Cannabis Magazine 224

Sustancias que sí? Vecinos a un lado. Gitanos y yonkis al otro. Y, en este preciso instante, se preguntará usted retóricamente: “Pero, vamos a ver, en una ciudad como Madrid. En un barrio como San Blas. En una avenida como la de Guadalajara… ¿qué derecho tienen los gitanos y los yonkis de vivir en el terreno que hay a un lado de la acera? ¡Pues ninguno! Está claro. ¿Acaso son vecinos? No. ¿Pueden, entonces, vivir como si lo fueran? ¿Cómo viven los de enfrente? ¿Cómo ciudadanos con pleno derecho de esta ciudad inclusiva y acogedora que a nadie pregunta de dónde es ni a dónde va? ¡Obvio que no! ¿Qué es, por tanto, lo justo? Pues, lógicamente, que su lado de la avenida sea también para los vecinos. Para nosotros. De tal manera que, cogemos a las familias gitanas, las sacamos de sus casas, las demolemos, las realojamos (junto a su detestable clientela) en algún otro punto lejano, cutre y desangelado de esta hospitalaria ciudad y en su lugar, lo dicho: construimos nuestras casas y nuestras tiendas chachis pirulis para que pululen por ellas cinco, seis u ocho mil clientes al día, con su insostenible consumismo de gente de barrio, pero con clase, que sabe gastarse la pasta en las viviendas, vicios y pasatiempos que les ha montado el más inútil de mis primos en el terreno reconquistado. Porque, madre del amor hermoso, desde los Reyes Católicos que llevamos expulsando a los gitanos y gitanas patrios (patrios, pero no vecinos, que conste) a lugares deshabitados e inhóspitos, pero, vaya por dios, que resulta que al cabo del tiempo siempre termina sucediendo que, su remoto lado de la acera, finalmente, también lo queremos para nosotros y para nuestros clientes. A lo que íbamos, que alguien se lo llevó crudo. No lo duden ni por un segundo. En San Blas se construyeron la urbanización y el centro comercial. Las familias gitanas fueron reubicadas en La Rosilla, que pasó a convertirse, automáticamente, en uno de los nuevos epicentros del tráfico y consumo de heroína y cocaína de Madrid. En el verano del 97, el mismo en el que tuvo lugar el cerco policial a los poblados, Alberto Ruiz Gallardón, presidente de la Comunidad de Madrid, se comprometió a desmantelar, en un año, el poblado de Torregrosa y el de El Salobral. En octubre del 98, el poblado dejó, como tal, de existir. De las 112 familias que habitaban el lugar, 60 fueron realojadas en pisos sociales. El resto desahuciadas por poseer bienes superiores a los que permiten optar a viviendas públicas. De modo que, del erial de La Rosilla, tiraron unos kilómetros más para adelante y se instalaron en el siguiente erial: Las Barranquillas, hasta entonces habitada por unas pocas chabolas de familias gitanas dedicadas a la chatarra. Como vienen a decir en El País del 29 de octubre de 1998: “En el rápido desmantelamiento de este barrio han influido también cuestiones inmobiliarias, ya que en sus proximidades están en marcha 2.300 viviendas de precio libre, que difícilmente podrían venderse si siguiera existiendo el poblado de Torregrosa”. Te diré, no falla… Unos años después, los socialistas fueron sometidos a una comisión de investigación que, día tras día, fue retransmitida en directo por televisión. Tuve la ocasión de ver varias sesiones: no había un solo político entre los numerosísimos encausados que no estuviera implicado en chanchullos inmobiliarios. Ni uno solo. A pesar de que, día sí, día también, los sociatas se empeñaban en taladrarnos con el mantra de que no había burbuja inmobiliaria. Burbuja que hasta un absoluto zote ignorante como yo podía constatar, semana tras semana, con tan solo leer los letreros de la calle. Los de ventas de pisos. Nos mean en la cara y nos dicen que llueve, como ya les dije que decían aquellos raperos barriobajistas de Saigón. En ese mismo año, 1998, la Comunidad de Madrid se comprometió, también, a desmantelar, a lo largo de los dos años siguientes, los poblados de La Celsa y La Rosilla. 116 “ “ ALBERTORUIZ GALLARDÓN, PRESIDENTE DE LA COMUNIDAD DE MADRID, SE COMPROMETIÓ A DESMANTELAR, EN UN AÑO, EL POBLADO DE TORREGROSA Y EL DE EL SALOBRAL

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1