Cannabis Magazine 234

exceso de humedad. Por otra parte, la sequía provoca que el cultivo se deshidrate hasta la muerte. Consecuentemente, una adecuada frecuencia de riego es vital para mantener un cultivo saludable. Asimismo, también debemos tener en cuenta la calidad del agua, porque es un factor de gran importancia en la absorción de nutrientes. Los parámetros que nos permiten evaluarla son el pH y la EC (electroconductividad). El pH nos permite conocer su grado de acidez o alcalinidad y afecta directamente a la solubilidad de los minerales del agua de riego. Por tanto, este debe estar bien ajustado para que las plantas puedan absorber los nutrientes. El pH ideal para regar la marihuana está en torno a 6,5, un valor que el agua del grifo excede habitualmente. Se puede medir con un medidor específico y ajustarse mediante la adición de líquidos reguladores que se consiguen fácilmente en las grow shops. En segundo lugar, la EC indica el riesgo potencial de que el agua deposite sales en el sustrato, porque es proporcional a la concentración salina. Cuando hay excesos de sales en el entorno de las raíces, las plantas experimentan desequilibrios nutricionales (carencias o excesos) porque no pueden alimentarse de forma correcta. La EC aumenta cuando añadimos fertilizante, por lo que no debemos excedernos en la dosis. El valor óptimo de EC para el cultivo de cannabis está alrededor de 0,9 mS (milisiemens) en crecimiento y de los 1,2 y 2,2 mS en floración. Durante el riego, debemos repartir el agua uniformemente para no formar socavones en el sustrato o suelo que dejen las raíces al aire. Si aplicamos fertilizante líquido, lo haremos solo en el 60 o 70 % de los riegos (como máximo) para evitar saturar el sustrato de sales. En cualquier caso, debemos evitar el encharcamiento bajo las macetas, porque favorece la asfixia y podredumbre radicular. Un cepellón saludable está repleto de raíces fuertes y robustas de color blanco. Cuando presentan un tono amarillento es indicio de que no están en buen estado, bien sea por exceso de nutrientes o de agua. Una masa radicular débil es más susceptible de sufrir el ataque de hongos o plagas, que son muy difíciles de tratar por su condición subterránea. Espero que te haya gustado el artículo y pueda serte útil para mantener unas raíces fuertes y sanas en tus cultivos. ¡Muy buenos humos! Cursos CM 36 Hacia el final de la floración dejaremos de abonar “ “ LA EC AUMENTA CUANDO AÑADIMOS FERTILIZANTE, POR LO QUE NO DEBEMOS EXCEDERNOS EN LA DOSIS

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