Cannabis Magazine 215

105 manera que el negocio rindiera económicamente mucho más y evitando tener que consumir en exceso. Con el otro perfil más habitual, el del varón que busca los “poderes sexualmente mágicos” de la cocaína, me comentó que la mayoría buscaban aplicarse la cocaína sobre el pene (además de esnifarla), sin ser conscientes de que la cocaína es un anestésico local que reducirá mucho sus sensaciones y eso suele terminar dificultando conseguir la cópula con eyaculación. Pero el cliente decide cómo quiere usarla, y en muchas ocasiones esto conduce a que el varón tenga que usar un potenciador de la erección que, lógicamente, también le vendía ella. Al final, la suma del tiempo compartido, el coste de la cocaína y el de la Viagra o la Levitra, rendía económicamente mucho más dinero que lo que sería un servicio normal, pero se trata de realizar la fantasía del cliente y eso es tan personal como cada sujeto. Lo que me dejó absolutamente claro es que en ningún caso mantenía relaciones sin preservativo, por lo que, aunque el cliente se quisiera rebozar el pene en cocaína, ella no se ponía en peligro por absorber por la mucosa vaginal cualquier tipo de sustancia (aparte de las enfermedades transmisibles). El caso del chico, cuyos clientes son varones en su mayoría, era algo distinto. Según me contó, existe el perfil del tipo que quiere sexo y poder meterse unas rayas con la otra persona, de la misma forma que en el caso de la chica, pero que es mucho más frecuente que los clientes que él atendía trajeran su propia cocaína. Al parecer, según sus testimonios, entre los clientes homosexuales existe una mayor relación habitual con las drogas y eso se nota en el mejor manejo y calidad de las mismas. Él me explicó que en su caso era frecuente que la razón principal fuera la de poder pasar varias horas estimulándose y consumiendo juntos, y que él sí aceptaba consumir la cocaína del cliente si tras probarla la encontraba de una calidad aceptable, aunque siempre lo hacía en cantidades controladas por él. También me dijo que en ningún caso se prestaba a relaciones sexuales sin preservativo, tanto de forma pasiva como de forma activa, por lo que, si el cliente quería untarse con cocaína, no tenía problema con ello porque también estaba protegido en ese aspecto. Una de las grandes diferencias es que los clientes homosexuales buscaban en muchas ocasiones el uso de popper, que es un inhalante que actúa como vasodilatador y de efectos breves pero intensos, y que como efecto secundario produce la relajación de la musculatura lista, por lo que el esfínter anal se dilata y permite una mejor penetración. Esto ha hecho que el popper sea una Un cuarto de gramo de cocaína, la gran protagonista de esta historia El anuncio que tiene puesto el chico con el que estuve hablando sobre este asunto. Aunque se ven grandes rayas de cocaína, en el texto tienes el popper, ya que sus clientes lo demandan mucho más “ “ ESTAS SESIONES DE CONSUMO DE DROGAS O FÁRMACOS CON ACTIVIDAD SEXUAL LES RESULTAN MUCHO MÁS RENTABLES A LOS TRABAJADORES SEXUALES, NO SOLO POR LA VENTA DE LAS SUSTANCIAS SINO ESPECIALMENTE PORQUE EL TIEMPO EMPLEADO ES MUCHO MAYOR

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