Cannabis Magazine 174

Editorial 4 Imagen de portada: Macrohuana Director y maquetador: Agustín Lacalle Redactor jefe: Xosé F. Barge Contenidos y edición web: Raúl del Pino Publicidad: Manuel Álvarez / Patricia García Colaboradores: A. Flores Verdes, Claudio Vidal, Ed Rosenthal, Eduardo Hidalgo, Fernando Caudevilla, Ferenz Jacobs, Garzón Marley, Gato, Germán Carrera, Gospodín Konopí, Isidro Marín Gutiérrez, Jose Carlos Bouso, José López, Josetxo, Leslie Bocskor, Lupe Casillas, Macrohuana, Mari SH, Marqués de Esquilache, Michael Moldrickx, Neal C. Borroughs, Nina Slick, Noucetta Kehdi, Pedro Heredia, Rafael Agulló, Ramiro Barreiro, Raro Genetics, Valeria Vegas, Víctor G. Romano, Virginia Montañés, Wernard Bruining, William Texier, Xavier Vidal y Zoe Berriatúa Redacción y Publicidad: Ap. de correos 25086 28080 Madrid - ESPAÑA Tel.: +34 91 658 45 20 Fax: +34 91 790 38 98 www.cannabismagazine.es [email protected] Edita: Feria del Cáñamo, S.L. Imprime: Monterreina Distribuye: Logintegral 2000, S.A.U. Tfno. 91443 50 00 - www.logintegral.com Dep. Legal: M. 50.048-2004 ISSN: 1889-5158 Miembros del consejo editorial: Agustín Lacalle, Raúl del Pino y Xosé F. Barge Recepción y aceptación de originales: un mes y medio antes de la publicación se reciben y quince días después se confirma la aceptación. Sistema de arbitraje: los artículos recibidos pasan por el proceso de selección del consejo editorial para ser posteriormente valorados por Isidro Marín, evaluador externo. Todos los artículos publicados en esta revista son originales e inéditos. Si quieres ponerte en contacto con nosotros: [email protected] a crisis del CBD, que tratamos con más profundidad en nuestra sec- ción de Mímesis, parece habernos recordado lo ilegal que sigue siendo nuestra planta amiga. Y es que aunque se tenga la extendida creencia de que el cannabis es legal o, al menos, que la marihuana está en un vacío que ampara al consumidor y al autocultivador en España, nada más lejos de la realidad. Es cierto que se ha hecho la vista gorda frente a fenómenos como los growshops , los eventos de relevancia internacional o, incluso, el asociacio- nismo cannábico; pero el consumo, tenencia y cultivo de esta planta y sus frutos sigue siendo igual de ilegal que lo era hace 27 años, cuando se creó la Asociación Ramón Santos sobre Estudios del Cannabis (ARSEC). La ARSEC fue la primera asociación legalmente constituida y buscaba la normalización del cultivo y del consumo de marihuana; además, fue el germen del acti- vismo en nuestro país, que floreció a la sombra de la Ley Orgánica 1/92 sobre Protección de la Seguridad Ciudadana o “ley Corcuera”. Para muchos, la injusticia y el afán recaudador de esta ley no hizo más que motivar la cre- ación de asociaciones y modelos alternativos de autocultivo y consumo. Pues bien, pronto cumpliremos treinta años del auge activista y estamos igual, o peor, que por aquel entonces. Ahora lidiamos con la Ley Orgánica 5/2015 o “ley mordaza”, que ha derogado a la ley Corcuera y se ocupa de los mismos menesteres: proteger a la ciudadanía. A los ciudadanos que son usuarios de cannabis los protege sancionándolos más y mejor; de hecho, cuando pasean por la calle con un par de porros en el bolsillo y son cachea- dos sin ningún motivo, generalmente les sanciona con 601 euros –que se reducen a la mitad por pronto pago y renuncia de la posibilidad de recla- mación–, los anota en una lista y, si reinciden en el periodo de dos años, pueden ser sancionados con 10.400 euros –existen casos documentados sobre los que hemos hablado en nuestra sección de legalidad–, algo que no había ocurrido antes en la historia de nuestro país. ¿Y por qué volvemos a esto? Porque, señores, no sé de qué se sorprenden cuando se producen las incautaciones de CBD y las vergonzosas situaciones de Rototom. Vivimos gobernados por un Estado al que no le importa lo más mínimo destruir la vida de una persona con sanciones como las descritas por la mera tenencia de un par de canutos en vía pública, lo raro es que el CBD no fuera objeto de polémica mucho antes. Por lo pronto, nos gustaría recomendar prudencia, especialmente a las pequeñas y medianas empresas. Al final de este número os damos más deta- lles sobre lo que hemos podido sacar en claro de nuestras conversaciones con diversos abogados. Esperamos que muy pronto se aclare la situación y que esto que está pasando sirva para que los productos con CBD que salen al mercado con intención de ser consumidos por usuarios recreativos y medicinales cumplan con unos estándares de calidad que no cumplían hasta la fecha. Por otro lado, albergamos esperanza en cuanto a la posibilidad de que las farmacéuticas no se hagan con este bien tan preciado que hemos descu- bierto hace apenas unos años. Sería muy frustrante que, después de todo este tiempo de ilegalidad y persecución, sean las farmacéuticas y los oligo- polios quienes se encarguen de vendernos el CBD. Desde Cannabis Magazine queremos, una vez más, recordar a nuestros lectores que la lucha continúa. Mientras no haya una visibilidad del sector y los consumidores acorde a su calado social, no habrá normalización ni regu- lación. Seguirán siendo unos pocos –bien a través del narcotráfico, bien mediante el asociacionismo oportunista– quienes sigan beneficiándose de la situación hasta que las grandes empresas tomen el relevo. L

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