Cannabis Magazine 231

marroquíes como las argelinas suelen intervenir grandes cantidades otros medicamentos como el tramadol, el diazepam, la buprenorfina o el sildenafilo. Según Herbert y Gallien (2020), existen tres métodos principales por los que estos medicamentos entra en la región: a través de la desviación de fuentes legales, mediante el transporte a pequeña escala desde el extranjero y mediante la distribución ilegal de grandes cantidades (toneladas). El primero de estos métodos es el más habitual debido al bajo precio que tienen estos medicamentos en países como Argelia, y que favorecen que haya personas que opten por su tráfico ilícito como medio de subsistencia. Con respecto al segundo método, a pesar de no existir grandes organizaciones criminales dedicadas a ello, sí se han desmantelado pequeños grupos que transportaban medicamentos desde Europa, España incluida. Finalmente, el tercer método parece tener escasa relevancia. Aparte de noticias sensacionalistas y relatos de algunos profesionales del ámbito de la salud mental, en realidad existe información muy limitada sobre el consumo de clonazepam sin prescripción médica en Marruecos. En un informe de marzo de 2017, el Departamento de Estado de Estados Unidos mencionaba que el karkubi era la segunda droga más usada en Marruecos, aunque no aportaba referencia alguna para conocer de dónde se extraía ese dato. En un estudio de 2021 entre personas que, en el último año, habían consumido algún medicamento sin receta, el 96,8 % reconoció el consumo de clonazepam y el 81,96 % el de tramadol (Moussadak et al., 2021). En la última encuesta ESPAD 2021 (entre escolares con edades comprendidas entre los 11 y los 25 años de edad), se encontró que el 10,4 % de las personas participantes en ella reconocieron haber consumido tranquilizantes o sedantes sin receta alguna vez en la vida, un 5,9 en los últimos 12 meses y un 4,6 en el último mes (El Omari y Toufiq, 2021). Algunos informes también sugieren que, entre personas con pocos recursos económicos, el consumo de clonazepam se realiza en combinación con hachís, aunque no existen estadísticas al respecto. Esta falta de información sobre el consumo de clonazepam es posiblemente la razón de que se hayan instaurado algunos mitos con relación a dicho consumo. Así, uno muy persistente es el que relaciona el consumo de clonazepam con episodios violentos. En 2018, un artículo en Alarabiya News decía que, “dado que los usuarios se desilusionan al sentirse invencibles, la droga es conocida principalmente por su siniestro efecto secundario, la violencia”. Ese mismo año, World Cruch, en colaboración con Le Monde, citaba el caso de un chico que, bajo los efectos del karkubi, acuchilló a su propia madre y, tras el suceso, no recordaba absolutamente nada. Otros informes también mencionan un aumento de los asaltos violentos a farmacias con el objetivo de 100 Control de riesgos “ “ APARTE DE NOTICIAS SENSACIONALISTAS Y RELATOS DE ALGUNOS PROFESIONALES DEL ÁMBITO DE LA SALUD MENTAL, EN REALIDAD EXISTE INFORMACIÓN MUY LIMITADA SOBRE EL CONSUMO DE CLONAZEPAM SIN PRESCRIPCIÓN MÉDICA ENMARRUECOS El uso de nombres estigmatizantes también se da para referirse al karkubi

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