Cannabis Magazine 221

gracias a la prohibición. La prohibición no solo significa que el tráfico de sustancias esté sancionado penalmente, e incluso el consumo en algunas regiones del planeta, sino que todos mecanismos que existen, en cualquier mercado, para la protección de las personas consumidoras, simplemente no existen. Cualquier persona que adquiera un producto que no le convence no dispone de los canales de reclamación que podría tener en un mercado lícito. Puede que se recurra a la persona que lo vendió y esta, de buena voluntad, quiera actuar para reparar la situación. Sin embargo, esto no siempre es posible e, incluso, en algunos lugares del mundo ello puede suponer un riesgo para la propia integridad personal del usuario (Reuter, 2009). El fraude no desanima el consumo: aunque una mente prohibicionista podría pensar que los fraudes y, en concreto, la adulteración de las sustancias, podrían suponer una buena razón para no consumir, la realidad es bien distinta. Los fraudes son asumidos como algo inevitable y, por tanto, no afectan a la decisión de consumir o no sustancias. De hecho, estudios realizados en periodos de desabastecimiento, en los que disminuye la pureza y aumenta la adulteración, han mostrado como esto no disuade la compra de drogas (Harris, Forseth y Rhodes, 2015). El marketing del fraude: las drogas también son objeto de marketing, en ocasiones feroz, con el objetivo de vender mejor sus productos, como si los efectos placenteros que las personas buscan no fueran suficientes. Algunas estrategias están claras y son reales. A principios de la década de los dos mil, el cristal de MDMA fue introducido masivamente en el mercado junto a la idea de que era más puro y elitista. De hecho, rodear a las drogas de esa aura de elitismo parece haber funcionado muy bien, ya que es un recurso también utilizado para la cocaína o, más recientemente, el tusibí. También ha funcionado el poner nombres atractivos como cuando un distribuidor norteamericano decidió llamar “éxtasis” a la MDMA, en lugar de “empatía”, buscando describir sus efectos (Saunders, 1993). Siguiendo con la MDMA, el hecho de que, en los últimos años, se hayan diversificado tanto los formatos de los comprimidos, incluyendo una gran variedad de colores y formas, logra diferenciar los comprimidos de los de la competencia y estimular el atractivo de las personas consumidoras. Pero algunas estrategias han sido empleadas, simplemente, para engañar a las personas consumidoras. Por ejemplo, la idea de que el speedhúmedo es más potente cuando es, simplemente, una estrategia para engordar el producto. Pero, recordemos, hay otras estrategias de marketing que no parecen ser tan ciertas como se pudiera pensar. Por ejemplo, dar drogas gratis a los clientes no parece haber sido una estrategia de marketing, a pesar de lo mucho que se ha presentado como tal (Coomber, 2006). Sin embargo, una vez que los mercados comenzaron a ocupar los espacios online, esta estrategia sí tuvo lugar, especialmente entre “clientes selectos”; es decir, aquellos que pudieran escribir buenas reseñas sobre el producto (Ladegaard, 2018). Tampoco se han repartido calcomanías en las puertas de los colegios para estimular el interés por la LSD y ni otras muchas ilógicas estrategias de captación de clientes que tanto han alimentado la conciencia prohibicionista. De manera sucinta, podemos distinguir entre dos grandes tipos de fraude. De una parte, estaría el fraude que tiene que ver con las cantidades que la persona adquiere cuando compra. Añadir azúcares u otro tipo de diluyentes, o humedecer el producto como mencionamos anteriormente, permiten vender menos cantidad e incrementar las ganancias económicas. Pero también puede ocurrir que, en lugar de vender el medio gramo o gramo entero, en realidad se esté poniendo menos en la bolsa. Es poco frecuente que la persona que compra se dedique a pesar luego lo que le han dado y es un terreno abonado para este tipo de fraude. Pero quizá el tipo de fraude quemayores consecuencias puede tener sobre la salud de las personas consumidoras es el que tiene que ver con la composición. En general, está bien aceptado que la adulteración de las drogas es algo frecuente y que suele tener poco impacto. En otras palabras, los 101 Uno de los fraudes más habituales en el speed es venderlo húmedo. Al secarlo a temperatura ambiente, la disminución en el peso es más que evidente (Energy Control) “ “ EL TIPO DE FRAUDE QUE MAYORES CONSECUENCIAS PUEDE TENER SOBRE LA SALUD DE LAS PERSONAS CONSUMIDORAS ES EL QUE TIENE QUE VER CON LA COMPOSICIÓN

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