122 COMENTARIO Doce formas de morir en Formentera, Letrame Editorial, tuvo su primera edición en 2019. Su autor, Javier González Granado, es conocido en el universo Ulises por sus colaboraciones en las últimas revistas. Nacido en Ourense, en 1966, es licenciado en Derecho, notario y máster en Bioética y Derecho. Editor, también, del blog tallerdederechos.com y colaborador de Radio Illa Formentera… y es en la isla de Formentera donde reside desde 2002. El libro de Javier González juega con posibles y diversas formas de vivir y morir en la isla a lo largo de los doce meses del año. Mayo. Correr. Meta en el puerto de la isla. “El puerto de Formentera es un catálogo inagotable de vehículos de alquiler en verano y un desierto de asfalto y cemento durante los meses de temporada baja. Para la mayoría, es siempre un lugar de paso, una entrada o una salida”. Agosto. Balconing. “Una forma estúpida de acabar la noche. Cargado de alcohol y cocaína y jaleado por sus amigos, a duras penas mantiene el equilibrio sobre la estrecha barandilla del balcón. Cuatro pisos más abajo, la piscina resplandece en azul. El saltador pide silencio, toma impulso y, sin saberlo, reserva un espacio en las páginas de sucesos de los periódicos del día siguiente […] Guarda el móvil y por fin piensa que el mareo guarda alguna relación con el sabor ácido que tiene en la boca, aunque no es así; ese sabor es sencillamente vitamina C, ácido ascórbico utilizado como antioxidante, que encubre el sabor levemente amargo de la LSD que, en cantidad indeterminada, circula ahora por su cuerpo […] El trayecto hasta La Mola se convierte en un arriesgado eslalon entre ruidosos motorinos conducidos por italianos amigos de pulsar permanentemente el claxon y Meharis en los que viajan madrileños con sombrero de paja”. Enero. Plantas. “Cada vez que alguien muere, la tribu conduce su cadáver envuelto en telas de colores a través del pasillo de grandes rocas que forman una muralla sobre Sa Cala, que sustituyeron a las pequeñas losas de mares; todos los miembros de la tribu capaces de andar por sí mismos acompañan al cadáver hasta la cueva y, tras tomar la poción, viajan con el espíritu del muerto hasta el fin del camino de la vida”. Septiembre. Magia. “Cuarenta minutos después, su efecto era claramente perceptible. Hasta ese instante, había imaginado que lo que seguiría al cóctel sería un torrente incontrolable de alucinaciones colectivas y descontrol, pero en su lugar nos invadió una ola de afabilidad, confianza y afecto”. Formentera, más que una isla mediterránea, es también mito… una fuente de leyendas, historias. Y leyendo este libro, entre realidad, fantasía, imaginación… parece que podemos sentir algunas esencias de la isla. X. V. Vivir y morir en Formentera Universo Ulises
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