Home Artículos Cultivo ¿Qué hago con los restos de mi cosecha? ¡¡Extracciones!!

¿Qué hago con los restos de mi cosecha? ¡¡Extracciones!!

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– Seco, Ice, BHO, QWISO-

 

            No son pocos los cultivadores que piensan que una vez recogidos los cogollos, todo lo demás se tira… gran error amigos. La planta de cannabis es como el cerdo, se aprovecha todo. Aunque en esta ocasión nos centraremos en lo que podemos hacer con los restos de la manicura para obtener un buen hash o aceite.

            Por si alguien aún no sabe qué significa, se le llama manicura al hecho de eliminar esas hojas repletas de resina que sobresalen de los cogollos y las más cercanas a éstos, con el fin de dejar los cogollos bien limpios para un correcto secado y posterior curado.

            Estas hojas que hemos recortado en el proceso de manicura, se dividen en dos, las que poseen tricomas en mayor o menor medida y las que no. Vamos a centrarnos en las que sí tienen tricomas, pues podemos extraerlos con diferentes metodologías y disfrutarlos ya sea en forma de aceite o de hachís.

            Como si de nuestros mejores cogollos se tratara, dejaremos secar estas hojas cargadas de tricomas al mismo tiempo que secamos nuestros preciados cogollos. Hay quien deja curar las hojas, como se hace con los cogollos, para después realizar los procesos de extracción y quien simplemente una vez secas…. se pone manos a la obra. La diferencia está en la transformación que ciertos cannabinoides realizan durante el curado, como el THCA (no activo) en THC (activo), aunque esto no significa que los restos recién secados no contengan THC, sólo que otros componentes como el THCA no podrá transformarse.

            Veamos qué tipo de extracciones podemos elaborar con estos restos. No vamos a citar todas pero sí las más clásicas y las que más se llevan en los tiempos actuales, como el BHO.

BHO (Butane Hash Oíl)

            Conocido por muchos como “Oro puro”, la extracción de aceite conocida como BHO arrasa por donde pasa. Seguro que la mayoría de los que leéis este artículo ya habéis tenido la oportunidad y suerte de probarlo, bien mediante un bubbler con tornillo de titanio, vaporizador o añadiéndolo al peta como el clásico hachís.

            Para quienes no lo habéis probado aún, aconsejaros simplemente que no dejéis pasar la oportunidad cuando tercie, ya que es una auténtica maravilla. Quizás su éxito se deba a su sabor, a su olor, o a su increíble pureza… yo lo achaco a su concentración de THC, en muchos casos superior al 80%. Con un pequeño trozo de este valioso oro, podremos en un par de caladas experimentar el mismo efecto que fumándonos una buena “L”.

            Dependiendo de la metodología y purgado, podremos obtener shutter, budder, moon rock, etc… Diferentes denominaciones para los resultados finales, que sin lugar a dudas nos sorprenderán y mucho.

            Dado que mi experiencia personal en algunas técnicas de extracción es muy reducida (llamarme carcamal… pero yo sigo en mi línea clásica jeje), asistiré de observador a una extracción de BHO gracias a la invitación del amigo Dadu, quien me ayudará a documentarlo todo explicándonos el proceso paso a paso. Este artículo no pretende ser la obra maestra de cómo elaborar BHO, pero nos servirá para aclarar a grandes rasgos su elaboración.

            Lo primero que debemos saber es en qué consiste este tipo de extracción, que podríamos simplificar como una extracción de hash, utilizando gas. Para obtener una extracción lo más limpia posible, debemos usar un gas que deje muy pocos residuos, ya que éstos son altamente tóxicos. El gas “colibrí” es el más utilizado, dado que su porcentaje de residuos una vez evaporado es del 0%. Quizás parezca una tontería de “puristas” o “sibaritas”, pero no es así, debemos asegurarnos de que el gas que vamos a utilizar para la extracción es de primera calidad.

            Recordad que al manipular gas, debemos tomar unas serias medidas de seguridad ya que éste es altamente inflamable. El proceso debemos realizarlo en un lugar muy bien ventilado y alejado de cualquier chispa, llama o medio que pueda provocar que el gas se inflame. Sobra decir que nada de fumar mientras se realiza la elaboración.

            Lo primero que debemos hacer, es tener preparada la hierba que vamos a utilizar. Quien dice hierba, dice restos de manicura o cogollos bajeros (éstos que no valen ni para un peta), teniendo presente que con cogollos “decentes” podremos obtener un 15% de retorno mientras que con restos de manicura lo normal es obtener un 10% de retorno.

            Esto significa que obtendremos ese porcentaje en forma de aceite, una vez ya purgado por completo. Por poneros un ejemplo, realizamos esta extracción con cuarenta gramos de restos de manicura, obteniendo cuatro gramos de aceite una vez finalizado todo el proceso.

            Lo primero que haremos es grindear esos cuarenta gramos de restos para poder trabajar con una hierba bien desmenuzada. Aquí me gustaría hacer una pequeña pausa y explicar que muchos cultivadores realizan sus extracciones sin gridear los cogollos o restos de manicura, con la idea de que al grindear se liberan ciertas moléculas por parte de la materia vegetal que hacen que el aceite sea menos puro. Desde el respeto hacia todas las opiniones, siempre he pensado que después de tantos años fumando hierba a pelo, no me voy a preocupar ahora por unas moléculas. El sentido común me indica que grindeando bien la hierba, será más sencillo que el gas pueda llegar a todos los tricomas, disolviéndolos y arrastrando su contenido, por lo que éste es el sistema que usaremos en esta extracción.

            Meteremos los restos en el tubo preparado para la extracción, que en este caso es de PVC pero que el amigo Dadu me ha indicado que debe ser de cristal de borosilicato o acero quirúrgico, para evitar arrastrar toxinas. Como la intención es mostrar la elaboración, lo haremos así mismo.

            Los restos lo metemos sin prensarlos mucho, pero evitando que queden bolsas de aire, de forma que la hierba quede compacta pero no apretada. Con esto facilitaremos el paso del gas y un correcto arrastre de tricomas. Aquí debo hacer otra pausa, pues algunos cultivadores prefieren prensar al máximo la hierba una vez introducida en el tubo y otros dejarla compacta pero no apretada, como en nuestro caso. Ya sabéis que esto es como todo, cada maestrillo tiene su librillo por lo que las metodologías pueden variar mucho dependiendo de quién realice la extracción.

            Dentro del tubo que vamos a usar (de PVC aunque no sea lo más indicado), hemos colocado una malla en la parte inferior, de forma que impida salir las impurezas dejando paso exclusivamente a nuestro esperado aceite. Comentar que el tubo no tiene ningún truco, unos cuantos agujeros en la parte inferior por donde tendrá salida el gas con lo que arrastre y un agujero en la parte superior, que es por donde introduciremos el gas.

            Una vez preparado el tubo y bien cerrado (en este caso a rosca…), procederemos a introducir gas “colibrí” de forma pausada, en pequeños intervalos de tiempo con el único fin de ir congelando poco a poco el tubo y su contenido. El gas al salir de su envase se enfría muchísimo, congelando lo que encuentra por su paso, el tubo y como no, la hierba desmenuzada que hemos introducido en su interior.

            Durante este primer proceso y con esta cantidad de hierba (40gr), usaremos entre medio bote y un bote entero para enfriar bien el tubo. Una vez esté completamente congelado, pasaremos a la acción, inyectando “a saco” el segundo bote de gas. La presión hará que por la parte inferior del tubo comience a salir una mezcla de aceite y gas a presión. Dado que el gas es sumamente inflamable debemos realizar todo este proceso en un lugar muy ventilado y sin nada alrededor que pueda producir que el gas se inflame (nada de porros encendidos, cigarros o aparatos eléctricos que ocasionen chispas/calor excesivo). Usaremos el bote entero que, sumado al medio bote que habíamos usado para congelar el tubo, hará que en esta extracción en particular usemos bote y medio de gas “colibrí”.

            El aceite que vaya saliendo del tubo al que estamos inyectando gas, lo depositaremos en una bandeja de pyrex (estas típicas bandejas de cristal especial para cocinar en horno), la cual tendremos depositada sobre otra bandeja con agua templada. Tened presente que el gas al salir será muy frio, por lo que la bandeja de pyrex seguramente termine congelada y vaya disipando ese frio en el agua templada de la bandeja inferior. Si el agua se enfría, bastará con sustituirla para que la bandeja de pírex se temple paulatinamente. La temperatura del agua debe rondar entre 35º y 40º, de esta forma obtendremos un aceite claro. Si el agua está a una temperatura superior, el aceite será bastante más oscuro.

                 Aquí hago otra pausa, para explicar que inicialmente lo que se hacía es realizar un baño maría en la bandeja de pyrex. De esta forma el aceite se calentaba y evaporaba el gas. Pero este proceso no limpia tanto el aceite como una buena campana de vacío y dado que vamos a usarla, no es necesario calentar el agua en exceso para realizar un baño maría, puesto que el gas lo eliminaremos con la campana de vacío. Además proporcionar calor al aceite con restos de gas es un riesgo innecesario.

            Como podéis ver en las fotos, la bandeja de pyrex que estamos usando tiene ya unos cuantos kilómetros…. siempre elaborando BHO, algo que la hace más especial aún ;).

            Una vez la bandeja y el aceite se hayan templado, cogiendo la temperatura ambiente o incluso algo más cálida si tenemos puesto el aire acondicionado…. pasaremos a retirar nuestro aceite de la bandeja de pyrex con la ayuda de una cuchilla. Iremos depositando este aceite de forma extendida sobre papel de horno, resistente y poco adherente, ideal para nuestro fin. Rascaremos bien la bandeja de pyrex procurando recuperar todo el aceite vertido en ella, aunque como podéis observar en las fotos, siempre quedará algún resto… No os volváis locos, seguro que se podrán aprovechar en otra elaboración.

            Tened cuidado de no tocar el aceite con las manos, o que se os caiga un poco de aceite sobre la mesa o similar, ya que es sumamente pegajoso y perderéis gran parte de ese aceite intentando despegarlo. Si tenéis un accidente y sucede esto… recordad que el frio lo endurece mucho, buscad un poco de hielo, metedlo en una bolsa de plástico y aplicadlo sobre el aceite para poder despegarlo perdiendo lo mínimo posible. Son cosas que veces suceden y más si uno va contento, así que tened cuidado durante la manipulación del aceite y os evitareis un dolor de cabeza.

            Bueno, todo el proceso de extracción ha ido bien, el amigo Dadu nos ha mostrado cómo realizarlo de forma segura evitando correr riesgos innecesarios. Desde el inicio donde comenzamos a desmenuzar la hierba, preparación del agua y bandejas, malla para el tubo y demás historias… apenas sí ha transcurrido una hora, incluso haciendo nuestras pausas para degustar un buen porrete en un lugar apartado del gas.

            Ahora que ya tenemos nuestro aceite sobre el papel de horno, sólo nos falta eliminar todas las burbujas de gas que han quedado atrapadas en su interior, tanto las que podemos apreciar a simple vista, como las que no se ven pero están ahí. A este proceso de eliminación de gas se le denomina “purgado” y es posiblemente lo más importante de todo el proceso, ya que no queremos fumar gas tóxico sino aceite de primera calidad sin el más mínimo rastro de gas.

            Introduciremos nuestro aceite, sobre papel de horno, en una campana de vacío y dejaremos que haga su trabajo durante aproximadamente cuarenta y cinco minutos. Veremos entonces cómo nuestro aceite comienza a burbujear en el interior de la campana de vacío, el gas comienza a salir y la textura de nuestro BHO ha pasado de ser aceitosa a algo muy parecido a un boca bits, algo completamente normal y necesario para obtener un aceite libre de gas.

            Transcurridos los primeros cuarenta y cinco minutos, sacaremos nuestro “boca bits” del interior de la campana de vacío y le pondremos otro papel de horno por encima, haciendo un sándwich. Aplastaremos con la ayuda de los dedos todas las burbujas, dejando nuevamente una masa de consistencia aceitosa. Dado que tiene papel de horno por encima y por debajo, no corremos peligro de que el aceite quede pegado en nuestros dedos.

            Amasaremos un poco el aceite, con la ayuda de un rodillo, lata o cualquier cosa que nos ayude a expandirlo al máximo. Hacemos esto porque cuanto más fina sea la capa de aceite, con más facilidad podrán salir las burbujas de gas a la superficie una vez dentro de la campana de vacío. Cuando hayamos terminado de amasar (algo que no debería llevarnos más de un par de minutos), retiraremos el papel superior del sándwich y meteremos nuevamente el aceite a la campana de vacío, dejándola trabajar otros cuarenta y cinco minutos.

            Veréis cómo esta vez las burbujas son algo menores, normal dado que ya queda menos gas en nuestro aceite. Repetiremos este proceso cuantas veces sean necesarias hasta que el aceite apenas se hinche, signo de que ya no contiene gas que extraer en su interior. En esta ocasión, hemos estado alrededor de cinco horas purgando el aceite. Lógicamente todo este tiempo va variando en función de la fuerza de succión (vacío) que ejerza la campana de vacío (más bien el motor de la campana :P).

            Como resultado, hemos obtenido una placa de cuatro gramos de un increíble aceite de color entre oro y ámbar. Este aceite a temperatura ambiente (alrededor de 20º) adquiere una textura como a chicle, aunque se vuelve más blando y elástico en cuanto lo mantenemos un poco entre nuestros dedos, subiendo de temperatura.

            Ahora ya sólo queda degustarlo, así que pasamos a liarnos unos porros donde añadimos un poco de este delicioso aceite como recompensa por el trabajo realizado. ¡Hay que celebrarlo!

QWISO

            QWISO es la abreviatura o forma sencilla de llamar a la extracción rápida de aceite de hachís usando alcohol isopropílico o etanol (Quick Wash ISO).

            El proceso en sí es muy sencillo y apenas nos robará unos minutos de nuestro valioso tiempo, sólo debemos tomar ciertas precauciones lógicas al manipular productos inflamables como el alcohol.

            Podemos elaborar este exquisito aceite mediante restos de manicura secos o cogollos, obteniendo mejores resultados con estos últimos lógicamente. Vamos a ver paso a paso cómo realizar nuestra extracción QWISO:

1º- Debemos poner los restos o cogollos que vayamos a usar en el congelador durante un mínimo de 30 minutos.

2º- Introduciremos los restos / cogollos en un tarro de cristal que tenga tapa, pues más adelante la necesitaremos.

3º- Llenamos el tarro hasta cubrir toda la hierba con alcohol isopropílico o etanol y lo dejamos reposar durante 30 segundos.

4º- Ponemos la tapa al tarro y lo agitamos con fuerza durante otros 30 segundos.

5º- Ponemos dos filtros de café sobre un tarro limpio y vertimos el alcohol (evitando que caigan restos) sobre éste, para que las impurezas queden en el filtro.

6º- Una vez filtrado el alcohol, lo vertimos sobre un plato grande o bandeja de pyrex y dejamos que el alcohol se evapore a su ritmo (mínimo 24 horas). Podemos poner un ventilador cerca para ayudarle a evaporar (pero que no apunte directamente al alcohol).

7º- Una vez evaporado todo el alcohol, con la ayuda de una cuchilla recogemos todo el aceite y lo guardamos.

8º- Listo, ya tenemos nuestro aceite de hachís listos para disfrutarlo.

            No olvidéis ni por un instante que estamos trabajando con alcohol, es altamente inflamable por lo que no se debe realizar este proceso sin tomar las medidas de seguridad oportunas (nada de porros/cigarros encendidos, nada de llamas, chispas o fuentes de calor, etc….).

            El proceso hay que realizarlo en un lugar bien ventilado, la evaporación del alcohol también ya que produce gases muy inflamables que pueden provocar una explosión o intoxicación.

            El alcohol utilizado debe ser isopropílico o etanol, ya que dejan muchos menos residuos que el alcohol normal (de 96º). Nunca realizar con alcohol normal.

            El alcohol debe evaporarse a su ritmo, nunca realizar un baño maría ni poner fuentes de calor cerca ni debajo, podría provocar una explosión.

            Si queremos purificar más aún el aceite obtenido, eliminando posibles impurezas o ceras…. debemos depositar el aceite en un tarro con tapa y añadir alcohol isopropílico nuevamente en relación 1/10 volúmenes (si ponemos 5 gramos de aceite pondremos 50 mililitros de etanol o alcohol).

            Cerramos el tarro y lo agitamos con fuerza hasta que el aceite haya quedado completamente diluido en el alcohol (normalmente tardaréis unos 10 o 15 minutos). Después meteremos el tarro en el congelador durante 24 horas, de esta forma las ceras quedarán completamente congeladas.

            Una vez transcurrido ese tiempo, volveremos a colar el alcohol (el alcohol nunca se congela) sobre un filtro de café, donde quedarán depositadas las ceras.

            Vertemos el alcohol en un plato o bandeja de pyrex nuevamente y lo dejamos evaporar otras 24 horas….. Una vez seco, raspamos con una cuchilla y guardamos este exquisito y puro aceite de hachís para degustarlo cuando plazca ;).

Extracción en seco

            Existen multitud de artilugios para realizar extracciones en seco, desde lavadoras de hash a Hash Makers en infinidad de versiones, aunque lo más común en nuestra zona es realizar extracciones con la ayuda de una malla con un micraje correcto.

            El proceso en sí es muy sencillo: congelaremos durante varias horas los restos secos grindeados depositándolos después en el interior de dicha malla y la agitaremos con fuerza para que los tricomas congelados caigan.

            El proceso lo realizaremos sobre una superficie limpia y seca, ya que después debemos recoger todos los tricomas. Una buena superficie puede ser un cristal de buenas dimensiones, si es negro mejor ya que así podremos observar dónde van cayendo los tricomas para no dejarnos ninguno después.

            La malla o mallas que emplearemos, las podemos comprar en nuestro grow shop de confianza o a través de eBay, pero tened cuidado de no comprar mallas elaboras con material plástico, ya que éste termina desprendiéndose y seguramente os lo fumaréis con el hachís…. Lo mejor, adquiridlas de nylon.

            Los micrajes varían en función de gustos, hay quienes opinan que el mejor hachís se obtiene con la malla de 90 micras y quienes prefieren la de 60 o 45… Como en todo, para gustos colores.

            Si tenéis la opción de introducir hielo seco (sólo si es hielo seco, nunca pongáis hielo convencional) en la malla junto con los restos a sacudir obtendréis resultados muy superiores, ya que los tricomas caerán con mucha más facilidad debido al frio que éste genera (frío seco, sin humedad).

            Una vez hemos extraído estos valiosos tricomas, procederemos a amasarlos con los dedos con mucha paciencia y cuidado hasta obtener una buena, elástica y compacta bola de hachís. Existen muchos métodos para amasar estos tricomas y obtener un buen hachís. No dudéis en consultar por internet o YouTube ya que una imagen vale más que mil palabras ;).

Extracción con Hielo (ICE)

            Muy similar a la extracción en seco pero con algunas variaciones. Para este tipo de extracción usaremos más mallas, superpuestas unas encima de otras de mayor a menor micraje.

            El proceso es muy sencillo también: dejaremos congelar los restos grindeados durante unas horas con el fin de facilitar que los tricomas se despeguen de la materia vegetal. Por otro lado preparemos un par de cubos, uno con hielo y agua hasta la mitad y otro vacío, donde colocaremos las mallas a modo de colador para poder filtrar posteriormente el agua con hielo del primero cubo.

            Comenzamos introduciendo la hierba / restos en el cubo con agua y hielo. Removeremos con fuerza durante unos cinco minutos y dejaremos que repose durante un par más, repetiremos este proceso tres o cuatro veces consecutivas. Algunos cultivadores utilizan un taladro con una broca especial para remover pintura (entiéndase limpia) para facilitar la acción de remover los restos con el agua y hielo.

            Después colaremos el contenido de este cubo sobre el otro, en el que habremos colocado las mallas de mayor a menor micraje, dejando la menor en la parte inferior y siendo la de mayor micraje la superior. De esta forma el hilo y restos de materia vegetal quedaran sobre la malla de mayor micraje, que retiraremos para comenzar a recoger el hachís mojado de las siguientes mallas.

            Por lo general se utiliza una primera malla de 120 o 150 micras en la parte superior con el fin de recoger los restos y el hielo, recogiendo posteriormente el hachís mojado de las mallas de 90, 70 y 45 micras (aunque muchos cultivadores utilizan una única malla de 70 para recoger el hachís).

            Sin retirar el hachís de la malla, sacaremos la malla y con papel de cocina secaremos la parte inferior, de forma que no podamos tocar el hachís con el papel ya que éste se encuentra en el interior de la malla, pero sí quitarle gran parte del agua y humedad que contiene. Una vez realizado esto, procederemos a extraer el hachís del interior de la malla con la ayuda de alguna tarjeta. Este hachís lo aplastaremos entre papel de cocina con el fin de eliminar todo el agua y humedad posible.

            Retirado el hachís de las mallas, procederemos a devolver el agua, restos y hielo al primer cubo y repetir el proceso nuevamente, dado que aún quedan tricomas en el agua que habrán pasado por la malla y que queremos recuperar en esta segunda pasada.

            Una vez finalizado todo, necesitaremos de la ayuda de un colador de cocina (de éstos con malla metálica) para rascar con el fin de desmenuzar al máximo todo el hachís obtenido de las mallas previo secado en papel de cocina durante unos minutos. Desmenuzaremos el hachís sobre un cartón y lo dejaremos secar durante un par de días (a veces más, cuando veamos que queda completamente seco), para después moldearlo y obtener una buena pieza de hachís, como en la extracción en seco.

            Bueno amigos, aunque me hubiera gustado extenderme más explicándolo todo con pelos y señales, a grandes rasgos éstos son los métodos para realizar las extracciones más comunes, para extraer los tricomas de los restos de la cosecha o de cogollos. El hachís o aceite que con estas extracciones podéis obtener, es inmensamente superior al que podáis encontrar en el mercado negro. Disfrutadlos y sed felices, Nvidia.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.

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