Cannabis Magazine 216

La guía comienza dedicando varias páginas a decir eso de “vamos a ofrecer una visión objetiva, realista, sin prejuicios y científica de las drogas” para luego ofrecer un cúmulo de tópicos, exageraciones y datos sin contrastar. El 50 % del cannabis “se mantiene en el cuerpo una semana después del consumo”, sustancia que produce alteraciones endocrinológicas e inmunológicas según los ideólogos del PNSD. Los efectos de las “pastillas” (que no se sabe muy bien qué contienen) son una mezcla de las anfetaminas y “un alucinógeno llamado mescalina”. Los alucinógenos son una cosa así de hippiesmelenudos “cuyas creencias aun persisten en algunos colectivos vagamente marginales” que producen malos viajes y flashbacks, motivos por los que no se consumen en la actualidad. Para ser objetivos, reconozcamos ciertos aciertos como presentar el alcohol y el tabaco con el resto de las drogas. Pero el conjunto consiste en el consabido cúmulo de mensajes morales que incluye la explicación del consumo de drogas como la concurrencia de la curiosidad, presión de grupo y búsqueda del placer y afirma de forma rotunda que “todas las investigaciones concluyen que una combinación equilibrada de amor y disciplina” (así, sin más matices) es el mejor estilo de vida familiar con capacidad preventiva. Es cierto que la guía también considera que hay personas que van a consumir drogas y dedica cuatro de las ochenta y siete páginas a obviedades y generalidades como “cuanto más, peor”, “nomezcles” y “no consumas si estás embarazada o enfermo”, pero lo de “+ información, - riesgos” no deja de ser un gancho publicitario para asustar con los mismos mensajes terroríficos de costumbre. Las campañas de la FAD de la época insisten en mensajes exagerados que resultan insultantes o de pésimo gusto para cualquier persona con un mínimo de sensibilidad. La profesora de guardería que divide a un grupo de niños de corta edad en “alcohólicos, cocainómanos y pastilleros”4 o el cartel que juega con la imagen de un niño y unas rayas de cocaína de tamaño monstruoso (2002) no parecen la forma más delicada de poner en valor la importancia de la educación en familia; y la campaña que muestra el peligro de las drogas realizando un símil entre las pastillas y un clavo5. “¿Imaginas consumir un clavo? ¿Imaginas el dolor y el daño para el organismo? Eso es lo que le espera al consumidor de Salud verde 86 “ “ “ ALGUNAS CAMPAÑAS PREVENTIVAS INSULTAN A LOS PROBLEMAS DE LOS CONSUMIDORES Y SUS FAMILIAS “Drogas: ¿te la vas a jugar?” (PNSD, 2005) parece homenajear a la película Saw (2004) “ LOS MENSAJES APOCALÍPTICOS SON LA NORMA EN LOS PRIMEROS AÑOS DEL SIGLOXXI La FAD (2003) tuvo la ocurrencia de dividir a niños de guardería en “alcohólicos, pastilleros y cocainómanos”

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1