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Los diez errores del cultivador principiante, desde el sembrado a la recolección (VI)

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Queridos cultivadores, en el número anterior de esta serie de “Los diez errores del cultivador principiante, desde el sembrado a la recolección” hemos hablado de los principales errores a la hora de utilizar recipientes, del abonado en exceso, de la utilización de productos hasta la recolección y, finalmente, de la contaminación lumínica.

Por Gospodin Konopí

En este número hablaremos de dos elementos básicamente: de la recolección prematura de nuestra cosecha y de la falta de discreción a la hora de manejar la existencia de nuestro cultivo.

La cosecha siempre es un momento de felicidad y de gozo para los cultivadores. Todos los esfuerzos, todo el tiempo dedicado y todos los recursos económicos invertidos en el proyecto convergen en la cosecha, momento que adquiere una tremenda importancia. El momento de la cosecha ha sido un tema muy debatido. ¿Cuándo es el momento más adecuado? ¿Cómo se cuándo debo cosechar? ¿En qué aspectos me tengo que fijar? ¿Tengo que hacer algo especial los días previos? ¿Una vez se cosecha ya no hay que hacer nada más?

Todas estas preguntas son dudas muy frecuentes en cultivadores principiantes. Con anterioridad a la recolección habrá que cerciorarse bien de que ninguna parte de ninguno de los cogollos padezca botrytis. La botrytis puede extenderse por el resto del cogollo llegando a afectar, si no se detecta a tiempo, a otros cogollos de otras partes de nuestras plantas o incluso a otras plantas.

Como ya hemos dicho en el número anterior de esta serie, en las últimas dos semanas o diez días, lejos de seguir abonándolas, será necesario limpiar las plantas profusamente con agua. Los lavados suponen un método eficaz para eliminar de la planta los restos de nutrientes químicos u orgánicos que se depositan en la tierra y en las raíces a modo de cristales minerales salinos.

Hay algunas variables que van a influir a la hora de decidir cuándo es el momento más adecuado para cosechar. Uno de los elementos más evidentes y dato primario en el que habrá que fijarse va a ser las características de la genética descritas por la casa de semillas que produce la variedad que hemos adquirido.

En la mayoría de los casos las variedades que ponen las casas de semillas a nuestra disposición son descritas con una breve referencia que hace alusión al porcentaje de THC y de CBD, a la genética y a los tiempos de floración. Es esa pequeña directriz que las casas marcan en la que nos hemos de fijar para tener una primera referencia. No obstante, como muchos de vosotros ya habréis comprobado, en algunas ocasiones ponemos semillas idénticas y nos salen plantas con diferencias que pueden llegar a ser considerables. Por este motivo conviene tener como referente los tiempos que los fabricantes marcan pero al mismo tiempo es adecuado no desatender nuestras plantas durante su última etapa para poder tener información específica de cada una de ellas.

Cuando cosechamos nuestras plantas antes de tiempo estamos desperdiciando gran parte del esfuerzo, tiempo dedicado y recursos invertidos. De esta manera, los cogollos no se desarrollarán plenamente y su tamaño será menor. La producción de resina de la planta se verá mermada, lo que se traduce en menos THC y una interacción diferente entre este y el CBD y CBN (así con el CBC, CBG, CBDA, THCA, etc.).

Con recolecciones ligeramente precoces se obtendrá una marihuana con efectos más euforizantes y estimulantes; por el contrario, si concedemos unos días a mayores de lo que se supone es el momento más apropiado estaremos privilegiando la oxidación y el aumento de CBD, lo que dará como resultado una marihuana más narcotizante (siempre dentro de los parámetros genéticos de la variedad en cuestión).

Existen muchas personas que gustan de marihuanas narcóticas dentro ya de las variedades índicas. Está claro que para gustos nada mejor que las posibilidades que el cultivo de cánnabis ofrece, pero hay que tener cuidado de no dejar a la planta comenzar su proceso de descomposición y, aunque se prefiera un efecto más sedante, hay que cortar las plantas antes de que esto ocurra.

Para determinar el momento más idóneo para cosechar habréis de fijaros en los pistilos de la planta. Cuando existe un porcentaje de más del 60% de pistilos marrones, ocres o color caramelo significa que el momento óptimo está muy cerca y podemos ir haciéndonos a la idea de cosechar. Ahora bien, aunque no resulte demasiado complicado observar los pistilos sin ningún artefacto que nos facilite la tarea, es mucho mejor disponer de una lupa de 50 a 100 aumentos.

Es cierto que podremos determinar, sin demasiada precisión, el punto de maduración de los pistilos de nuestras plantas, sin embargo, existe otra manera de confirmar la maduración de las mismas. Este otro método se basa en la observación de los pequeños tricomas, para lo cual será necesaria una lupa de como mínimo 50 aumentos. Cuando observamos por medio de la lupa los tricomas y vemos que estos poseen una tonalidad clara y un aspecto lechoso significa que la producción y maduración del THC y de los terpenos todavía no ha concluido. El momento más adecuado será cuando los tricomas estén estructuralmente formados, con ese característico aspecto de “Chupa Chups” y la tonalidad de más de la mitad de ellos haya adquirido un colorido blanquecino y una consistencia más cristalina, además de haber ya un pequeño porcentaje de tricomas de color caramelo.

Una vez que hemos determinado el momento más adecuado analizando las variables de que disponemos será hora de cortar nuestras plantas. Para ello, lo mejor que podemos hacer es realizar la cosecha en el momento del día en el que la humedad ambiental sea más baja para que no haya un exceso de humedad en los cogollos y  así poder evitar problemas con la botrytis.

Seguidamente, habrá que realizar un “manicurado” de las plantas, esto debe hacerse con calma y bien, pese a ser un proceso laborioso y, dependiendo de la cantidad de plantas, horriblemente tedioso. Es necesario retirar la mayor cantidad de hojas y todas las de un tamaño grande. Lo ideal para curar nuestras plantas va a ser un entorno completamente oscuro, fresco y seco en el cual existan corrientes de aire continuo y una humedad ambiental de entre un 45% y un 55%.

Cosechar antes de tiempo es uno de los errores más comunes y que más perjudican al resultado final fruto de un esfuerzo un tiempo y una dedicación en base a ello. Así que ya sabéis, procurad respetar los tiempos orientativos que las casas de semillas ofrecen sobre sus productos, estad especialmente atentos las dos últimas semanas vigilando el desarrollo de cada una de vuestras plantas, pues son seres vivos, cada cual es un mundo en sí mismo y su maduración particular. Lo más importante a recordar: no os impacientéis en los últimos momentos.

Ahora vamos a abordar uno de los errores más cometidos y más perniciosos para el proyecto de cosechar, además de peligrosos para nuestra preciada libertad o condición de ausencia de problemas administrativo-judiciales: la falta de discreción en torno a nuestro cultivo.

La discreción es sinónimo de prudencia y en muchos casos de sensatez, atributos necesarios todos para esto del cultivo de cannabis. En otras palabras, podríamos decir: ¡No seáis cantosos ni os mentáis en líos si tenéis un cultivo entre manos ya sea en ciernes o esté este legando a su cenit!

Ser discreto no significa solamente no contarle a nadie que eres un cultivador o no hablar sobre donde está tu lugar de cultivo o no precisar la cantidad de plantas que cultivas, ser discreto significa no hacer cosas que puedan poner sobre ti el foco de atención de tus vecinos y de otras personas así como de los cuerpos policiales. En gran medida, en este país cualquier cultivador que pretenda hacer lo suyo (esto es, realizar un cultivo) va a tener que lidiar con el asunto con gran recelo y secretismo. Sin demasiado esfuerzo se puede llegar a la conclusión de que el conocimiento de un cultivo de cánnabis por parte de personas malintencionadas o con las que, por las razones que sean, no nos llevamos bien, puede ser un auténtico peligro y una baza que juega en nuestra contra. Sería genial que nadie fuese juzgado por cultivar cannabis, que no existiesen personas que se dedican a despreciar el esfuerzo de los demás robando plantas ajenas o que nadie te denunciase al ver que tienes pantas de marihuana en tu huerto, sin embargo, las cosas aquí, en España, parece que están de momento muy lejos de ser de otra manera en la que no se persiga a gente que cultiva flores y si a gente que roba descaradamente de las arcas públicas. Pero vivimos en un mundo loco y por eso toda precaución es poca. Como decíamos antes, una medida inteligente es reducir al máximo la cantidad de personas que conocen tu cultivo o sencillamente no contárselo a nadie. Conozco varios casos de amigos enfadados precisamente por la falta de discreción. Si evitamos llevar a un amigo a nuestra localización de cultivo y posteriormente las plantas desaparecen no tendremos que desconfiar de él.

La discreción va a implicar no ir aireando por ahí lo buen cultivador que uno es, contándole a todo el mundo y con todo detalle la cantidad de hierba que se ha conseguido en la última cosecha o lo grandes que eran los cogollos. En ningún momento estamos sugiriendo que os vayáis a un monasterio alejado y os enclaustréis para cultivar cannabis (cosa que no estaría nada mal) ni que no regaléis o invitéis a vuestros amigos y conocidos, nada más lejos de la realidad. No obstante, tened cuidado pues la interacción cánnabis-gente arroja problemas con mucha más frecuencia de lo que al que escribe esto le gustaría.

Aunque los growshop son tiendas como cualquier otra, tened cuidado cuando compréis los productos y los transportéis, tened en cuenta que aunque todos los productos sean legales (inclusive las semillas) podrían reportaros algún problema de corte local.

Evitar problemas es una gran manera de ser discreto y pasar desapercibido. No os metáis en peleas, no cometáis delitos (aparte del cometido al cultivar, claro está), no os enganchéis a la luz y no seáis dejados con la limpieza y el orden en cuanto al cultivo. Hay mucha gente que realiza cultivos indoor y está enganchado ilegalmente a la luz, el día que los cojan va a tener un problemón doble y uno de ellos magnificado por estafa continuada. Esta es una de las maneras de obtener un montón de papeletas para acabar encontrando el boleto ganador, el que contiene el premio del procesamiento por un montón de cosas que se podrían haber ahorrado con tan solo pagar las facturas de la luz.

Cae de cajón que el dinero siempre llama la atención de vecinos y desconocidos. Cuando una persona vive con un alto nivel de vida llama bastante la atención pero cuando lo hace una persona que no posee recursos económicos constatables, ni ingresos por trabajo y además se rumorea que trapichea, se convierte entonces en una gran diana perfectamente apreciable para personas que convendría que no se enterasen de estas aficiones o dedicaciones como la policía o los jefes si los hubiera. Si conocéis a alguna persona que encaje en esta descripción y tenéis un cultivo os conviene que no sepa demasiado sobre vosotros, porque ¿qué le pasa a alguien que comete un delito cuando está cerca de otras personas que cometen delitos mayores? Bueno, yo creo que la respuesta es tan evidente que solamente diré: Evitad a gente fichada o que va por la vida con la palabra problemas tatuada en la frente, metafóricamente hablando. Este tipo de personas os pueden traer problemas aunque vosotros seáis gente legal.

En otro orden de cosas, hay que tener mucho cuidado con el olor de la cosecha llegada la etapa de floración, tanto si se trata de un cultivo indoor como si es outdoor. También es muy importante tener cuidado con los desperdicios y envases de los productos de cultivo específicos para cannabis. Por lo general, muchos de estos productos no son especialmente cantosos, algunos se anuncian con fotos de verduras o con elementos que no tienen que ver con el cannabis. Aun así, es recomendable tener cuidado para no llamar la atención de tus vecinos, máxime si se trata de personas reaccionarias sobre el tema del cannabis. Otro elemento con el que deberemos ser especialmente delicados, cuidadosos y eficientes es con los desperdicios de las plantas, lo que no vamos a usar. Cuando “manicuramos” nuestras plantas producimos una gran cantidad de desperdicios vegetales como las ramas y las hojas. Conviene evitar depositar estos desperdicios en contenedores aledaños a vuestra residencia o lugar de cultivo con el fin de no levantar sospechas. Una buena manera de deshacerse de todos estos desperdicios es enterrarlos si tenemos una huerta o algo similar.

Hasta aquí esta serie de seis números de “Los diez errores del cultivador principiante, desde el sembrado a la recolección”. Ha sido un placer realizar este recorrido con todos vosotros, espero os haya ayudado y haya disipado alguna duda e incluso alguna leyenda urbana. Hasta próximas entregas y recordad: cultivad el gusto por cultivar.

*ARTÍCULOS:

“Los diez errores del cultivador principiante. Desde el sembrado a la recolección. Parte 1ª” Gospodin Konopí.  Cannabis Magazine, números 115, 116, 117, 118 y 119.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.

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