Cannabis Magazine 221

112 Así pues, los chicos y la mula, que en realidad era un colega de Florida llamado Jack, viajarían en taxis separados para reencontrarse en el Manhattan Center. Al llegar al edificio, Bob solicitó liarse un canuto antes de coger la guitarra y fue convenientemente informado por Rita (corista, mujer y manager) de que Jack aún no había llegado. ¡Era realmente indignante! Jack no tenía ninguna otra obligación que recoger los mil dólares demarihuana que un contacto les había dejado en una dirección concreta y transportarla allí donde actuaran Marley y su banda. Bob se enfadó mucho con Jack y –sin más motivo que el propio ego– también con Rita, por ser su manager y, por tanto, responsable de su avituallamiento. Así que la conminó a salir a buscar a Jack bajo amenaza de no probar sonido ni tocar hasta que no le trajeran su preciada hierba. De nada sirvió que Rita le ofreciese la maríade los tramoyistas que estabanmontando el espectáculo, ni que varios miembros de su séquito (que siempre guardaban algo en los bolsillos) le invitaran a compartir sus canutos. No. Bob quería su mierda, la que guardaba Jack, o no tocaría. Rita miró el reloj, agarró su ancho bolso de cuero y salió hacia la calle sin saber cómo iba a encontrar a Jack en Nueva York (recuerden, queridos lectores, que en 1975 los teléfonos móviles no eran ni ciencia ficción). Decidió que sería más fácil reponer las alforjas que encontrar a la mula, con lo que tomó un taxi y se dirigió a la dirección que le habían indicado hacía unos días para los suministros de rigor, dato que llevaba escrito en un papel con una firma ininteligible que le serviría de salvoconducto en caso de necesitarlo. La dirección correspondía a un lujoso restaurante italiano de Queens llamado Armondo´s. Rita entró con desconfianza y en el vestíbulo, el metre, vestido de impoluto chaqué, la miró de arriba a abajo, desde las rastas a la falda multicolor que pisaba con sus chanclas. — ¿Deseaba algo? — ¿Un poco de hierba? —respondió ella enseñándole el papel y la dirección. El metre la miró fijamente a los ojos durante unos segundos, levantó el brazo como si fuera a abofetearla… y chasqueó los dedos. Apareció raudo un camarero. “ “ BOB SOLICITÓ LIARSE UN CANUTO ANTES DE COGER LA GUITARRA Y FUE CONVENIENTEMENTE INFORMADO POR RITA DE QUE JACK AÚN NO HABÍA LLEGADO Aquellos tiempos Rita Marley

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1