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Drogas en el deporte – Las sustancias dopantes (XII)

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Continuamos describiendo los anabolizantes y la situación actual de este tipo de drogas. Leer todas las entregas

Pioneros de la coca y la cocaína

Los medios presentan los hechos como si últimamente se hubiese disparado la demanda de anabolizantes, como si ahora hubiese más personas ansiosas por meterse algo en el cuerpo que haga crecer sus músculos, aumentar su fuerza y su resistencia. Esto no es cierto, ya que en realidad hay menos jóvenes asiduos a los gimnasios que años atrás, y por tanto la demanda es mucho menor. Las noticias con las que nos bombardean no se basan en ningún estudio serio, sino sólo en un alarmismo muy beneficioso para ciertos sectores. La juventud de los años ochenta y comienzos de los noventa era más aficionada al deporte y -llegando al extremo que roza lo patológico- al culto al físico y a la obsesión por el triunfo deportivo, fenómenos menos frecuentes en este nuevo milenio donde prevalece el hedonismo impaciente, la satisfacción inmediata de los deseos, el consumismo, la comida basura y los cuerpos obesos o flacos (sin que estas palabras impliquen una reprobación moral por mi parte). No contamos con estadísticas para apoyar esta afirmación, pero sí ciertos indicios, como por ejemplo la comparación del nivel promedio del físico actual con el de hace quince o veinte años. Otro indicio es que ya pasó la época dorada de los gimnasios y muchos han tenido que cerrar. Otra prueba de la menor preocupación por la apariencia atlética es que en los cines se estrenan muchas menos películas de tipos duros y musculosos repartiendo golpes a diestro y siniestro, lo cual puede parecer una bobada, pero da una idea de las modas vigentes.

Si los que afirman que ha aumentado el consumo de sustancias dopantes se refieren a cuestiones legales, entonces sí tienen razón porque ha nacido un nuevo tipo de delito. Quienes podían comprar productos seguros deben ahora acudir a la distribución ilegal, que antes se limitaba a los no comercializados en España y que hoy en día prospera con la venta de lo que antaño se conseguía lícitamente. En consecuencia, lo que ha aumentado es la venta no controlada y el número de personas implicadas en la síntesis y comercio ilegal de esteroides. Después, una vez generado el problema, se ha creado alarma social publicando en los medios sobre los laboratorios, el tráfico y el consumo irresponsable, todo lo cual no es sino un calco de lo que desde hace décadas viene sucediendo en Estados Unidos.

Los peligros de los esteroides


Nuestra crítica al alarmismo injustificado no significa que afirmemos que los productos dopantes son inocuos. Las drogas deportivas son sustancias activas con potentes efectos sobre el organismo, y los cambios que en él producen se deben a la alteración de ciertos sistemas. En la medida en que se utilicen con moderación y prudencia predominarán los efectos positivos, pero si se hace un uso no responsable -si nos excedemos- a la larga pasarán factura. En el caso de los anabolizantes, quienes los utilizan de forma continua, sin dejar que el cuerpo se recupere, al final acaban padeciendo algún trastorno, si bien las enfermedades más graves ocurren por consumo de otras sustancias dopantes -normalmente diuréticos o estimulantes – de efectos más inmediatos, frente a los efectos más acumulativos y lentos (tanto positivos como negativos) de los esteroides.

Es cierto que existe un claro abuso en algunos deportes profesionales, en los de fuerza y en el culturismo, donde lo importante es la apariencia muscular. Tenemos un buen ejemplo en el caso de Greg Valentino, culturista norteamericano que, en su intento por hacer crecer sus ya monstruosos músculos, se pasó de dosis con el Synthol -un anabolizante de acción local que hipertrofia la zona en la que se inyecta- y sufrió graves problemas (1).

Aparte de este caso bastante llamativo, en un deporte como el culturismo, siempre propenso a los excesos, es larga la lista de culturistas fallecidos, directa o indirectamente, por abuso de fármacos: Mohammed Benaziza, Andreas Münzer, Sonny Schmidt… El exceso de esteroides lleva a padecer dolencias de hígado y cardiovasculares; por ejemplo, en el año 2003, Arnold Schwarzenegger, antes actor y culturista profesional y ahora gobernador del estado de California, tuvo que someterse a una operación de corazón, probablemente por haber consumido anabolizantes durante gran parte de su vida.

La muerte del culturista argelino Mohammed Benaziza, ocurrida en 1992 y narrada con todo lujo de detalles por las revistas especializadas, fue especialmente trágica ya que a ella asistieron muchos compañeros que no pudieron o supieron hacer nada para impedirlo. El uso de un diurético para perder líquidos extracelulares -además de sodio- y el empleo de suplementos de potasio con el objetivo de llevar agua a las células y tener una apariencia más llena fue demasiado para su corazón y sufrió un paro cardíaco tras largas horas de agonía. El ideal del culturista de competición consiste en contar con poca agua en el espacio extracelular y mucha en el intracelular, lo que supone definición y músculos plenos, pero el músculo cardíaco también se ve afectado por la hiponatremia (bajo nivel de sodio) y la hiperkalemia (alto nivel de potasio) producida por algunos diuréticos que pueden llegar a ser mortales.

El culturista austríaco Andreas Münzer, tras un largo historial de abuso de esteroides, diuréticos y otras sustancias, presentaba en el momento de su muerte un cuadro médico con hemorragias estomacales, altos niveles de potasio, sangre excesivamente viscosa, hígado destrozado y fallo renal.

Como ya hemos mencionado, los problemas más inmediatos se deben al consumo de diuréticos y sustancias termogénicas para secarse y perder grasa rápidamente, y en cambio los esteroides son culpables de males crónicos que aparecen muchos años después. Los excesos nunca son buenos, y el ideal griego de la virtud en el justo medio (“In medio virtus”) se muestra como lema eterno y aplicable a todos los aspectos de la vida.

Notas

(1) Recomiendo buscar “Greg Valentino” en Youtube.com para ver vídeos suyos, su forma de entrenar, la sospechosa forma de sus músculos y lo que sucedió a sus bíceps, pero advierto que algunos son realmente desagradables.

 

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