Cannabis Magazine 218

Al volver a abrazar algunos elementos en el momento presente, había retomado el uso de una pupila concreta. Esta se había vuelto a interesar por fenómenos efímeros, sucesos socialmente irrelevantes y contemplaciones naturales. Ciertamente, la vida en Allariz facilitaba mucho este ponerse nuevamente en contacto. También el cambio de entorno laboral. Lo laboral pasa demasiado desapercibido en muchas ocasiones. Ocho horas diarias con todos sus influjos, pasaban a veces por pasar, se dejan pasar. El caso es que casi todo el mundo se ve obligado a trabajar. Ahora, esto no ha de ser óbice para reconocer que, en muchas de las ocasiones, tenemos más capacidad de decisión de la que creemos o ponemos en valor. Pocas veces me había llegado a sentir tan mal como el año anterior. Ocho horas diarias, a veces más, no son ninguna tontería. Ocho horas diarias tras los años es mucho tiempo. En un año (273 días de trabajo de media al año) son 2.184 horas, en cinco 10.920, en diez son 21.840 y en veinte años son 43.680 horas. 43.680 horas son 1.820 días enteros de trabajo, son más de cinco años enteritos trabajando, cinco de veinte. Llevamos desde el 3 de abril de 1919 con una jornada de ocho horas diarias. Es cierto que muchas cosas han cambiado en estos cien años. Ahora bien, seguimos trabajando el mismo número de horas diarias que hace un siglo. Visto así, se podría pensar que no hemos avanzado mucho. No está carente de cierta cosa paradójica que haya sido un monarca quien implantó esta jornada de ocho horas en España. Sea como fuere, la realidad era muy diferente entonces y ahora sigue siéndolo. He venido recogiendo diferentes casos a lo largo de estos años. Auténticas experiencias de explotación y acoso laboral. Tantas en el ámbito universitario y académico que ya he perdido la cuenta. Muchos casos de abuso de poder, ¡ay! Si la gente interiorizase eso que dice Foucault sobre que el poder no se posee y solamente se gestiona, todo el mundo viviríamos mejor, menos sometidos a procesos neuróticos, a clasicismos clasistas y a ortodoxias vampíricas. Ocho horas es como decir: te pago para disponer de tu tiempo, por tanto, has de estar ocho horas. Da igual que los beneficios de una reducción en la jornada de trabajo sean evidentes y hayan sido evidenciados por muchas empresas innovadoras en esto de la ética respecto a sus personas empleadas. El trabajo por objetivos, objetivos razonables y colegiados, es, a día de hoy, la mejor propuesta para encarar una necesaria asunción de responsabilidades hacia la autonomía, en torno a la idea de que las personas pueden ser responsables en su trabajo, siempre y cuando el planteamiento de este también lo sea con ellas. 127 alphaspirit (depositphotos)

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1