108 Aquellos tiempos Raquel era una niña preciosa. Rubia, de ojos claros y mirada traviesa. Tenía poco más de siete años cuando su padre se marchó de casa, trece cuando la emborracharon por primera vez, quince cuando perdió la virginidad en otra noche de alcohol, poco más de veinte cuando su madre murió, veintitantos cuando se enamoró, se casó y dio a luz a su única hija, treinta cuando sumarido le pegó por primera vez, treinta y pocos cuando se escapó y se divorció, treinta y muchos cuando perdió la custodia de la niña, cuarenta cuando intentó suicidarse, cuarenta y muchos cuando ingresó en un centro de rehabilitación del que estuvo saliendo y entrando hasta que, a pocos días después de cumplir los cincuenta, recibió la noticia del fallecimiento de su única abuela. Raquel, el perro y el mar por Román Gutiérrez da Silva
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