Cannabis Magazine 213

Mientras mordisquea una de las confituras de corazón verde, su amigo el médico le explica los efectos. “Envuelto en un ensueño celestial, en el que uno parece flotar por los aires, se tiene una gran sensación de tranquilidad y todo alrededor es bonito; no existe el dolor, la preocupación, ni el miedo, y bajo sus efectos uno se siente como un ángel medio dormido”. El médico incluso recomienda el consumo de hachís a cualquier joven tímido que quiera declarar su amor a una dama, “porque le dará el valor de un héroe, la facilidad de palabra de un poeta y la pasión de un italiano”. Acto seguido, dos amantes bien colocados se pierden en un velero, sobreviven y deciden pasar el resto de sus vidas juntos. Juego peligroso termina con la frase: “¡Que el cielo bendiga el hachís, si sus sueños terminan así!”. No tenemos ni idea de si Louisa May Alcott probó el cannabis, pero no es imposible. Madeleine Stern, académica independiente y coleccionista de libros, piensa que sí. En la introducción de Los thrillers desconocidos de LouisaMay Alcott (1990) escribe: “El hachís estaba disponible para todos a solo seis centavos de dólar la barra. Entonces, cuando Alcott describe en su relato corto de suspense titulado Juego peligroso, ‘un ensueño celestial’, el trance seguido de una excitación antinatural y salvaje cuando ‘cada nervio estaba torcido, cada pulso latía como un martinete’, escribe desde la experiencia”. Bajo Manhattan En la década de 1880, fumar hachís en Nueva York era legal, pero no generalmente aceptado. La imagen que acompaña a este artículo fue publicada en el Illustrated Police News del 2 de diciembre de 1876 y republicada casi cien añosmás tarde en The New York Times del 13 de diciembre de 1970. Cincomujeres jóvenes con elegantes vestidos están tumbadas en estado de ebriedad en una habitación de estilo exótico. A primera vista, uno podría pensar que esta imagen celebra la cultura cannábica contemporánea. Sin embargo, demonizaba el nuevo fenómeno y describía la escena como una “disipación secreta de las bellezas de Nueva York: el interior de un infierno de hachís en la Quinta Avenida”. En marzo de 1884, apareció en el periódico The Sun un interesante artículo 51 “ “ “ENVUELTO EN UN ENSUEÑO CELESTIAL, EN EL QUE UNO PARECE FLOTAR POR LOS AIRES, SE TIENE UNA GRAN SENSACIÓN DE TRANQUILIDAD Y TODO ALREDEDOR ES BONITO”

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