Cannabis Magazine 215

100 este camino aún se resisten muchas organizaciones, tanto públicas como privadas, que prefieren seguir apostando por conseguir que el tabaco desaparezca y con él la nicotina. Que los cigarrillos convencionales tienen los días contados, al menos como modelo de negocio, ya ha sido visto por las grandes compañías tabaqueras que están apostando por formas de consumo que entrañen menos riesgos que los cigarrillos. El debate sobre las buenas, o no, intenciones de la industria es bastante intenso a día de hoy, pero están claros sus movimientos hacia un grupo de población que prefiere administrarse nicotina de formas diferentes a las tradicionales. En nuestro país, tanto el Ministerio de Sanidad como algunas organizaciones médicas se han sumado a la “guerra contra los cigarrillos electrónicos”; y decimos guerra por la similitud en las estrategias con las usadas para otras drogas: usando el recurso al miedo como “arma” preventiva y tomando a los jóvenes como la población vulnerable a la que hay que proteger, aunque ello suponga perjudicar a los adultos. No obstante, existen algunos indicios de cambio en la consideración de las nuevas formas de administración de nicotina. Por ejemplo, la ComisiónNacional para la Prevención del Tabaquismo, en su último Documento de Consenso sobre Dispositivos Susceptibles de Liberar Nicotina(CNPT, 2020), dedica un apartado a la consideración de su potencial utilidad terapéutica en la reducción de daños. Aunque sugiere unos criterios restrictivos a la hora de recomendar estos productos por parte de los profesionales de la salud dentro de “estrategias controladas por la salud pública y no dejadas de la mano del mercado” y aplicadas dentro de “un marco desnormalizador del consumo de los productos de tabaco y de nicotina”, sin duda supone una relajación de las posturas más combativas hacia estos productos mostradas en años anteriores. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad, en su último informe sobre los cigarrillos electrónicos (Ministerio de Sanidad, 2020), sigue siendo tajante: “a día de hoy no existe evidencia para suponer que los cigarrillos electrónicos sean eficaces en la ayuda a disminuir o cesar el consumo de tabaco”. El debate sigue estando servido. Desde el ámbito de la reducción de daños, los cigarrillos electrónicos pueden ser considerados como una de las principales innovaciones realizadas en las últimas décadas. Sin embargo, aún estamos lejos de su pleno reconocimiento como tal y, por tanto, muchas personas seguirán sin poder beneficiarse Control de riesgos “ “ USANDO EL RECURSO AL MIEDO COMO“ARMA” PREVENTIVA Y TOMANDO A LOS JÓVENES COMO LA POBLACIÓN VULNERABLE A LA QUE HAY QUE PROTEGER, AUNQUE ELLO SUPONGA PERJUDICAR A LOS ADULTOS Molécula de la nicotina

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