iempre había estado en contacto con esa hermosa villa ourensana bañada por el río Arnoia. Me había criado en una villa cercana, a escasos veinte kilómetros. El Arnoia es un río muy bonito, con unas contornas verdes y limpias y llenas de árboles. Es la sierra de San Mamede la que nutre primeramente a este curso fluvial, con sus regatos y ríos como el Ourille, Maceda o Ambía, el antiguo Arnogie recorre casi ochenta y cinco kilómetros tras los que se convierte, incesante, en el río más largo de Ourense; no en vano, en esta provincia posee más recorrido que el Miño, al cual afluye, y que el Sil, al cual sigue en tamaño como segundo mayor afluente del Miño. El Arnoia ha visto crecer a lo largo de la historia y de sus riveras diferentes núcleos de población que, desde un castro radical, han llegado como hermosas villas a nuestra época. Como ejemplo está la villa alaricanacuyo origen se remonta a la cultura castrexay que en el siglo VI se constituye como villa Aliaricii, fundada por los ancestros Suevos (esto, por lo menos, es una versión bien extendida). Se relaciona con un posicionamiento contra la cultura castellana. Por lo que Allariz podría ser en realidad una latinización del término árabe Allah Rix. Ciertamente, la enorme población sefardí y norteafricana presente en el territorio de lo que hoy es Galicia imprimió su seña genética en el devenir del territorio gallego. De hecho, losmarcadores genéticos revelan una ascendencia mucho mayor que en otras partes de la península. En el siglo XI, Alfonso VI ordena la construcción de un castillo amurallado. Un siglo después, Alfonso VII convierte a la villa alaricana en Villa Real otorgándole el Fuero. Cuando éramos más jovencillos solíamos venir bastante. Yo había heredado la moto de mi hermano, una Italjet de color negro. Era una buena moto sin marchas y me procuraba una gran autonomía. En muchas ocasiones, Xos y yo cogíamos la moto y nos íbamos hasta Allariz. A veces íbamos al pueblo, pero otras veces nos decidíamos por otro lugar para fumar un poco de hierba: un bosque pintado que siempre nos había parecido muy mágico. El lugar se llama O Rexo. Es un ecoespacio en la rivera del Arnoia, unos cinco kilómetros río arriba antes de que sus aguas bañen el pueblo alaricano. Ha sido Agustín Ibarrola quien creó el lugar siguiendo la lógica de sus obras presentes ya 127 S
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