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Estabilizando una variedad de cannabis

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Estabilizar una variedad de cannabis no es una tarea sencilla. Tampoco es un método que se pueda expresar en un manual, sino que cada criador optará por un sistema u otro. Sin embargo, es muy importante conocer a gran escala los factores que influyen en la estabilidad de una variedad.

por Fabini de Caprius

La estabilidad de una variedad es el punto más importante de su crianza. Ya que al final, lo que el criador pretende es obtener una variedad lo más estable posible. La homogeneidad en la descendencia será un punto importante a la hora de partir un cultivo para autoconsumo desde semillas. Nadie quiere una variedad poco estable, que pueda incluso ocasionar graves problemas en su cultivo debido a su inestabilidad.

Si la morfología es demasiado dispar, no aprovecharemos correctamente los lúmenes de nuestra bombilla dando pie a pérdidas de producción. Con la alimentación ocurrirá lo mismo, cada ejemplar requerirá de una alimentación distinta, esto hace que normalmente el cultivador opte por dar a todas la misma cantidad de abonos en el riego, haciendo que improductivo el cultivo. Y no solamente la productividad se ve mermada, sino que la expectativa del cultivador no se cumple en cuanto a efecto y aromas, ya que en la mayoría de variedades inestables estas cualidades también cambian.

Precisamente por esto es muy importante que cualquier híbrido que realicemos acabe siendo estable, tanto si es para uso personal como si es una variedad que se pretende comercializar.

Aunque la estabilidad sea uno de los objetivos más importantes que se busca en una variedad, suele ser el resultado final de todo el proceso de crianza, ya que primero deberemos definir cuáles son los rasgos que queremos fijar, y luego irlos aportando y potenciando a través de las descendencias.

Seamos un poco más técnicos y veamos a qué nos referimos exactamente con estabilidad cuando hablamos en términos de genética.

Cuando hablamos de estabilidad nos estamos refiriendo a la variabilidad  y a la previsibilidad que tiene una descendencia de un parental.

La variabilidad es la tendencia que tienen los genotipos de una población en concreto en diferenciarse entre sí. Y que da como resultado una gama de fenotipos en dicha descendencia. Sin la variabilidad no habría sido posible la evolución de las especies como la conocemos hoy. Las distintas mutaciones en el ADN de los individuos a lo largo del tiempo son una fuente básica de variabilidad genética. Normalmente, estas mutaciones son cambios en el ADN de un individuo que dará pie a un cambio aleatorio en su fenotipo. Algunas veces este cambio es neutral, otras veces es perjudicial pero en algunos casos, es un cambio positivo que ayuda a la supervivencia de la especie.

Otra fuente de variabilidad genética en la naturaleza es el flujo génico, cuando determinados genes se desplazan de un punto a otro del planeta, por ejemplo, el polen de una variedad en concreto que viaja por el aire y poliniza otra variedad introduciendo nuevos genes en la población que antes no se encontraban.

Por supuesto, la base del flujo génico es la sexualidad, el intercambio de genes entre variedades dará lugar a nuevas combinaciones de genes en la descendencia. En la crianza de cannabis la sexualidad es el punto principal para controlar la variabilidad de nuestra variedad.

No nos referimos solamente a la variabilidad cuando hablamos de estabilidad genética, sino que también nos referimos a la previsibilidad de la descendencia.

Esta previsibilidad es la proporción que se espera de cada fenotipo y cómo está distribuida en estos porcentajes. En definitiva, que podamos predecir en qué porcentaje se va a encontrar cada fenotipo.

Siempre hay que tener en cuenta que cuanto más puros o estables sean nuestro padres, mas homogénea será la descendencia, y por tanto será más fácil fijar aquellos rasgos que nos interesen, al mismo tiempo que necesitaremos menos trabajo para estabilizar el nuevo híbrido.

También debemos tener en cuenta que no es lo mismo una variedad estable que una variedad pura. Nos referimos con variedades puras, a aquellas variedades que a lo largo del tiempo se han ido cultivando tradicionalmente en las distintas localidades, habiéndose seleccionado a través de sus descendencias los mejores ejemplares y habiéndose vuelto a cruzar entre sí. Esto ha dado lugar a lo que hoy en día conocemos como variedades puras.

Normalmente, cuando plantamos una descendencia de una variedad pura, podemos ver que los ejemplares son prácticamente iguales entre ellos.

La descendencia resultante del cruce de dos variedades estables suele ser muy predecible, aunque tiene un mayor grado de variabilidad que una descendencia de parentales puros. Esto es debido a la estabilidad de cada uno de los parentescos, y como decíamos, una variedad pura siempre dará lugar a una descendencia homocigota (cuando los dos alelos codifican una misma información para un determinado carácter), mientras que la descendencia que derivaría de unos parentales totalmente inestables sería heterocigótica, haciendo que se mostraran un número imprevisible de rasgos.

Por este motivo es importante tener claro de qué variedad va a partir nuestro cruce y elegir unos parentales lo más puros y/o estables posible. Si la piscina genética de alguno de los padres es demasiado grande y mezclada correremos el riesgo de crear un híbrido inestable, a pesar de que ese padre fuera totalmente estable. Así que escoger ejemplares lo más puros posible es siempre una buena opción.

Cuando hablamos de estabilizar una variedad fijando ciertos rasgos de interés, solemos toparnos con el tema de los retro cruces.

La única forma que tenemos de ir fijando los rasgos que más nos interesan es mediante la selección de aquellos ejemplares que muestran en su fenotipo dichas propiedades. Si vamos cruzando estos ejemplares seleccionados entre sí, poco a poco estamos limitando los genes disponibles en las siguientes generaciones, haciendo que cada vez la descendencia sea menos variable y más predecible.

Muchas veces se ha dicho que hacer un retro cruce ayudará a estabilizar una variedad, pero en realidad esto no es del todo cierto. Si bien se puede utilizar esta técnica, que básicamente consiste en cruzar un ejemplar con otro de una descendencia anterior, para fijar algún rasgo determinado, esto no significa que vayamos a estabilizar la variedad por completo solamente con hacer un retro cruce. Aunque esta técnica puede ser utilizada para recuperar una variedad que ha variado con el paso de las generaciones.

A pesar de todo, hay que decir que cada gen o combinación de genes que da lugar a un fenotipo, puede ser de distintos tipos: dominante, recesivo o co-dominante.

Los genes dominantes harán que en la descendencia se muestren esos rasgos por encima de otros, mientras que los genes recesivos quedarán en un segundo plano, mostrándose solamente bajo algunas condiciones. En el caso de los co-dominantes ambos rasgos se manifestarán en el fenotipo al mismo tiempo.

Esto hace que la selección de nuestros padres deba ser bastante estricta. Sometiendo los distintos individuos a situaciones de estrés que las obliguen a mostrar un fenotipo distinto, donde podremos observar otros rasgos que quedaban ocultos.

Así que a lo largo de las generaciones lo que haremos será limitar dicha piscina de genes a aquellas combinaciones que nos resultan de interés para nuestra nueva variedad. De esta forma, cuando logremos que toda la descendencia sea homogénea y con las características que hayamos escogido, podremos decir que tenemos una variedad estable, donde su variabilidad es baja y su previsibilidad muy elevada. Aunque esto puede ocasionar cierto deterioro a lo largo del tiempo.

Si una vez estabilizada la variedad, seguimos cruzando entre ella misma durante bastantes generaciones, finalmente estaremos ocasionando una depresión endogámica.

Como cada vez la variabilidad es menor, la variedad comenzará a mostrar perdida de vigor y fecundidad. Hay que recordar que la variabilidad genética es el elemento que permite la evolución de las especies, y como hemos querido aumentar al máximo la previsibilidad de nuestra variedad hemos casi anulado la variabilidad de dicha especie. Además esto permite que aquellos rasgos recesivos que no nos interesan comiencen a mostrarse.

Es por esto que con el paso del tiempo, las variedades acaban sufriendo algunos cambios, ya que para combatir la depresión endogámica debemos introducir un nuevo parentesco que aporte nuevos genes y, por tanto, aumente la variabilidad de la especie.

Esta nueva inyección de genes, hará que la descendencia se muestre menos previsible, y por tanto comiencen a mostrarse algunos fenotipos distintos a los que estábamos acostumbrados. Este proceso es conocido como exogamia, y no solamente es necesario en las especies vegetales, sino que ocurre también en el reino animal. Si queremos recuperar las propiedades de las generaciones anteriores deberemos hacer un retro cruce con algún ejemplar de generaciones anteriores.

Cuando hablamos de una descendencia de plantas feminizadas, la depresión endogámica llega antes. Esto se debe a que normalmente se suele auto polinizar una variedad para obtener una descendencia de ejemplares hembra. Esto hace que la variabilidad genética sea mucho menor y por tanto la depresión endogámica llegue antes.

Ahora ya queda más claro el concepto de estabilidad, y hemos visto cómo con el tiempo y las descendencias podemos ir fijando aquellos rasgos que nos interesan al mismo tiempo que buscamos aumentar la estabilidad de nuestra variedad. Si estás llevando a cabo una crianza cannábica casera todo este proceso se hará bastante largo, y pasará un buen tiempo hasta que consigas tener una variedad muy estable. Ten en cuenta que cada generación te va a llevar un mínimo de 3 meses para realizar el cruce, pero una vez recogidas las semillas, estas deben reposar durante al menos cuarentaicinco días para ser viables. Si intentamos germinarlas antes será demasiado pronto, y el proceso de germinado no se realizará correctamente dando una germinación muy baja o casi nula. Cada variedad es un mundo, y puede que en algunos casos se necesiten menos días de reposo, aunque también es posible que otras variedades necesiten algún tiempo más. Esto solamente puedes saberlo haciendo pruebas de germinado cada semana y anotando los resultados sobre el mismo número de semillas.

En el próximo artículo voy a hablar sobre la conservación de plantas madre y el esquejado. Voy a desvelar algún truco y alguna observación que he podido hacer en estos 12 años de cultivo, así como hablar un poco más de casos prácticos. He considerado necesario hacer este apunte sobre la estabilidad de una variedad, ya que es un tema de mucha importancia, y que debe quedar claro en nuestras mentes a la hora de planificar una crianza cannábica.

Acerca del autor

Fabini de Caprius
Ante todo deja que me presente si no me conoces todavía. Soy Fabini De Caprius, fumatín, internauta y activista cannábico. Hace más de 12 años que estoy metido en todo este tema de la Marihuana, y aunque siempre he estado en las sombras, he decidido que ahora era el mejor momento para hacerme ver.

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