Un viaje por el reino de los hongos psilocibes y su impacto en el sistema nervioso, la cultura y la naturaleza
por: Juan Crespo Alia
Como ya vimos en el número anterior, iremos conociendo diferentes seres vivos que presenten importancia por las propiedades de sus principios activos. Un ejemplo es el que hoy nos ocupa, los conocidos monguis que pertenecen a los llamados hongos psilocibes. La importancia de su conocimiento radica en las posibles equivocaciones que se pueden cometer y las consecuencias peligrosas que pueden derivar de las mismas.
Los hongos son seres vivos que se encuentran clasificados dentro del reino Fungi. Están formados por una parte vegetativa (micelio) que se encuentra en el interior del substrato del que se alimentan, produciendo fructificaciones que conocemos con el nombre de hongos o setas.
Los hongos, a diferencia del reino vegetal carecen de clorofila, por lo tanto, no pueden sintetizar su propio alimento y necesitan obtenerlo ya elaborado. Para ello se alimentan de otros organismos viviendo en simbiosis con otras plantas, asociación que se conoce como micorriza, donde la planta suministra al hongo fuentes de carbono procedentes de la fotosíntesis y éste le suministra a su vez mayor absorción de agua y nutrientes minerales, siendo ambos beneficiados. Esta es la asociación más común, pero los hongos también pueden parasitar plantas o animales o vivir como saprofitos, esto es desarrollándose a partir de materia orgánica en descomposición.
Hay algunas variedades de hongos que contienen alcaloides capaces de alterar el Sistema Nervioso Central. Estas variedades se conocen científica y coloquialmente como hongos psicoactivos.
Aunque se han identificado cerca de 15 especies diferentes, las principales variedades en México son tres, y han recibido nombres bastante pintorescos: al Psilocybe mexicana que brota en días soleados sobre prados húmedos inmediatamente después de una noche lluviosa, se le llama “pajarito”; al Psilocybe caerulescens que nace también en tierra húmeda, “derrumbe”; y al Psilocybe (o Stropharia) cubensis que crece sobre el estiércol del ganado vacuno, “San Isidro”.
En los bosques de España hay Pscilocybe wassoni en Galicia; P. semilanceolata en País Vasco y Stroparia cubensis en Cataluña.
Los antropólogos afirman que en México, en Guatemala y en la zona del Amazonas fueron utilizados con fines rituales. A lo largo de todo el antiguo territorio maya se han encontrado figurillas de piedra con remates en forma de hongo que datan del año 1000 a.C. al 500 d.C
Etimología y denominaciones
Un hongo psilocibe es aquel cuyos principios activos son la psilocina y la psilocibina; mientras que hongo psicoactivo es la denominación genérica para todo tipo de especies que contengan éstos u otro tipo de alcaloides capaces de afectar el sistema nervioso central. Las especies de Amanita muscaria y Amanita pantherina, por ejemplo, son hongos psicoactivos, pero no psilocibes.
Entre los indígenas del centro de México los hongos psilocibes reciben el nombre de Teonanacatl, que significa “carne de dios” en náhuatl. Los mazatecos de Oaxaca les llaman nti-si-tho; el prefijo nti es un diminutivo de res peto y cariño, si-tho significa “el que brota”.
QUÍMICA
Identificación
Se han encontrado más de 80 variedades distintas en todo el mundo que contienen como principio activo la psilocibina y, en menor cantidad la psilocina. A continuación se describen las principales variedades que se encuentran en México y España. Los Psilocybe mexicana (pajaritos) constituyen una de las especies más pequeñas de hongos alucinógenos. Contienen psilocibina y psilocina.
Brotan principalmente en el sur y el centro de México. Alcanzan una altura de 2.5 a 10 cm. El sombrerillo campanulado mide entre 1 y 3 cm de diámetro, tiene un color paja pálido y una pequeña protuberancia más clara en la punta. Su tallo es muy delgado, largo y fibroso, las esporas son de color café negro a café púrpura.
Los Panaeolus agaricaeae o sphinctrinus son una especie cosmopolita. Contienen psilocibina. Miden hasta 10 cm de altura. El sombrerillo campanulado ovoide de color pardo claro o café grisáceo mide hasta 4 cm. Su tallo es delgado y fibroso, las láminas son de color negro-parduscas con esporas de color café negruzco.