Cannabis Magazine 221

— Hola Rita, me alegro que hayáis podido venir. — ¡Me debes mil dólares Bob! — No, no lo creo. ¿Me permites? — dijo mientras le sacaba de sus manos el papel con la dirección que llevaba aun en la mano, lo desdobló con cuidado y allí estaba el cheque que Rita le había dado en el Restaurante. Bob le guiñó un ojo y el otro Bob ya se estaba poniendo una copa y alternando con el personal. Rita entonces comprendió, sonrió y comenzó a liarse un peta. Más tarde, Bob Marley y Robert Mitchun hablaron sobre música, cine, política y, por supuesto, maría, y esa noche, entre petay peta, se hicieron amigos. ¿Se puede pedir más? Robert Mitchum (1917-1997), con catorce años, era un vagabundo que recorría el país escondido en trenes. La marihuana crecía salvaje, a veces en matojos al lado de las vías. Antes de subir al siguiente tren, se llenaba los bolsillos y luego se la fumaba liada en papel de periódico. Le gustaba cómo le hacía sentir. Cuando ya había fumado mucho, distinguía la procedencia del hachís de una sola calada y coleccionaba las semillas de canabis para plantarlas en los jardines de las casas donde vivía. Una afición que conservó toda su vida. Bob Marley (1945-1981), máximo exponente de la música reggae a nivel mundial, dejó un legado notable vinculado a la visibilización de la planta y a la lucha por su legalización en tiempos de fuerte prohibicionismo. Los puntos fundamentales convierten a los rastafaris, su relación con el cannabis y el reggaeen un triángulo indestructible, símbolo de un movimiento cultural que perdura en el tiempo. * Este artículo está basado en hechos (que pudieron ser) reales (pero no lo fueron). “ “ LAS CRÓNICAS DE LA ÉPOCA HABLAN DE UNO DE LOS CONCIERTOS MÁS INTENSOS Y DE MAYOR INTERCONEXIÓN CON EL PÚBLICO DE LOS CELEBRADOS HASTA LA FECHA POR BOB MARLEY AND THE WAILERS

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1