Cannabis Magazine 213

4 Director y maquetador: Agustín Lacalle Calderón Redactor jefe: Xosé F. Barge Contenidos y edición web: Raúl del Pino Publicidad: Manuel Álvarez Colaboradores: A. Flores Verdes, Claudio Vidal, Darius, Ed Rosenthal, Eduardo Hidalgo, estudio jurídico Brotsanbert, Fernando Caudevilla, Ferenz Jacobs, Gato, Germán Carrera, Gospodín Konopí, Isidro Marín, Javier Diz, Jose Carlos Bouso, Josetxo, Leslie Bocskor, Lupe Casillas, Macrohuana, Mari SH, Marqués de Esquilache, Michael Moldrickx, Mónica Hinojosa, Neal C. Borroughs, Nina Slick, Noucetta Kehdi, Pedro Heredia, Rafael Agulló, Raro Genetics, Valeria Vegas, Víctor G. Romano, Víctor Bataller, Wernard Bruining, William Texier, Xavier Vidal y Zoe Berriatúa Redacción y publicidad: Ap. de correos 25086 28080 Madrid - ESPAÑA Tel.: +34 91 658 45 20 Fax: +34 91 790 38 98 www.cannabismagazine.net [email protected] Edita: Feria del Cáñamo, S. L. Imprime: Monterreina Distribuye: Logintegral 2000, S.A.U. Tfno. 91443 50 00 - www.logintegral.com Dep. Legal: M. 50.048-2004 ISSN: 1889-5158 Miembros del consejo editorial: Agustín Lacalle, Raúl del Pino y Xosé F. Barge Recepción y aceptación de originales: un mes y medio antes de la publicación se reciben y quince días después se confirma la aceptación. Sistema de arbitraje: los artículos recibidos pasan por el proceso de selección del consejo editorial para ser posteriormente valorados por Isidro Marín, evaluador externo. Todos los artículos publicados en esta revista son originales e inéditos. Si quieres ponerte en contacto con nosotros: [email protected] ientras Alemania prepara una auténtica revolución cannábica, en España seguimos peleando por una regulación medicinal que no tenemos la menor idea de cómo se va a poner en práctica. Esta incertidumbre sobre la posibilidad de una regulación fundamentada en grajeas y beneficios farmacéuticos contrasta drásticamente con una tendencia creciente, y global, fundamentada en regular el uso recreativo. No hay más que ver las iniciativas de Malta y Luxemburgo para entender que las propuestas alemanas son solo el principio de una fiebre del cannabis en Europa que ya ha tenido lugar (o lo está teniendo) al otro lado del charco. Por si no fuera poca la incertidumbre sobre la regulaciónmedicinal en nuestro país, un buen número de encuestas independientes (al margen del CIS) dan como claros ganadores de las próximas elecciones generales a los principales partidos de derecha (en forma de coalición entre el Partido Popular y VOX), quienes, por su parte, se han hartado de decir auténticas estupideces acientíficas sobre el cannabis durante los últimos meses (aunque parece que estuviéramos hablando de mediados del siglo pasado). Esta idiosincrasia tan española, y tan atrasada, no hace más que mermar nuestras posibilidades de competir en unmercado cada vez más global, y también más real, más palpable. España, como hemos dicho en tantas ocasiones, podría convertirse en la cuna europea del cannabis por infinidad de motivos: la posibilidad de producir y distribuir más y mejor que nadie por meras cuestiones climáticas, de crear una ingente cantidad de negocios y empleos, de gravar esos productos y generar riqueza, de potenciar uno de nuestros puntos fuertes: el turismo… y un largo etcétera de buenos motivos que pueden transformarse en cosas muy buenas para este país si se regula a tiempo, mientras todavía podamos ocupar un lugar estratégico en el mercado. Cuando nace una nueva industria (sea cual sea, pero en este caso se trata de una cannábica), pasan unos cuantos años hasta que se asienta y se autorregula. Tenemos claros ejemplos de ello en países como Estados Unidos o, mejor aún, Canadá. Trudeau encabezó la regulación recreativa hace casi cuatro años y todavía se están asentando los diferentes modelos de mercado, así como la oferta y la demanda, la cantidad de impuestos con los que debe gravarse la hierba y temas de capital importancia como la exportación o la cotización en bolsa. Nosotros no hemos ni empezado a discutir seriamente la posibilidad de una regulación recreativa en nuestro país, pese a las diferentes propuestas que se han llevado a cabo; y es que, queridos lectores, da igual cómo lo miremos, una aplastante mayoría del Congreso, entre los que se encuentra el Partido Socialista Obrero Español, no están por la labor de hablar siquiera del tema. ¿Y esto en qué lugar nos deja? Pues en uno de absoluta desventaja. ¿Cómo es posible que ese socio que tanto alabamos y que ha servido como referente desde la creación de la Unión Europea vaya a regular el cannabis recreativo antes que España y, mientras tanto, aquellos que se deshacían en halagos hacia los alemanes digan ahora las mismas tonterías sobre la marihuana que en la época de Acebes y Aznar? No, esta no es la forma de hacer las cosas. No todo vale a costa de perjudicar al contario político o ganar un puñado de votos, y menos cuando entre manos está la economía de un país y la salud de sus ciudadanos. M Editorial Imagen de portada: wollertz (depositphotos)

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