que todo resulte perfecto.

 

La cosecha

 

Como comentábamos al principio, el momento óptimo para cortar las plantas es uno de los últimos quebraderos de cabeza para los cultivadores principiantes, que se pasan horas observando con lupa los tricomas intentando discernir si la mayoría de los tricomas (glándulas que contienen la resina) han adquirido la tonalidad y coloración correcta.

Es cierto que en nuestra “primera vez”, nos viene bien algo de ayuda como la que podemos encontrar en multitud de manuales de cultivo o en internet (www.cannabiscafe.net — Buscar — Cosecha), en los cuales se suelen describir unas normas “básicas”, mediante las cuales podemos asegurar de alguna manera una cosecha correcta. Estas normas, muy sencillas, se basan en la coloración o tonalidad, primero de los pistilos (pelillos blancos de la flor hembra) al ir madurando, y después de los tricomas que van pasando por distintos estados, del transparente al ámbar opaco.

Realmente, son sistemas que abandonamos tras los primeros cultivos, ya que la experiencia es la que realmente nos acaba dictando el momento óptimo de la cosecha. De cualquier manera, haremos unos comentarios sobre ellos. La cuestión de la maduración de los pistilos no es muy válida, debido a que en muchas variedades, sobre todo sativas dominantes, se producen refloraciones continuadas, esto es, mientras los pistilos “visibles” se ponen marrones o rojizos y caen, otros van naciendo en el interior del cogollo, con lo que nunca sabremos de forma fehaciente el estado real, ya que los nuevos cálices producen nuevos tricomas.

Por otra parte, la observación de los tricomas tampoco  nos dice mucho si no sabemos a ciencia cierta cuál es el efecto que producen dependiendo de su estado, ya que lo que el cultivador busca es un determinado efecto en la variedad concreta que está trabajando, y este dependerá de lo que contengan estas glándulas. De alguna forma, a través de la coincidencia  de diferentes autores y expertos se han categorizado en tres grupos básicos, a saber: cosecha temprana, óptima y tardía. Dependiendo de cada uno de los tres estados, los tricomas contienen diferentes niveles de cannabinoides y agentes aromáticos. Tienen tres tonos: transparente, lechoso y ámbar. También la longitud y forma del palito que sujeta la cabeza del tricoma es un buen indicador. Conviene localizar y marcar dos o tres zonas en cada planta que son las que observaremos cada día. Estas zonas pueden ser: cogollos principales, zona media y baja. Es interesante controlar también los tricomas de las pequeñas hojas adyacentes a las sumidades florales, así como peciolos y foliolos de hojas principales.

Vamos a describir las formas y tonos que se pueden encontrar en cada una de las fases:

Cosecha temprana: Los tricomas son transparentes con base larga pero recta. Son ricos en THCA. Esto provoca un efecto más estimulante, pero necesitan perder su forma ácida mediante la aplicación de calor y/o un perfecto curado para manifestar su potencialidad. También existe pérdida de aromas, debido a que los agentes aromáticos, terpenos, sesquiterpenos y otros, aún no se han desarrollado adecuadamente.

Cosecha óptima: Cuando su base deja de ser recta y se empieza a curvar y a afinar hacia la punta, el contenido de THC (sin la parte ácida) es mayor. Algunas glándulas tomarán coloración ámbar transparente, dependiendo de la variedad y si el cultivo es interior o exterior, pero conservan la forma del pie del tricoma. 

Cosecha tardía: Si se retrasa la cosecha, los tricomas comenzarán a tomar coloración ámbar y/o lechoso u opaco. Cuando son de color ámbar transparente el tricoma contiene todos sus agentes aromáticos, pero el THC se degrada a CBD rápidamente en contacto con el aire, provocando un efecto más narcótico. Se puede apreciar visualmente el hecho de que los tricomas ámbar pierden su transparencia para ir adquiriendo un  tono bastante más opaco, mientras sus pies se empiezan a retorcer.

Por último, los tricomas blancos lechosos de pie retorcido, o en los que se aprecia como el pie va “adelgazando”, en concreto en la zona media, contienen cantidad de CBDA, hecho que provoca la aparición de CBN una vez cortada la planta. La función del Cannabiniol parece ser la de regulador en la interacción THC / CBD , aunque aún hay mucho por investigar en este campo.

Como se podrá apreciar, las indicaciones que aparecen en la mayoría de documentos y manuales de cultivo están claramente enfocados hacia la consecución de altos niveles de THC, pero quizá no sea éste el cannabinoide que preferimos, o más allá, se puede dar el caso de que aunque obtengamos niveles altos de THC, también lo hagamos con el CBD, o bien preferimos una buena carga de CBN potencial que irá cambiando el equilibrio de la psicoactividad del cogollo en la fase de curado.

Tras lo expuesto, es fácil deducir que el momento óptimo de la cosecha en cuanto a psicoactividad es muy relativo ya que depende primero de nuestros gustos y segundo de que conozcamos lo suficiente la variedad que trabajamos como para poder relacionar tamaños, formas y colores de las glándulas con el efecto final. A partir de aquí, quizá deberíamos pensar en otros métodos para determinar el momento del corte, una vez que ya conocemos aproximadamente el efecto psicoactivo que la planta producirá.

Uno de los factores que más suelen interesar al cultivador, incluso poniéndolo por delante de la potencia es la producción, o peso final seco. Este punto sí suele ser motivo de desilusión en la primera cosecha, sobre todo en interior, al ver como los cogollos recién cortados se quedan “en nada” al cabo de unos días de secado. Y lo malo es que, normalmente es por días, es decir, si hubieran esperado unos pocos días mas, los cogollos no hubieran encogido tanto… ¿Por qué? Pues por varios factores, a saber: Para empezar, hacer notar que es muy conveniente cortar la planta unos días después del último riego o la última lluvia si estamos en exterior, con el objeto de que se pierda en parte la humedad acumulada en tallos, hojas, y por supuesto, en los cálices que son la parte del cogollo que más nos interesa. Por otro lado, el sabor y olor en combustión también suelen tener importancia notable para el cultivador, así que aplicando la observación, podremos calcular de forma aproximada cuándo la planta estará a nuestro gusto con una semana o diez días de antelación, momento en que realizaremos un abundante riego con agua y algún catalizador o “rompesales” con la intención de disolver la acumulación de estas tras los diversos abonados. Al día siguiente, volvemos a regar para acabar de “limpiar” el sustrato, dejando ya que éste se seque casi completamente (no la planta), de manera que la planta acabe de asimilar los posibles excesos de nutrientes acumulados en flores y hojas, al tiempo que se incrementa la producción de resina al intentar evitar la pérdida de humedad a gran velocidad.

 

(Continuará)

 

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