fueron identificados por José Antonio como hojas y semillas de cannabis. Lo descubrió cuando obtuvo una muestra compuesta por una mezcla de semillas y hierbas secas. Al reconocerlas, debido a su familiaridad previa con la planta en su jardín, decidió sembrar las semillas para confirmar sus sospechas. El resultado fue el crecimiento de plantas de cáñamo idénticas a las de Europa. Esto demostraba que los efectos atribuidos a los pipiltzintzintlis eran naturales y derivados del cáñamo. José Antonio estuvo en una expedición a Sonora y realizó los preparativos para una navegación en el mar del Sur, destacando la importancia estratégica del cáñamo para la manufactura naval, como cables y velas. José Antonio aclaró cómo los indígenas conseguían el cannabis, señalando que crecía de forma silvestre y que algunos indios lo sembraban tanto para usos textiles como para tratamientos médicos. José Antonio afirmaba que los pipiltzintzintlis“no son otra cosa que el cáñamo y que los efectos y visiones que provocan tras ingerirlo son puramente naturales”. No existe ninguna obra demoniaca en ellos. Y hace una pregunta que podríamos aplicar al consumo de cannabis actualmente: “¿Pero no es constante que la prohibición incita más y más el deseo de ejecutar la cosa prohibida, por aquella malicia a que somos tan propensos? […] ¿Qué porciones de la referida semilla se habrán consumido en el Hospital Real de esta corte ordenadas por los médicos encargados en la cura de la multitud de indios que anualmente se tienden en este hospital con intención muy sana, respecto de los médicos, y daño espiritual de los indios? […] he demostrado la virtud de los pipiltzintzintlis, por lo que habremos de decir con el lenguaje de los teólogos, que son malos por prohibidos, no prohibidos por malos”. Bibliografía ● Marín Gutiérrez, I. (2003) Historia conocida o desconocida del cannabis (Megamultimedia). ● Marín Gutiérrez, I. (2011) Introducción del cannabis en América, Cannabis Magazine (85), pp. 108-114. ● Marín Gutiérrez, I. (2016) Historia general del cannabis (Amargord). José Antonio Alzate y Ramírez durante una expedición en Sonora “ “ “¿PERO NO ES CONSTANTE QUE LA PROHIBICIÓN INCITA MÁS Y MÁS EL DESEO DE EJECUTAR LA COSA PROHIBIDA, POR AQUELLA MALICIA A QUE SOMOS TAN PROPENSOS?”
RkJQdWJsaXNoZXIy NTU4MzA1