El proyecto de ley 13.21 fue aprobado en una sesión plenaria, en una segunda lectura, con 61 votos a favor, 25 en contra, y sin ninguna abstención
La Cámara de Representantes (baja) del Parlamento marroquí aprobó hoy definitivamente el proyecto de ley que regula por primera vez los usos terapéuticos e industriales de la planta del cannabis, pero sigue castigando los usos “recreativos”.
El proyecto de ley 13.21 fue aprobado en una sesión plenaria, en una segunda lectura, con 61 votos a favor, 25 en contra, y sin ninguna abstención.
El ministro de Interior, Abdeluafi Laftit, se congratuló hoy del apoyo que mostraron la mayoría de los parlamentarios a este texto y a su “carácter urgente”.
Laftit apuntó, por otra parte, que esta normativa actualiza también todo el arsenal jurídico destinado a la lucha contra el tráfico de hachís, droga obtenida a partir de la resina del cannabís y de la que Marruecos es el principal productor mundial.
La ley 13.21 -presentada por el ministerio del Interior- contempla la creación de una Agencia Nacional que monopolizará la comercialización del cannabis y controlará todas las fases de cultivo y producción, así como dará autorizaciones ad hoc a los cultivadores de esta planta que deberán constituirse en cooperativas.
El Parlamento aprobó el texto con algunas enmiendas como permitir a las cooperativas de cultivadores ejercer otras actividades como la transformación del cannabis, o introducir mayor flexibilidad en la entrega y duración de los permisos que deben tener las cooperativas que ejerzan esa actividad.
La nueva normativa -que fue aprobada el pasado martes por la Cámara de Consejeros (alta) y el pasado marzo por el Consejo de Gobierno- entrará en vigor una vez publicada en el Boletín Oficial, y será acompañada posteriormente por otros decretos que darán detalles sobre las superficies y cantidades que se permite cultivar.
Según un reciente estudio del ministerio de Interior marroquí, al menos 400.000 personas pertenecientes a 60.000 familias de condición humilde viven del cultivo del cannabis, generalmente en pequeñas explotaciones en el norte del país magrebí.
El cultivo del cannabis se concentra sobre todo en las provincias del norte del país (Alhucemas, Chauen, Ouazzane, Taunat, Larache y Tetuán) en una superficie global estimada en menos de 50.000 hectáreas.
Con su entrada en un circuito legalizado, Marruecos apuesta por Europa como mercado principal de este producto, concretamente España, Países Bajos, Reino Unido y Alemania, con unas previsiones de 25.000 millones de dólares (20.800 millones de euros) en el horizonte de 2028.
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.