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Cultivo vertical en exterior (II)

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Ahora que están tan de moda los huertos o cultivos urbanos es momento ideal para introducirnos en su estudio e implementación, ya que por una parte, ningún vecino se sorprenderá cuando vea desde su ventana o balcón una pared llena de plantas, y por otra, es el momento idóneo para poner a crecer algunas de nuestras más queridas variedades de marihuana, que empezarán a florecer allá por el mes de agosto. Si unimos una cosa con la otra, nos encontraremos con que todo son ventajas: camuflaje para nuestras niñas, eliminación de olores sospechosos y alguna que otra ensalada hecha con ingredientes cultivados por nosotros mismos.

Por Luis Hidalgo

Hasta hace poco se hacía raro tener un huerto en un piso en plena urbe, y aunque desde siempre hemos podido ver macetas con flores en terrazas y balcones, existe una gran diferencia entre tener unas pocas plantas ornamentales y disponer de un cultivo más o menos “profesional” de distintos vegetales destinados al consumo alimentario.

Hoy en día el cultivo casero de vegetales está de moda,  y es por ello por lo que vamos a aplicar los conocimientos adquiridos en el cultivo de cannabis a otras especies que tengan unas requerimientos semejantes a nuestra planta “amiga” en cuanto a régimen de riegos, tipo de tierra y tiempos de crecimiento y floración, de manera que podamos cultivarlas a la vez y sin grandes variaciones en la metodología de cultivo. Un ejemplo claro podría ser el tomate o la rúcula, pero existen otras muchas especies y tipos de plantas que podemos utilizar con el objetivo de camuflar el cannabis entre ellas.

Más tarde nos centraremos en el tomate, que es una de las plantas más compatibles con el cannabis en cuanto a tiempos de crecimiento vegetativo, floración, fructificación y cosecha. También los requerimientos a nivel nutricional y de tipo de suelo son muy similares. Incluso a nivel genómico existen similitudes evidentes, a pesar de que en este caso la compatibilidad es nula, es decir, a día de hoy resulta imposible conseguir un híbrido de tomate y cannabis de manera natural sin utilizar técnicas de transgénesis. De manera anecdótica, hace años surgió un anuncio en el que se publicitaban semillas de tomate que producían al final su fruto con un cierto contenido de THC. Poco tiempo después se comprobó que se trataba de una broma.

Las flores son para el verano

En nuestro país, el cannabis cultivado en exterior, o sea, sin luz artificial que altere el fotoperiodo natural, comienza su floración aproximadamente en la primera quincena de agosto, independientemente de que después tarde más o menos en madurar y estar lista para la cosecha.

Así pues, vamos a describir una serie de plantas de flor que también florecen en agosto y que pueden alegrar la vista en un jardín vertical desviando la atención de las plantas de marihuana colocadas entre ellas. Algunas de ellas además son bastante aromáticas, con lo que conseguimos cumplir dos de nuestros objetivos: camuflaje en vista y olfato.

Lo ideal son plantas con flores que muestren los colores más ardientes del círculo cromático: rojos, naranjas, fucsias y amarillos chillones, que combinan bien con la intensidad de la luz del sol y al mismo tiempo neutralizan las concentraciones de “masa verde” producidas por las plantas de marihuana intercaladas entre ellas.

Dentro de las trepadoras, ideales si el cultivo vertical es en pared, son las Bignonias, que además son muy resistentes y tienen la particularidad de perder sus hojas si el clima es fresco, mientras que en climas cálidos las mantiene de forma perenne. Se cultiva sin ningún problema en maceta y el único cuidado que requiere es el de podarla a principios de primavera. Otra trepadora  interesante es el jazmín azul o plumbago, que aunque no es muy resistente y su cultivo es algo delicado, recompensado con una abundante y olorosa floración de color azul o blanco. Si decidimos pasarla de año, hay que podarla enérgicamente a finales del otoño y otro poco en primavera para eliminar los tallos dañados por el frío.

Otras muy llamativas y sin complicaciones ni necesidades especiales son las Crocosmias, con la única precaución de arrancar los brotes que puedan ir naciendo a lo largo del verano ya que se naturalizan con mucha facilidad y en buenas condiciones pueden llegar a ser invasivas. Estas se pueden combinar con algunas Lantanas, arbustos de hoja caduca que aunque inician su floración ya avanzado el verano, la prolongan hasta el invierno. Son plantas propias de clima templado que en climas fríos se comportan como vivaces, resurgiendo de nuevo a la temporada siguiente.

Podemos poner también algunos aloes, plantas de la familia de las denominadas suculentas (antiguamente “crasas”), aunque si las cultivamos en el interior del país o algunos puntos del norte, tendremos que protegerlas de las posibles heladas a mediados de otoño. En cambio se encentran “a sus anchas” a pleno sol en balcón y terraza.

Otra planta de flor y hoja perenne es el agapanto, plantas herbáceas de origen africano, muy adecuada para climas templados o frescos que desarrolla unos largos tallos con hermosas inflorescencias moradas o blancas. Necesita un régimen alto de riegos. Para terminar este apartado, no podemos dejar de mencionar la canna índica, plantas con espectaculares flores rojas, amarillas o veteadas de ambos colores, de tallos y hojas verde brillante o rojo oscuro que hacen “invisibles” los de las plantas de cannabis “rompiendo” la estructura visual característica de éstas. Se cortan a ras de suelo o se desentierran a finales del otoño.

Guate, aquí hay Tomate

Existe una familia de plantas originaria del continente americano que incluye una gran variedad de especies que en un momento u otro acabaron llegando al continente europeo, y que son las solanáceas, entre las que podemos encontrar el tabaco, la patata, la berenjena y el tomate (Solanum Lycopersicum). Las solanáceas se caracterizan por ser tóxicas en mayor o menor medida o dependiendo de las partes de la planta.

El tomate se encontró en principio por los primeros habitantes conocidos de Sudamérica, y más en concreto de América central, del Sur, y de la parte baja de Norte América, es decir, desde México hasta Perú, y su primer nombre conocido es Tomatl en lengua Náhuatl. Se importó a Europa en el siglo dieciséis, no tanto por su sabor sino más bien porque se pensaba que poseía propiedades afrodisíacas. Sin embargo, poco tiempo después se consideraron venenosos siendo apartados de la dieta alimenticia. Esto quizá se debió a que la hoja del tomate sí contiene alcaloides tóxicos, y seguramente el desconocimiento de que sólo su fruto es comestible produjo unas cuantas muertes.

En la actualidad se sabe que esta fruta (no es una hortaliza) es rica en licopeno (un antioxidante natural) que se potencia al ser cocinada. Los más recientes estudios científicos, han demostrado el licopeno es beneficioso para el sistema circulatorio y coronario regulando la presión y tensión arterial además de actuar como preventivo en algunos tipos de procesos cancerosos y/o cancerígenos.

Es una planta muy fácil de cultivar que suele terminar entre uno y tres metros de altura. Se planta a mediados de la primavera, ya que no tolera las heladas, fructificando desde julio hasta septiembre, coincidiendo con los tiempos de floración de las variedades de cannabis más indicas. De hecho, en algunas de las grandes redadas que hasta hace poco realizaba la DEA en USA contra los campos de cultivo para uso compasivo antes de la existencia de los actuales “dispensarios de cannabis”, se encontraron las plantas mezcladas con grandes tomateras que camuflaban las marihuanas con sus bolas rojas, haciendo que la vista aérea no fuera la característica de un campo de cultivo de ganja.

el tomate es una de las plantas más compatibles con el cannabis

Existen múltiples variedades de tomate, pero para el cultivo vertical combina con cannabis recomendamos las siguientes:

  • Variedad Pakela: en su línea aceptable, aunque ligeramente inferior a la habitual, tanto en lo referente a la producción como al tamaño del fruto.
  • Variedad Vercor: indeterminada, vigorosa, excesiva vegetación. Problemas de cuajado y tendencia al acuminado de frutos.
  • Variedad Caruso: indeterminada, vigor medio, primeros racimos pero con flores dormidas en los racimos altos. Fruto redondo, liso y con lomos verdes. Buena calidad de fruto.
  • Variedad Comet: indeterminada, vigor medio, buen cuajado, llega muy débil a los siete racimos. Buen cuajado, con frutos de calidad, aunque algunos de ellos, generalmente los de mayor tamaño, presentan forma ovoide y cicatriz apical.
  • Variedad Agora: indeterminada, vigor medio, buen cuajado, fruto redondo, liso y sin tonos verdes. Presenta tendencia al acuminado de frutos.
  • Variedad Arleta: indeterminada, vigor medio, buen cuajado en los primeros racimos. Fruto redondo y liso, con buena calidad.

En la próxima entrega terminaremos con otros interesantes detalles de esta combinación entre el cultivo de tomate y marihuana adentrándonos en el apasionante  mundo del cultivo vertical urbano. Hasta entonces, un saludo.

BIBLIOGRAFÍA

FUEYO, M.A.; ARRIETA, A. (1989):Estudio sobre variedades y técnicas de cultivo de tomate en invernadero en Asturias. I.T. nº2. Consejería de Agricultura y Pesca. Principado de Asturias.

GUTIÉRREZ, M.: Técnicas y tendencias del cultivo de tomate en Euskadi.

MARTÍNEZ, N. ; MARTÍNEZ, A. (1990): Ensayo de tomate en invernadero. Seminariode especialistas en horicultura. Pamplona.

PABLOS, J.; MORRELL, B.; LLINAS, M. (1990): Ensayo de variedades de invernadero en Ibiza.

PÉREZ, J.L.: Técnicas y tendencias del cultivo de tomate en Canarias.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.

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