Cannabis Magazine 225

En el número anterior describimos las peripecias que han llevado a que, en la actualidad y tras la publicación del manual DSM-Ven 2013, se haya decretado la existencia del “Trastorno por consumo de cannabis” (o TCC), que sustituye a las antiguas del DSM-IV “abuso de cannabis” y “dependencia de cannabis”. Ya explicamos entonces que este cambio se trataba de algo más que un detalle técnico, y que la modificación podría tener repercusiones importantes en el número de personas susceptibles de recibir (o ser acusados) con ese diagnóstico y, lo que es más importante, convertirse en candidatos a comenzar algún tipo de tratamiento farmacológico. No estamos cuestionando que existen personas para las cuales es difícil controlar, manejar o gestionar sus consumos de cannabis. Tampoco ponemos en duda el tratamiento farmacológico específico de los trastornos psiquiátricos. Pero como describimos en la entrega anterior, la voracidad de una industria farmacéutica, siempre ávida de encontrar potenciales clientes, es un elemento para considerar cuando los trastornos se multiplican. Pero ¿cuál es la frecuencia con la que aparece el TCC? A pesar de la “honda preocupación” que este problema produce en muchos profesionales del sector, los estudios científicos nos confirman que el potencial adictivo del cannabis es menor al de otras drogas. Algunas investigaciones han estudiado este tema en profundidad y los resultados del análisis de más de 50.000 entrevistas de consumidores estiman un riesgo estadístico de dependencia en torno al 8 % para el cannabis frente al 20 % de la cocaína o el 60 % del tabaco1. Utilizando la misma muestra, la proporción de pacientes que consiguen una remisión estable a lo largo del tiempo es mayor para el cannabis que para el alcohol o el tabaco2. Otros autores, siguiendo esta metodología, han calculado un riesgo entre el 4-10%de dependencia entre los consumidores de cannabis3, 4 y 5. En cualquier caso, conviene recordar que las drogas, como decía Torrente, “no te atacan, te muerden ni te agarran de los huevecillos”. Es decir: existen variables personales y sociales que hacen que este riesgo sea más o menos elevado: la edad muy precoz en el consumo y otras variables socioeconómicas, socioculturales y médicas se correlacionan con un mayor o menor riesgo de aparición de problemas de dependencia. 83 “ “ EL POTENCIAL ADICTIVO DEL CANNABIS ES MENOR AL DE OTRAS DROGAS

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1