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Sistemas de alto rendimiento para el cultivo de cannabis (II)

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Sistemas de alto rendimiento
Sistemas de alto rendimiento

Cuando un sistema de cultivo de alto rendimiento “llave en mano” está consolidado y sale al mercado, no sólo ha de ser eficiente y funcionar correctamente. También su montaje inicial y el mantenimiento de las distintas partes que los componen han de ser sencillos y sin complicaciones, con un ajuste perfecto. Así sucede con el que estamos analizando: todo encaja a la perfección y el sistema funciona de manera óptima. Es la hora de plantar.

Por Luis Hidalgo

Vamos a finalizar el montaje del Omega Garden y, hasta ahora, todo va viento en popa. No falta ninguna pieza y todas encajan con precisión sin presentar ningún tipo de problema. Terminábamos montando el soporte para la iluminación (ver número anterior) y estamos listos para la instalación del cilindro principal dentro del cual, más tarde, se ubicarán las plantas. Es la pieza principal de todo el sistema, una especie de rueda con divisiones al estilo de los molinos de agua, un cilindro corto que, en nuestro caso, girará alrededor de un eje, en cuyo centro se encuentra la luz a modo de “sol” central.

El tubo giratorio

 Vamos pues a proceder al montaje de la “rueda”, para lo que debemos localizar los cuatro rodamientos de soporte que se encuentran bajo el muelle que sujeta la zona inferior de rotación. Colocamos el cilindro sobre los rodamientos y vamos ajustando la tensión de muelle hasta que el cilindro se asiente con seguridad sobre los rodamientos, para lo que habrá que ir apretando y/o aflojando el tornillo que se encuentra en el extremo inferior del muelle.

Localizamos y desempaquetamos los cuatro rodillos pequeños de color blanco y los instalamos en su posición, cada uno en su esquina, para lo que antes tendremos que haber quitado las “grapas” de sujeción. Insertamos cada rodillo en su espacio y los ajustamos dejando0 todo bien centrado, tomando la precaución de dejar un poco de holgura y comprobando que el cilindro principal gira suavemente y de manera estable y regular.

Ya vamos terminando el montaje del sistema y, como podemos imaginar, llega el momento de la iluminación, ubicada en el centro o eje del cilindro, como vimos en el número anterior. En su momento  colocamos los soportes que sujetaban el conjunto de la estructura, así que desembalamos el tubo de cristal con su reflector y lo colocamos sobre los soportes para, a continuación, asegurarlo con las dos abrazaderas que se suministran, apretando los tornillos de ajuste siempre suavemente. Una vez que el tubo de Pyrex se encuentra bien sujeto, procedemos a montar la pieza que sujetará el casquillo y la bombilla en uno de sus extremos; una vez instalados estos dos componentes, podremos desplazar todo el conjunto en sentido longitudinal dentro del tubo para dejar la bombilla justo en el lugar que deseemos.

Para terminar, colocamos la tapa que porta el cable que conecta el casquillo al balastro y que además sirve para cerrar el extremo el tubo de cristal.

Puesta en Marcha

 Ya tenemos todo el invento montado y sólo nos falta lo más importante: Colocar los cubos de lana de roca con los esquejes ya pinchados. Recordamos que se recomienda el uso de cubos de 10 x 10 x10 centímetros (3 pulgadas). El sistema para montarlos en “la rueda” es muy seguro y aunque pueda parecer complicado a primera vista en realidad es muy sencillo, aunque requiere que el esqueje esté perfectamente centrado en el cubo y se encuentre perfectamente enraizado. Esto es de especial importancia si primero hemos enraizado los esquejes en “mini cubos” de los de uno o dos centímetros de lado, pues cuando todo se ponga en marcha habrá momentos en los que se encuentren de lado y boca abajo y si el cubo pequeño no está bien sujeto dentro del grande puede llegar a desprenderse al empaparse de agua. Por esto es conveniente dejar un par de días los esquejes aún creciendo normalmente después de haber insertado un cubo en otro, de manera que las raíces los unan y hagan un solo cuerpo de los dos cubos.

Los cubos con los esquejen se insertan dentro de unos soportes de plástico verde, 80 en total. Los cubos de lana de roca suelen venir con un plástico rodeándolos y dejando sólo la cara superior e inferior al descubierto. Debemos dejar esta protección intacta y, cogiendo el soporte verde con una mano, lo apretaremos ligeramente al tiempo que insertamos el borde superior del cubo con el esqueje y hacemos un movimiento hacia debajo de manera que también entre el borde inferior, y ya lo empujamos hasta el fondo.

Ahora ya podemos fijar todo el conjunto en el hueco de la rueda que deseemos, primero metemos la pieza con el cubo en el hueco y luego la sujetamos con unas pequeñas pinzas que la enganchan a la estructura. Puede darse el caso de que algunos tipos de cubo se saturen de solución nutriente durante los primeros días. Esto se debe al entramado de las fibras de la lana de roca que forman el cubo, que pueden estar todas alineadas en una determinada dirección, cruzadas o entrelazadas. Para evitar goteos indeseados, simplemente cortaremos tiras de plástico de unos doce centímetros de largo por uno de ancho, introduciendo una entre  la base de cada cubo y la pieza de sujeción dejando un par de centímetros fuera, de manera que elimine el exceso de solución nutriente después de que el cubo pase por la bandeja de mojado, en la parte inferior del cilindro.

Por fin ha llegado el momento deseado y vamos a poner en marcha todo el sistema. Primero conectamos el enchufe general a la corriente eléctrica y accionamos el interruptor que enciende la bombilla. Si la luz se enciende sin problemas y con el depósito inferior lleno de agua y nutrientes con el pH y la EC bien ajustados, ponemos en marcha el sistema de riego tras conectar también a la electricidad la bomba de agua y la de oxigenación, si disponemos de ella (muy recomendable), con lo que se llenará la bandeja en la que se mojan los cubos de lana de roca.

A continuación pondremos a funcionar la rueda y si todo ha ido bien podremos ver como comienza a girar muy lentamente y al cabo de unas tres horas los cubos estarán perfectamente empapados.

Cultivando en Órbita

Para obtener el máximo rendimiento del Omega Garden es muy importante la homogeneidad de los esquejes, tanto en tamaño como en forma, y también en la calidad del enraizado, esto es, la cantidad de raíz que tengan a la hora de poner el sistema en funcionamiento.

El cilindro está diseñado para funcionar de manera permanente, lo cual es necesario para mantener los cubos húmedos también de manera homogénea, sobre todo en los períodos de oscuridad durante la floración, en los que en principio debería dejar de funcionar la bomba de agua dejando vacía la bandeja de riego. Al seguir girando el cilindro, el agua se va repartiendo por el interior de los cubos de forma uniforme. Para controlar el encendido y apagado de a luz y de la bomba de agua se utilizan temporizadores que deberemos comprar por nuestra cuenta ya que no se suministran con el Omega Garden.

En este punto y tras consultar con varios expertos en el uso de este sistema de cultivo orbital, hemos podido comprobar que existe diferencia de opiniones con respecto al tema del riego, y mientras unos prefieren pararlo cuando se apagan las luces, otros optan por dejarlo en funcionamiento pero de manera discontinua, apagando la bomba y encendiéndola una hora de cada tres. Así se consigue que loas plantas reciban riego sólo una vuelta de cada cuatro, es decir, un 25% del régimen normal de riego.

En cualquier caso y bajo nuestra propia experiencia, ya que no se puede regular la velocidad de giro del cilindro lo ideal es ajustar los periodos de riego, tanto “diurnos” como “nocturnos”, dependiendo tanto de la variedad que estemos trabajando como del régimen nutricional que estemos aplicando. Tampoco es igual si damos unos días de crecimiento a 18 horas de luz que si queremos una cosecha rápida poniendo 11 horas de luz por cada 13 de oscuridad desde el primer momento.

Por esto es por lo que el autor ha dado en determinar la Ley de “las tres cosechas”, por la cuál sólo tras tres ciclos de cultivo con esquejes siempre iguales podremos alcanzar el rendimiento óptimo del Omega Garden. En la primera observaremos los tiempos adecuados de vegetativo y floración para ajustar el tamaño correcto de las plantas y aprovechar al máximo el espacio entre el interior del cilindro y la distancia de seguridad al tubo de Pyrex que contiene las bombillas. En la segunda cosecha ya podremos determinar el régimen nutricional justo y adecuado para cada fase del cultivo, evitando sobrefertilizaciones y carencias y observando las variaciones en tamaño que se produzcan con respecto a la primera cosecha.

Por último, en la tercera cosecha ya aplicaremos las técnicas de poda más adecuadas, pues debemos recordar que en cultivo orbital se pretende conseguir un solo cogollo principal de la máxima calidad por planta. De esta manera, en la cuarta cosecha deberíamos estar consiguiendo más de un gramo por Watio de luz empleada, pudiendo llegar a pasar del kilo con ochenta pequeñas plantas que caben en poco más de metro y medio cuadrado, dependiendo sobre todo de la variedad que hayamos plantado. Hemos podido ver cosechas de 750 gramos con un sodio de 450 Watios.

Como valor añadido, recordar que con estos sistemas de cultivo orbital podemos cultivar otros muchos tipos de plantas además de cannabis y que, de hecho, fueron diseñados originalmente como sistemas de cultivo urbano para plantas aromáticas, hortalizas y, en general, todo tipo de plantas de ciclo corto.

En el próximo número entraremos en el apasionante mundo del cultivo vertical (e inmóvil) que también aprovecha la altura del espacio de cultivo para ampliar el número de plantas “cosechables” en la misma superficie, y cómo no, completamente automatizados, para conseguir el más alto rendimiento posible.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.

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