Cannabis Magazine 227

Sustancias 120 al mismo tiempo. 2. Cuando se consume en un lugar no asociado al consumo: a la excesiva intensidad del efecto primario de ambas sustancias al no ser contrarrestadas por las respuestas condicionadas compensatorias. Es solo una elucubración… no me hagan mucho caso. La cuestión es que el desarrollo de este tipo de tolerancia, generada a través de un proceso de condicionamiento clásico o pavloviano, se ha demostrado experimentalmente en el caso de la morfina y de sus derivados, en el caso del alcohol, en el del pentobarbital y en el de las anfetaminas y otros estimulantes. Así como se ha demostrado, también, que no solo se pueden asociar por emparejamiento elementos del medio ambiente externo, sino también elementos interoceptivos (aquellos que tienen lugar dentro del propio organismo, como, por ejemplo, los estados de ánimo). Por último, se ha visto que tales condicionamientos (y sus consecuencias y resultados directos), siguen activos incluso meses y meses después de haber abandonado el consumo. La tolerancia conductual o condicionada no explica por completo ni agota por sí misma el fenómeno de la tolerancia a las drogas. Tampoco contradice, lógicamente, la existencia de la ya mencionada tolerancia metabólica o farmacocinética ni de la tolerancia farmacológica o farmacodinámica. Más bien, confluye y se solapa con ellas. Teniendo, finalmente, un papel tan relevante como ellas y, en ocasiones, incluso mayor. Puesto que, como se ha demostrado experimentalmente, aun cuando se hayan desarrollado tanto una tolerancia disposicional como farmacológica a la heroína, si el sujeto (ya sea animal o humano) consume dosis altas de la droga en un ambiente no asociado anteriormente con el consumo, se expone, irremediablemente, a que los efectos de la sustancia sean tan potentes que den lugar a episodios de sobredosis, algunas de ellas letales, como así ha venido a constatarse en experimentos con ratas. Del mismo modo, demostraron que ninguna rata moría ni se producía sobredosis alguna cuando el consumo se producía en el ambiente habitual de consumo, aun cuando los roedores se administraban las mismas dosis que habían acabado con la vida de aquellos congéneres que consumieron en contextos nuevos. Hay que destacar, por último, que el desarrollo de este tipo de tolerancia y la evocación de este tipo de respuestas condicionadas de efectos contrarios a la droga en el caso de los opiáceos y de efectos similares a la droga en el de los estimulantes, tienen lugar no solo en las personas adictas y dependientes a tales sustancias sino también en los usuarios esporádicos y ocasionales que no han desarrollado una adicción a las drogas psicoactivas. Lo cual, tomando en consideración las dramáticas consecuencias que pueden tener en el caso del empleo de determinadas drogas y de determinadas vías de administración (heroína inyectada, por ejemplo), debería llevarnos a concluir que sería de vital importancia que las personas usuarias de tales sustancias, y empleadoras de dichas vías (inyectores e inyectoras, fundamental aunque no exclusivamente), tuvieran acceso a esta información, dispusieran del conocimiento efectivo de los fenómenos aquí descritos y, de este modo, estuvieran en condiciones de actuar competentemente con la finalidad de reducir la incidencia de sus resultados más negativos. No lo duden: no es ninguna quimera ni es tampoco una estupidez. Es, muy al contrario, la base para llevar a cabo estrategias que impidan o dificulten la incidencia de sobredosis peligrosas para la vida de las personas usuarias. Eso es todo por hoy. Paz y porros… para quien así lo quiera. Amén para el resto de mortales. nasirkhan (depositphotos) “ “ SERÍA DE VITAL IMPORTANCIA QUE LAS PERSONAS USUARIAS DE TALES SUSTANCIAS TUVIERAN ACCESO A ESTA INFORMACIÓN Y ESTUVIERAN EN CONDICIONES DE ACTUAR COMPETENTEMENTE CON LA FINALIDAD DE REDUCIR LA INCIDENCIA DE SUS RESULTADOS MÁS NEGATIVOS

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