Cannabis Magazine 216

106 de salida para que decenas y decenas de copias de dicho esquema empezaran a funcionar desde todo tipo de lugares en el planeta. De hecho, a menos de un mes de la detención de Ross y el cierre de Silk Road, se abrió en la red TOR un mercado que se llamó Silk Road 2.0 y que era un clon prácticamente idéntico del sitio que la administración estadounidense se jactaba de haber cerrado; y tras este vinieron los demás como setas en un otoño, llenando la red TOR de lugares donde adquirir los productos que había en Silk Road y, por desgracia, los materiales que estaban vetados allí (como el porno infantil o los contratos de violencia o muerte). A partir de ahí todo fue rodado para el Estado. Aunque hubo grandes muestras y apoyo económico por parte de la comunidad para Ross, no sirvió de mucho. Contrató como abogado defensor a Joshua Dratel, quien hizo todo lo que pudo para presentar a Ross como alguien que había realizado un experimento económico radical, en contra de lo que las acusaciones planteaban como cargos contra él, que incluían lavado de dinero, hackeode ordenadores, conspiración para el narcotráfico y como cargo estrella que nunca fue probado y fue retirado, el contratar a sicarios para eliminar a quienes le hacían chantaje y ponían en peligro su identidad y la de los usuarios de Silk Road. Esos cargos fueron desechados, pero en el inconsciente colectivo quedaron como si fueran reales. Lo único real es que casi la totalidad de policías que habían trabajado en el caso se habían apropiado de diversas cantidades de criptomonedas, y terminaron siendo descubiertos también y pagando cárcel por ello. Finalmente, cuando el juicio y la apelación terminaron, Ross Ulbricht fue condenado por la jueza Ketherine Forrest a dos penas de cadena perpetua, más cinco, quince y veinte años de prisión que debían ser cumplidos de forma consecutiva (por si resucitaba), y sin posibilidad de libertad condicional. Desde entonces, Ross, que no había hecho nadamás que crear una web donde otros eran libres de tomar decisiones de compra y venta, está encerrado en el Metropolitan Correctional Center de Nueva York, una cárcel con altísimas medidas de seguridad y que es comparada con Guantánamo. Su madre, Lyn, y su familia siguen luchando porque su caso no sea olvidado y consiga un indulto en el futuro, que le permita no sufrir una de las condenas más desproporcionadas e injustas de la historia judicial. Reportaje Ross con su madre, su hermana y su sobrina, meses antes de ser detenido El Metropolitan Correctional Center, donde cumple condena hasta el día de hoy Ross Ulbricht “ “ TRAS EL JUICIO Y LA APELACIÓN, ROSS QUEDÓ CONDENADO A DOS CADENAS PERPETUAS (…) LA CÁRCEL EN QUE SE ENCUENTRA SE CONOCE COMO“EL GUANTÁNAMO DE NUEVA YORK”

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