Cannabis Magazine 221

Salud verde 84 afirman que permiten conseguir un resultado negativo en una prueba de tóxicos, a los que también haremos referencia a lo largo de este artículo. Centraremos este artículo en los test de detección de drogas en el ámbito de la circulación de vehículos, haciendo especial referencia al cannabis. En principio, y en un mundo ideal, las personas adultas deberían poder decidir sobre las sustancias psicoactivas que consumen de la misma forma que eligen el color de su pelo o el tipo de ropa que llevan. Aunque no esté reconocido como tal de forma explícita, el derecho amodificar libremente la consciencia se relaciona directamente con los artículos 12, 18 y 22 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tan solo cabría una objeción importante a esta premisa, y es que las potenciales consecuencias negativas del consumo de drogas de una persona no deberían nunca afectar a otros. En un sentido amplio se podría argumentar que las consecuencias negativas afectan “a la sociedad”, al igual que cualquier otra actividad humana que implique riesgos (como la actividad deportiva, las comidas procesadas o los viajes de aventura). Así que optaremos por un enfoque más estricto y nos centraremos en la actividad más frecuente y peligrosa: esa que implica desplazarse dentro de una mole de metal de 800 a 1.000 kilos que puede alcanzar una velocidad de 100 o 150 kilómetros por hora. Es razonable que la sociedad establezca medidas para asegurar que, cuando alguien se expone a esta situación (que tenemos muy normalizada, pero desde el punto de vista de la física convencional resulta espeluznante), lo haga en unas condiciones óptimas en cuanto a habilidades motoras, capacidad de reflejos, atención y concentración. Por eso se establecen una serie “ “ EL CONSUMO DE DROGAS DE UNA PERSONA NO DEBERÍA NUNCA AFECTAR A OTRAS “ “EN EL ÁMBITO DE LA CONDUCCIÓN DE VEHÍCULOS, PARECE SENSATO QUE LA SOCIEDAD ESTABLEZCA NORMAS PARA PROTEGER A TERCEROS

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