Cannabis Magazine 240

94 del cáñamo. La demanda por cáñamo de alta calidad y por expertos en su cultivo y tejido era alta en las costas del Mar del Sur, donde se requería para la construcción de barcos. El cultivo de cáñamo ofrecía a los indígenas una manera de cumplir con sus obligaciones tributarias (Marín Gutiérrez, 2016). Fray Juan de Zumárraga y Fray Juan de Torquemada, durante el siglo XVI, apostaron por el cultivo de cáñamo en sus escritos. Ambos fueron dos figuras religiosas significativas en la historia de México durante el período del virreinato. Fray Juan de Zumárraga es conocido por establecer la primera imprenta en las Américas, en 1539. También estuvo involucrado en la construcción de la Catedral de México y fundó el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, que fue la primera institución de educación superior para nativos en América. Fray Juan de Torquemada fue un misionero franciscano que se destacó como historiador de las culturas indígenas mexicanas. El siglo XVII y la entrada de los Borbones En 1642, el virrey Juan de Palafox hizo una petición al obispo de Puebla para continuar con el cultivo de cáñamo en la región de Atlixco. El cáñamo se destinaba a la fabricación de cuerdas. Desde finales del siglo XVII hasta mediados del siglo XVIII, la producción de cáñamo experimentó una disminución debido a que resultaba más económico adquirirlo en Rusia. La situación de escasez en los cultivos de cáñamo en España se agravó aún más debido a los conflictos bélicos con los británicos. Con la llegada al poder de la dinastía Borbón en España, se fomentó la introducción y expansión de los cultivos de cáñamo en Nueva España hacia el último cuarto del siglo XVIII. Esto motivó la emisión de varias reales cédulas dirigidas al virrey, a los intendentes y a los gobernadores, instándolos a promover la plantación de cáñamo utilizando todos los medios disponibles. Durante el siglo XVIII, el cultivo de cáñamo era una práctica regular en varias regiones de Nueva España, evidenciado por los informes presentados en 1777 por el alcalde mayor de Atlixco. Estos informes fueron en cumplimiento de una directiva que exigía a los alcaldes mayores encontrar y distribuir semillas de cáñamo por todo el territorio. El interés de la Corona Española en el desarrollo de la industria del cáñamo fue tan notable que se tomó la medida de enviar un equipo de agricultores españoles a Nueva España para enseñar las técnicas avanzadas de cultivo y procesamiento de fibra. Esto llevó a un cambio en la política al conceder autorización para establecer una Real Fábrica de Lonas y Lonetas en el virreinato. Se dispuso la distribución de terrenos baldíos, ya fueran de propiedad privada o pertenecientes a la Corona, a la población indígena. En 1796, el Marqués de Branciforte señaló, a través de sus escritos, Historia Escena de estudio botánico del siglo XVIII en la Nueva España Sacerdotes jesuitas enseñan a los indígenas sobre los usos medicinales “ “EN 1545, EL REY CARLOS V AMPLIÓ ESTA AUTORIZACIÓN A TODAS LAS REGIONES BAJO SU DOMINIO E INSTRUYÓ QUE SE CAPACITARA A LOS INDÍGENAS EN LAS HABILIDADES DE HILADO Y TEJIDO DEL CÁÑAMO

RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1