33 y daño alcanzan los niveles más críticos, convirtiéndose en una amenaza grave para el rendimiento y salud de las plantas. Estos insectos se alimentan de una gran variedad de tejidos vegetales, especialmente de las hojas y los tallos. Los síntomas iniciales de su presencia suelen manifestarse en las hojas, que pueden mostrar señales de mordeduras o fragmentos faltantes. Ante esta pista, es aconsejable inspeccionar minuciosamente la planta en busca del insecto que ha causado la herida. Generalmente, las orugas no se aventuran demasiado lejos de la zona afectada, lo que facilita su localización. También es posible detectar su presencia en el cultivo por sus deposiciones: son pequeñas bolitas negras que dejan entre las flores y que deben alertarnos de su actividad en la planta. Además de los daños superficiales en las hojas, las orugas pueden causar daños más severos al perforar los tallos que sostienen los cogollos. Esta perforación puede resultar en el secado lento y prematuro de las flores, afectando significativamente el rendimiento y calidad de la cosecha. Un aspecto crucial por considerar es el potencial peligro de infección por el hongo botrytis, también conocido como "moho gris". Las heridas provocadas por las orugas para alimentarse ofrecen una vía de entrada perfecta para este patógeno oportunista. El hongo utiliza estas heridas para penetrar en los tejidos vegetales, estableciendo una infección que puede debilitar a las plantas afectadas y, en los casos más graves, matarlas. Esta interacción entre las orugas y el hongo añade un nivel adicional de peligro a la presencia de la plaga en el cultivo. La detección temprana y el reconocimiento de los signos de la presencia de orugas son esenciales para tomar medidas de control oportunas y reducir los daños. Esta plaga puede llegar a tener un impacto devastador, comprometiendo el rendimiento y la salud de las plantas. Por lo tanto, es fundamental estar atentos a los síntomas de su presencia, realizando inspecciones regulares y aplicando estrategias de prevención y manejo integrado de plagas para minimizar los efectos negativos de estas voraces larvas. Detalle de una autofloreciente La revisión constante es clave para detectar rápidamente una plaga de orugas “ “ LA PREVENCIÓN ES UN FACTOR ESENCIAL EN CANNABICULTURA PARA GARANTIZAR LA SALUD DE LAS PLANTAS, ASÍ COMOUN RENDIMIENTO ÓPTIMO
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