grandes de la misma edad y que les compraban a otros jóvenes que eran amigos. Los jóvenes no compraban cannabis a vendedores mayores por miedo a ser descubiertos. El nivel de consumo de los jóvenes depende de su capacidad adquisitiva. Los que no tienen dinero se dedican a mirar. Otros se fuman un porro compartido por varios amigos y otros compran regularmente. Pero lo normal es consumir cannabis de una forma experimental. A partir de los veinte años, los jóvenes comienzan a marcharse de la casa de sus padres. Se casan y comienzan a tener hijos. Conforme cambian sus estilos de vida también cambia su relación con el cannabis. Si son consumidores diarios comienzan a cultivar su propio cannabis para reducir el gasto de consumo y de dependencia de los vendedores. Con la edad adulta se deja de fumar en público. Se escoge fumar delante de unos pocos amigos. El consumo se oculta deliberadamente. El consumo de cannabis se convierte en un acto de la vida cotidiana, en las rutinas de trabajo o en las visitas nocturnas a amigos. También existe consumo de cannabis en la vejez, aunque en menor porcentaje que durante la juventud. En algunas comunidades indican que los viejos ya no pueden soportar la ganja. Cuando se hacen mayores y la muerte está cerca, se hacen más cristianos, tienen remordimientos por haber fumado y lo dejan. Existen otros motivos como que su sueldo ya no sea el mismo que cuando estaban trabajando. No tienen dinero para comprar ni fuerzas para cultivar cannabis en sus tierras. Según el informe, las personas mayores pierden sus costumbres de fumar cannabis cuando sus amigos enferman o mueren. 93 Cultivador local de ganja “ “SI SON CONSUMIDORES DIARIOS COMIENZAN A CULTIVAR SU PROPIO CANNABIS PARA REDUCIR EL GASTO DE CONSUMO Y DE DEPENDENCIA DE LOS VENDEDORES
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