Cannabis Magazine 221

Sustancias 120 operaban sobre mí mismo en lo que atañía a mis consumos. De ahí a comprender los motivos subyacentes a determinados comportamientos míos no hizo falta más que atar los cabos que se mostraban palmariamente ante mí. Dándose el caso de que, dicha comprensión de mis comportamientos me ofrecía también la posibilidad de influir sobre ellos, de preverlos y, en última instancia y en cierta medida, de controlarlos y de modificarlos. Durante años, antes de que estudiase psicología, no comprendía cómo los policías, cuando me paraban, muchas veces afirmaban: “Tú tomas heroína, ¿verdad?”. Y los camellos o las yonkis con las que hablaba me comentaban: “Menudo mono llevas, tío, ándate con ojo que eres un chaval”. ¿Cómo coño podían saber que consumía? ¿Por qué daban por sentado que tenía el mono cuando en realidad aún era un consumidor esporádico? Del mismo modo, tampoco terminaba por comprender por qué, si iba por la mañana a comprar a Madrid Rock, me entraban unas ganas irreprimibles de cagar. Sabía que tenía que ver con la heroína, con que ahí mismo pillaba jakopor la noche cada dos por tres, pero, ¿por qué pasaba eso? Pues bien, como he dicho, en la vida del usuario de heroína se producen miles de emparejamientos del tipo perro de Pavlov. Unos se asocian con los efectos de la sustancia y otros con la ausencia de la sustancia. De modo que, se pueden condicionar elementos ambientales neutros que por emparejamiento producirán los efectos de la droga. Por ejemplo: una jeringuilla, por sí misma, no produce efecto alguno; y una inyección de agua tampoco. Sin embargo, tras haberse emparejado la jeringuilla con la inyección de heroína y sus efectos, hay usuarios que consiguen obtener breves efectos de coloque similares a los del jako con solo inyectarse agua. El caso contrario: el condicionamiento del síndrome de abstinencia ante estímulos neutros lo acabamos de exponer al hablar del experimento con Pepermint. Pues igual que se puede condicionar el olor a Pepermint a los síntomas de abstinencia, se puede condicionar casi cualquier otra cosa, de tal manera que, tras varios emparejamientos, la sola presencia de ese elemento (una persona, un lugar, una música…) provoque el mono. Por otra parte, pasados los primeros consumos, el organismo, cuando va a recibir la heroína, produce unos efectos contrarios a los de la droga (respuestas condicionadas compensatorias), con el fin de mantener el equilibrio interno (esto está demostrado en laboratorio midiendo la función cardiaca, la respiración, la contracción pupilar, etc.). De tal manera que, sin necesidad de que el usuario sea un adicto y de que haya desarrollado el síndrome de abstinencia, con tan solo encontrarse ante él o los estímulos que hayan sido aparejados con su consumo esporádico, el cuerpo emitirá esas respuestas fisiológicas para prepararse a la administración de droga. Respuestas que serán de efecto contrario a los de la propia heroína y que, básicamente, coinciden con los del síndrome de abstinencia. Así es como, si la heroína produce estreñimiento, pasar por la zona donde pillas y no pillar producirá diarrea; y el simple hecho de estar en una zona de trapicheo o de ir camino a comprar jakohará que bosteces, lagrimees y tengas ganas de defecar (esto es en el caso de la heroína, los estimulantes en tales circunstancias producen efectos similares a los de la droga; en este caso también te entrarían ganas de defecar, puesto que aumentan el tono intestinal). La importancia de estos procesos es tal que llega a influir de manera determinante en cosas como que se produzca una sobredosis o no. Pero eso, esperemos, lo veremos en otra ocasión. Para terminar este artículo únicamente añadiremos que hay otros procesos psicológicos aparte del condicionamiento clásico, que todos influyen de una u otra manera en la conducta de consumo, aun cuando, la forma y la fuerza con la que lo hacen depende del tipo de droga, de la vía de administración, de la pauta de consumo, de la persona, del ambiente, etc. Sea como fuere, repetimos: conocerlos es, si no un requisito, sí un grandísimo apoyo para tomar el control sobre nuestras vidas y sobre nuestros consumos. “ “ SEA COMO FUERE, REPETIMOS: CONOCERLOS ES, SI NO UN REQUISITO, SÍ UN GRANDÍSIMO APOYO PARA TOMAR EL CONTROL SOBRE NUESTRAS VIDAS Y SOBRE NUESTROS CONSUMOS

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