Cannabis Magazine 227

aplicar y cómo hacerlo para conseguir un rendimiento superior a la media y, aun así, normalmente, las prácticas encaminadas a conseguir una productividad más alta de lo habitual sacrifican la calidad del producto final para lograrlo. Aunque sigamos una tabla de cultivo o intentemos abonar con elementos orgánicos de la forma más básica posible, siempre pueden surgir ciertas complicaciones. A veces, las carencias o excesos se derivan de utilizar un agua de mala calidad; o de emplear genéticas que consumen una gran cantidad de nutrientes; o como consecuencia de plagas que no hemos detectado. Es decir, aunque sigamos las indicaciones de los fabricantes al 100 %, como las plantas son seres vivos, siempre puede haber variables que se nos escapen. Generalmente, la causa más común de desajustes nutricionales cuando se fertiliza equilibradamente es un agua de mala calidad. Volviendo a un ejemplo de que ya hemos mencionado, cabe destacar el caso de la clorosis férrica. Este amarilleamiento por carencia de hierro (Fe) no suele producirse por la falta de este mineral, sino porque las plantas no lo asimilan. Por tanto, no solo debemos aportar nutrientes a nuestro cultivo, sino que necesitamos hacerlo de modo que los pueda asimilar. El pH del agua influye directamente sobre la solubilidad de los nutrientes y, si no se ajusta correctamente, las plantas pueden sufrir carencias o excesos por esta razón. Volviendo al ejemplo que nos ocupa, el hierro es muy poco soluble cuando el pH es superior a 7,5, algo muy común en la vertiente mediterránea, cuya agua es bastante dura. La escala de pH mide la acidez de una sustancia con valores comprendidos entre el 0 y el 14. Cuanto más ácido es un compuesto, más bajo es su nivel de pH y, cuanto más básico o alcalino es, más alto es su pH. El agua de la cuenca mediterránea, al ser bastante dura, contiene altos niveles de cal, cuyo pH es superior a 12, por lo que vuelve al agua alcalina. Personalmente, he llegado a ver agua del grifo con un pH de 9, algo impensable en otros lugares de la península. Teniendo todo esto en cuenta, medir y regular el pH del agua de riego, no es una opción, sino una necesidad. Podemos rebajar el pH mediante la adición de ácidos que venden en las grow shops, o bien, subirlo con la adición de compuestos alcalinos. Otra causa común de desajustes nutricionales es el exceso o la falta de riego. Cuando la cantidad de agua aportada es muy superior a la necesaria, las plantas muestran carencias y, paradójicamente, sufren sequía. Por una parte, al suministrar un volumen de agua muy grande, los nutrientes de la tierra o el sustrato se arrastran hacia capas inferiores. Esto se traduce en que, o bien son movilizados hacia fuera de la maceta, o bien, hacia las capas inferiores del suelo, dejando de estar disponibles para las plantas y Cursos CM 34 Al final de la etapa de crecimiento, en tierra madre, debemos reforzar el aporte de nitrógeno “ “ LA ESCALA DE PH MIDE LA ACIDEZ DE UNA SUSTANCIA CON VALORES COMPRENDIDOS ENTRE EL 0 Y EL 14

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