Cannabis Magazine 227

de los principales procesos de degradación que amenaza la nutrición, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad. Si el nivel de vitaminas y nutrientes de los alimentos se reduce, millones de personas sufrirán deficiencias nutritivas. La degradación y falta de nutrientes en la tierra también conlleva que pierda su capacidad para producir alimentos, causando hambre, pobreza y desnutrición. Sin embargo, lo opuesto también es perjudicial, ya que, si existe una concentración de nutrientes muy alta, la tierra crea un ambiente tóxico para las plantas y los animales, contaminando el medio ambiente y fomentando el cambio climático. La degradación del suelo supone la pérdida tanto de los micronutrientes como los macronutrientes que contiene. Este hecho altera el crecimiento de las plantas, las hace más vulnerables frente a enfermedades, no dan frutos de calidad y sufren una falta de rendimiento. El resultado son alimentos con carencias, que repercuten directamente en la alimentación y salud de las personas que los ingieren, como ya hemos comentado más arriba. La salinización es otro de los problemas más frecuentes del suelo, sobre todo en las regiones más áridas o semiáridas, ocasionando muchas dificultades para la agricultura, la seguridad alimentaria y la biodiversidad. La sal está presente de forma natural en la tierra y en el agua, y los suelos salinos pueden sustentar un ecosistema sano y rico. El problema viene cuando, debido a sequías o actividades humanas inadecuadas, aumenta el contenido en sal de forma excesiva. El problema de la salinización afecta a todas las regiones del mundo, amenazando la calidad de sus suelos, lo que limita la producción de alimentos a escala mundial. La Tierra alberga un hábitat muy rico de especies, algunas conocidas y otras por descubrir, producto de miles de millones de años de evolución. La mayor parte de esta biodiversidad está en el suelo, pero hasta ahora solo se ha identificado un 1 % de las especies que viven bajo nuestros pies. Cada uno de estos seres vivos juega un papel clave en la cadena trófica y contribuyen a un delicado equilibrio en los ecosistemas naturales y agrícolas. La biodiversidad del suelo comprende un mundo de innumerables organismos vivos que se nutren de las plantas y estos a su vez las alimentan y las protegen. Esta interacción es la que mantiene el suelo sano, formando un complejo proceso de actividad biológica que posibilita la vida en la Tierra. Todos estos organismos vivos forman una comunidad en el suelo: • Megafauna: los sapos, topos, castores, conejos y tejones son los principales agentes de la rotación y distribución del suelo. • Macrofauna: las lombrices, termitas, hormigas, milpiés y cochinillas ayudan al drenaje y a la aireación del suelo. • Mesofauna: los invertebrados microscópicos como los nemátodos, ácaros, etc. son reguladores biológicos de la descomposición. • Microfauna y microorganismos: las bacterias, protozoos, hongos y nematodos son los organismos más pequeños y numerosos del suelo y son responsables de los procesos biogeoquímicos. Es necesario luchar por conservar esta maravillosa comunidad para que los suelos sean saludables y fértiles, y no poner en riesgo los ecosistemas. En esta lucha va implícita nuestra propia supervivencia, ya que es la que nos Sustrato 40 kopi.in.ua (depositphotos) “ “EL MANEJO SOSTENIBLE DEL SUELO DEBE ESTIMULAR LA ACTIVIDAD DE LOS MICROORGANISMOS, MANTENIENDO O APORTANDO UNA CANTIDAD ADECUADA DE MATERIA ORGÁNICA

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