Giorgio Samorini es uno de los grandes eruditos, tal vez el último, en el estudio etnobotánico del uso de plantas embriagantes en culturas vivas y difuntas.

Samorini, originario de Bolonia (Italia) pero residente desde hace años en Mallorca, acudirá a Fuertedélica 2024 para hablarnos de «Los cultos de la iboga», un tema fascinante sobre el uso de esta planta enteógena en Gabón y otros países del África Occidental, un tema que Samorini estudia desde hace treinta años. Entrevistamos a Samorini vía Zoom sobre su conferencia magistral en Fuertedélica, el próximo 22 de noviembre.

¿En qué momento nació tu interés por la iboga?

En 1991 viajé por primera vez a Gabón. No conocía a nadie, así que busqué durante varios días hasta encontrar el primer templo bwitista en Libreville, la capital. Allí comenzó mi relación con el bwiti, que muchos asocian con un culto religioso, aunque en realidad es una cuestión más compleja que incluye ritos de iniciación, adivinación, profecía, posesión y religión. Por ello, prefiero hablar de «los cultos de la iboga» en lugar de sólo bwiti.

¿Cuántas ramas existen de la religión bwiti?

El bwiti se divide en cientos de sectas diferentes, pero básicamente existen dos grandes ramas: una que no acepta símbolos cristianos y otra, el bwiti de los fang, que es sincrética y utiliza mucha simbología y ritualidad cristianas. Se trata de dos grupos están enfrentados y que no se aceptan mutuamente, pero los fang han ganado fuerza en Gabón gracias a la inclusión de estos símbolos cristianos, compitiendo con el cristianismo y el islamismo. El bwiti de los fang se considera la tercera religión de Gabón.

¿Continúas con la investigación en torno a estos cultos?

La última vez que estuve en Gabón fue en Navidad de 2022, así que son más de treinta años los que llevo estudiando los cultos de la iboga. Realizo estudio de campo y también de la literatura, que es mayormente francófona, pues los franceses son quienes más se han interesado en este tema. La Universidad de la Sorbona en París es el núcleo de estos estudios, motivo por el que la mayor parte de la literatura sobre los cultos de la iboga se encuentra en francés. Por este motivo voy a publicar una serie de artículos en inglés sobre la iboga, que comprenderá ocho o diez artículos que aparecerán en revistas de antropología para internacionalizar más el bwiti.

Iniciación al bwiti

¿Cómo conseguiste la autorización por parte de las autoridades religiosas de Gabón para estudiar el bwiti?

Fui iniciado en el bwiti por una comunidad fang en 1993, ya que quería estudiar bien el rito de iniciación, uno de los más dramáticos que he conocido. Me pusieron como condición: «si quieres estudiarnos, debes pasar por la iniciación y luego puedes estudiar». Se trata de un rito arriesgado en el que pones tu vida en sus manos. Después de pasar por él, entendí por qué no hay blancos iniciados en la secta de Akanga. Esta iniciación me ha abierto las puertas a varios grupos bwitistas, porque al pronunciar las palabras «mágicas» me han permitido acceder a sus ceremonias

¿Qué dificultades encontraste en esta investigación por tu condición de europeo?

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Fue un estudio muy difícil porque Gabón es una selva primaria complicada. No pude llegar a todos los lugares que quería por dificultades logísticas. Baste pensar que no podía estar más de 20-22 días en la selva primaria, ya que se calcula que, pasado este tiempo, la posibilidad de contraer una enfermedad tropical se vuelve exponencial. Por tanto, yo estaba siempre alrededor de los veinte días y regresaba a la capital. ¿Cuántos misioneros, cuántos investigadores habrán muerto en aquella selva? 

Puedes morir por la malaria o por la propia iboga. Parece que hay muchas maneras de morir en Gabón.

Así es, muchos murieron por la iboga. Yo siempre que regresaba a Italia me iba al centro de enfermedades tropicales para controlarme todo, porque es verdaderamente peligroso. En Gabón está el ébola, la elefantiasis, la mosca tsé-tsé, entre otras enfermedades. Es un poco como Nueva Guinea, que es considerada un área malditas por los etnógrafos. 

Conferencia magistral sobre iboga

¿Qué nos vas a contar en Fuertedélica, el próximo 22 de noviembre?

Hablaré de los ritos de la iboga, un tema poco conocido más allá del bwiti. Hay ritos terapéuticos y de posesión, distintos del culto religioso. En los ritos de posesión, al tomar iboga, un espíritu entra en tu cuerpo, actúa y habla a través de él, enseñándote tus problemas. También están los ritos en los que el hechicero te da la iboga y te pone frente a un espejo y, bajo el efecto de la iboga, tú miras fijamente el espejo, y dentro de él encuentras la solución a tus problemas. Éstos son otros ritos, los ritos adivinatorios… También hay ritos adivinatorios para resolver problemas materiales o personales. Existen diferencias entre el uso femenino y masculino de la iboga; los ritos de posesión son llevados a cabo por mujeres, mientras que los ritos religiosos por hombres.

Cartel anunciador de la conferencia magistral de Giorgio Samorini en Fuertedélica.

Es curioso cómo cultos como el bwiti o el Santo Daime retoman el sacramento enteógeno que usó el cristianismo originario y al que renunció para comulgar con esta «hostia insípida», como tú la defines.

Sí, los bwitistas dicen «nosotros somos los verdaderos cristianos», y critican a los cristianos que utilizan la hostia «sin saber de lo que hablan». Ellos son muy críticos y se muestran casi fanáticos en su cristiandad… pero con la iboga. El centro de la revelación, del contacto directo con la divinidad, es la iboga, así que tienen una crítica muy bien fundada contra los católicos. Hay un conflicto ideológico con el catolicismo en Gabón, aunque no tan violento como en los años treinta, cuando hubo enfrentamientos militares y mártires bwitistas.

Guerras religiosas enteógenas

¿Te refieres a una guerra religiosa con la iboga de por medio?

En los años treinta del siglo pasado, empezaron también una guerra física a través de los militares coloniales. Muchos bwitistas fueron asesinados, tienen sus mártires e incluso algunos murieron a manos de los curas. Todavía hoy continúa un conflicto en el que los bwitistas buscan ser reconocidos como la tercera religión oficial del Estado. Los políticos ven a los bwitistas como una masa electoral importante, pero al final los católicos se interponen en su reconocimiento. Sea como fuere, no estamos al nivel de las persecuciones de los años treinta.

Ceremonia de Bwiti con iboga en Gabón. Foto de Giorgio Samorini.

Ceremonia de iboga en el culto bwiti. Foto de Giorgio Samorini, vía Flickr.

Y es una religión que también tengo entendido que está rompiendo fronteras. Está en proceso expansivo, ¿no? 

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Sí, en el África Occidental el bwiti se encuentra ya hace tiempo en cinco países, además de Gabón: Congo, Guinea Ecuatorial, Camerún y ahora está llegando a Angola, y este último año está entrando también en Nigeria, así que se está difundiendo en estas áreas donde la iboga se encuentra presente. Hay que diferenciar entre la iboga silvestre y la cultivada a partir de varios subtipos de la Tabernanthe iboga. Hay que señalar que en ninguna de estas naciones es ilegal.

¿Qué implicaciones tiene esta expansión desde el punto de vista ecológico? Porque tenemos entendido que ya se está explotando demasiado y que la industria farmacéutica también está presionando por los efectos terapéuticos que se conoce que tiene la iboga.

Sí hay un problema ecológico, pero la causa no es la expansión del bwiti en estas naciones africanas, sino la demanda de material de Europa. Es decir, empresas farmacéuticas, o también por la difusión de la iboga en Europa, de modo que se explota más de lo que se está cultivando. Hay que considerar una cosa: en la planta de la iboga se utiliza la raíz y, para que sea efectiva, tiene que tener como mínimo siete años de edad. Si tú la coges antes, no es muy efectiva. Éste es el motivo por el cual la iboga que se puede encontrar en Europa no es de buena calidad, porque los cultivadores no esperan los siete años preceptivos para vender la iboga.

La iboga es potentísima, una de las grandes plantas alucinógenas que tenemos en el mundo, apenas necesitas una única cucharadita para sentir toda su potencia. El problema no es la religión sino la cultura occidental, que quiere aprovechar de una manera farmacéutica o como droga recreativa el potencial de esta planta. Cuando voy a Gabón no veo un problema de escasez de iboga. El problema se da únicamente en zonas donde se cultiva para vender a los blancos, como pueden ser Angola o Camerún.

El equipo científico de ICEERS, encabezado por el doctor José Carlos Bouso, acaba de finalizar un estudio con ibogaína para la deshabituación de la metadona, en el que se ha utilizado Voacanga africana en lugar de Tabernanthe iboga precisamente por su sobreexplotación.

Sí, la ibogaína está presente en otras plantas africanas, pero los cultos de la iboga sólo giran en torno a la Tabernanthe iboga.

Giorgio Samorini  impartirá la conferencia magistral «Los cultos de la iboga» el próximo 22 de noviembre en Fuertedélica.

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Acerca del autor

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.