Cannabis Magazine 227

No todos los metales de densidad alta son especialmente tóxicos en concentraciones normales (algunos de ellos son necesarios para el ser humano). No obstante, hay una serie de metales pesados más conocidos por su tendencia a representar serios problemas medioambientales: el mercurio (Hg), el plomo (Pb), el cadmio (Cd) y el talio (Tl), así como el cobre (Cu), zinc (Zn) y cromo (Cr). En ocasiones, se incluye al hablar de contaminación por metales pesados a otros elementos tóxicos ligeros como el berilio (Be) o el aluminio (Al), o algún semimetal como el arsénico (As). La peligrosidad de los metales pesados reside en que no pueden ser degradados (ni química, ni biológicamente) y, además, tienden a bioacumularse y a biomagnificarse (que significa que se acumulan en los organismos vivos alcanzando concentraciones mayores que las que alcanzan en los alimentos o en el medioambiente, y que estas concentraciones aumentan a medida que ascendemos en la cadena trófica), provocando efectos tóxicos de muy diverso carácter. En el ser humano se han detectado infinidad de efectos físicos (dolores crónicos, problemas sanguíneos, etc.) y efectos psíquicos (ansiedad, pasividad, etc.). La necesidad de controlar los posibles riesgos para la salud y el medioambiente, derivados de la utilización de residuos orgánicos, determina que los abonos y enmiendas orgánicos, junto con los abonos órgano-minerales, deban contar con una autorización administrativa para poder ponerse en el mercado español, que se sustancia en la inscripción en el Registro de Productos Fertilizantes. Como requisito común exigible a los productos fertilizantes orgánicos, se establecen unos límites máximos de contenido en metales pesados, de su carga microbiana, y en el caso concreto de residuos de origen animal, la exigencia del cumplimiento de otros requisitos para los subproductos animales no destinados al consumo humano. En todos estos productos orgánicos deberá indicarse la clasificación a que corresponda (A, B o C). Así, los productos elaborados con materias primas de origen orgánico, animal o vegetal, no podrán superar el contenido en metales pesados que corresponde a las clases A, B o C (tabla 1). 37 Francescoscatena (depositphotos) Tabla 1 “ “LA PELIGROSIDAD DE LOS METALES PESADOS RESIDE EN QUE NO PUEDEN SER DEGRADADOS Y TIENDEN A BIOACUMULARSE Y A BIOMAGNIFICARSE PROVOCANDO EFECTOS TÓXICOS DE MUY DIVERSO CARÁCTER

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