Cannabis Magazine 218

45 No obstante, y a pesar de la flexibilidad que caracteriza a las plantas de semillas autoflorecientes, no hay que olvidar que ellas también precisan de unas diez o doce horas de luz, como mínimo, para desarrollarse de forma óptima. Este dato es importante tenerlo en cuenta para planificar el cultivo y sacarle el máximo rendimiento. Lo recomendable, por lo general, en zonas templadas del planeta es comenzar los cultivos de autoflorecientes en el mes de abril. Si tus inviernos se alargan y tu primavera es más fría y lluviosa, asegúrate de sembrar cuando templa, aunque eso suponga retrasar tu calendario un poco. Lo importante, en estos casos, es evitar las heladas y los problemas derivados de la humedad alta (como el moho y otros hongos). Una de las grandes ventajas de utilizar estas semillas es lo rápido que llevan a cabo un ciclo vital completo, lo que las brinda una cierta protección frente a plagas y permite que en un año puedan obtenerse varias cosechas. Además, producen, con la luz adecuada, buenas cosechas, abundantes y con flores gorditas; y, por supuesto, caben en cualquier espacio por su tamaño más compacto. Cómo sacar a tu jardín el máximo rendimiento Como te explicábamos, lo ideal en climas templados es comenzar el primer cultivo de autoflorecientes del año en abril. Sin embargo, si resides en un lugar cuyo clima propicia inviernos más duros y primaveras más frías, es posible que tengas que posponer el cultivo hasta que pasen el frío y las lluvias. Puedes dilatarlo hasta principios de junio. Eso sí, si lo que buscas es optimizar el rendimiento de tu cultivo, lo importante es que selecciones cuidadosamente las semillas autoflorecientes a sembrar. Es recomendable optar por aquellas cuyos ciclos de vida sean cortos, no superen los cien días, así podrás cosecharlas en ocho, nueve o diez semanas. Si escoges estas semillas, en un clima de otoños y primaveras más cálidos, podrás llegar a obtener tres cosechas en todo el año. La primera, te recordamos, la comenzarías en abril y la alargarías hasta junio, entre junio y agosto harías la segunda tanda, y entre agosto y octubre la última. En lo que respecta a climas con otoños y primaveras más fríos, el número de cultivos recomendados sería dos en todo el año. Si empiezas en mayo, podrías cosechar en julio; para comenzar el mismo mes con la segunda ronda y finalizar en septiembre. Si empiezas a principios de junio, puedes finiquitar el primero en agosto y el segundo en octubre. Por supuesto, no todas las cosechas serán igual de generosas. Muy probablemente, la primera cosecha, esa temprana que comienza en abril, sea la que menos producción te dé, pero siempre puedes poner más cantidad de plantas para suplir la diferencia. Los dos siguientes ciclos, por su parte, serán indudablemente óptimos. También es conveniente que, para aprovechar toda la luz y el calor posibles del exterior, planifiques adecuadamente tu calendario. Con esto no nos referimos exclusivamente a programar la siembra, el desarrollo, la floración o la cosecha, sino a prever el inicio de la próxima tanda de Cannabis en el patio (Pixabay)

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