Cannabis Magazine 240

son demasiado altas, podrían morir por un golpe de calor. Aun así, si el clima nos lo permite y queremos poner nuestras plántulas en exterior directamente, deberemos colocar una tela mosquetera o una malla metálica que las proteja de los depredadores. Asimismo, debemos evitar exponer a las plantas jóvenes al sol directo en los primeros días, por lo que seguiremos un proceso de aclimatación consistente en ir sacándolas al exterior a primera hora de la mañana o última hora de la tarde, de manera que puedan acostumbrarse a la luz solar sin sufrir un golpe de calor. Una vez que estén completamente aclimatadas y las hayamos dejado al aire libre, permaneceremos atentos a las tormentas y granizadas, ya que podrían perjudicarlas gravemente causando lesiones. Además de tener en cuenta lo explicado en el párrafo anterior, es de vital importancia sembrar en la época más conveniente. Tal como se explica en la introducción del artículo, el mes de mayo es ideal para ello, especialmente en la primera quincena. No es que no se pueda plantar antes ni después, sino que tendremos que invertir menos esfuerzo para que las plantas se desarrollen de forma saludable. Hay cultivadores que piensan que una siembra excesivamente temprana favorece el crecimiento, al disponer las plantas de más tiempo para el desarrollo vegetativo. Sin embargo, plantar en febrero o marzo, no solo incrementa el riesgo de sufrir heladas en regiones frías o templadas, sino que, debido a las bajas temperaturas, las plantas crecerán poco, lentamente y más débiles. Además, aunque el clima permita la siembra, el fotoperiodo de esta época favorece la floración, no el crecimiento. Esto puede suponer un problema si partimos desde esquejes o hemos optado por variedades de rápida floración porque el cultivo empezará a producir cogollos en cuanto pueda. Conforme avanza la primavera, los días se van alargando, de manera que permiten el crecimiento del cannabis. Si las plantas han comenzado la floración, este incremento en las horas diarias de luz solar la interrumpirá para dar paso al desarrollo vegetativo nuevamente. Este proceso se conoce con el nombre de revegetación y se cree que perjudica a la capacidad productiva, de manera que, cuando el cultivo vuelva a florecer, lo hará con menor fuerza. Esto no ocurre con las variedades autoflorecientes, ya que no dependen de la cantidad de horas de luz diarias para desencadenar su floración. Aun así, debemos tener en cuenta que esta clase de genéticas necesita una buena cantidad de luz para arrojar una producción aceptable, por lo que, si queremos plantar temprano este tipo de plantas, lo mejor es esperar a marzo. El mes de abril, por su parte, aunque cuenta con mejores temperaturas y el fotoperiodo comienza a favorecer el crecimiento, suele ser muy lluvioso, por lo que se incrementa el riesgo de lesiones por tormenta y de padecer una infección por hongos. Finalmente, cabe mencionar que, para las variedades sativas (NLD), una siembra muy temprana también puede llegar a ser contraproducente. Aunque su Cursos CM 34 El primer paso para una buena cosecha es una buena siembra “ “ CONFORME AVANZA LA PRIMAVERA, LOS DÍAS SE VAN ALARGANDO, DE MANERA QUE PERMITEN EL CRECIMIENTO DEL CANNABIS

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