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Sistemas de alto rendimiento para el cultivo de cannabis (VI)

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Cuando cultivamos cualquier vegetal, uno de los elementos principales o básicos es el agua para regar. Dependiendo del tipo de planta habrá que regar con más o menos frecuencia e intensidad, y en el caso del cannabis, un régimen de secano es lo más indicado para mantener sus raíces correctamente oxigenadas. Sin embargo, cuando cultivamos en hidropónico no hay tierra ya que se sustituye por algún tipo de sustrato inerte, y si lo hacemos en aeropónico ni siquiera hay sustrato pues el agua se aplica directamente al sistema radicular. Entonces, ¿cómo podemos simular ese secano en un sistema en el que no hay sustrato?

Fotos y Texto: Luis Hidalgo

Continuando con el cultivo vertical en el sistema Coliseum, vamos a aprovechar para aclarar una duda que nos han comentado algunos lectores acerca del cultivo de cannabis, planta de secano, en sistemas hidro o aeropónicos, pues lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en este tipo de sistemas son las raíces sumergidas en el agua de manera permanente y que el secano es la ausencia de agua, por lo que a bote pronto parece que son dos términos contrapuestos e incompatibles.

Nada más lejos de la realidad. El concepto de “secano” a veces es mal entendido y se asocia exclusivamente a regar muy poco y ver la tierra seca entre riegos, cosa muy cierta si cultivamos en dicho medio. Pero si vamos un poco mas allá y profundizamos en cuál es la función de ese “secano” y su efecto sobre el sistema radicular, veremos que de lo que se trata, en definitiva, es de que las raíces se oxigenen tras absorber durante un tiempo agua con nutrientes.

En tierra o coco, o cualquier sustrato “denso”, ésta oxigenación se produce por una parte al ir absorbiendo agua la planta, y por otra al irse evaporando del sustrato con el paso del tiempo. Dicho de una manera simple, se va sustituyendo el agua del sustrato por oxígeno. Cuando cultivamos en hidropónico “puro” (sustrato poco denso) o directamente aeropónico, incluso aunque el agua se encuentre bien oxigenada por el medio que sea (bomba de aire con difusión, pastillas de oxígeno, etc.), es necesario parar el riego de vez en cuando para que se produzca el efecto de oxigenación, pues si mantenemos las raíces mojadas de forma permanente acabaremos produciendo su “asfixia”.

Regando con el Coliseum

Como comentábamos en el número anterior, podemos usar el Coliseum en dos modalidades: Hidropónico, usando perlita como sustrato, o aeropónico, es decir, sólo con agua, con el único requisito de utilizar discos de neopreno para evitar las fugas de agua y que esta se aproveche completamente por el sistema radicular de las plantas que se irá desarrollando por el interior de la estructura del “invento”.

Como el riego se realiza a partir de una bomba, que impulsa el agua hasta la parte superior, resulta muy sencillo establecer un régimen de riegos que contemple paradas, o sea, que durante ciertos periodos de tiempo la bomba se apagará con lo que las raíces dejarán de recibir agua produciendo el deseado “efecto secano” y se oxigenarán preparándose para una absorción óptima en el siguiente riego.

Obviamente, cualquier cannabicultor con un mínimo de experiencia en cualquier medio de cultivo sabe que existe una relación ideal entre tiempo de riego y tiempo de parada dependiendo del tipo de sutrato, “aparato” en el que se este cultivando, condiciones medioambientales como temperatura o intensidad de luz utilizada (a más luz, más calor). En el caso del Coliseum, al ser un espacio de cultivo relativamente cerrado, todos estos parámetros suelen ser bastante estables, por lo que se pueden establecer unas pautas de riego generales, si bien siempre serán susceptibles de ser alteradas dependiendo de si las condiciones se salen de lo que podríamos considerar estándar.

Así pues, pasamos a exponer el régimen de riego recomendado, tanto en el caso de funcionar como aeropónico como si se esta usando perlita como sustrato:

El régimen de riego para el uso con perlita es realmente bajo, si tenemos en cuenta que esos minutos de la tabla son por día. Se aprecia cómo los martes, jueves y sábados son los días que se aplica el secano. Puede sorprender el corto espacio de riego, pero lo cierto es que la perlita retiene suficiente el agua como para aplicarlo, pero también se seca muy rápidamente. Por eso empezamos empapando bien, aplicando secano a continuación, manteniendo la humedad, secano de nuevo y repitiendo el ciclo. Por supuesto, a más intensidad de luz, más riego, pero manteniendo los tiempos de parada y mantenimiento. Al aumentar la intensidad lumínica, las plantas transpiran más y hay que aumentar la cantidad de agua para contrarrestar al aumento de evaporación.

Por otra parte, hay que tener muy en cuenta el reemplazo de la solución nutriente ya que, al tratarse de un sistema recirculante tienden a acumularse sales que, además de variar sustancialmente el valor del pH, también desequilibran la proporción entre los nutrientes disponibles, sin contar que éstos también se van gastando al ser absorbidos por las plantas. Según el plan de riegos anterior, los mejores días para cambiar el agua son los martes y los jueves, ya que será cuando más se drena y el/los depósitos de agua estarán más llenos.

El uso en modo aeropónico es mucho más sencillo, limitándonos a regar 10 segundos por minuto de manera permanente, tan sencillo como eso. En este caso es también necesario cambiar la solución nutriente del depósito, como mínimo una vez a la semana. En cualquier caso, el control periódico del pH y la Ec nos irán indicando la frecuencia de rellenado.

Segundo Tiempo

 Una vez hemos terminado un ciclo de cultivo en el Coliseum, vamos a tener que realizar algunas tareas antes de replantar, para las que necesitaremos algunas cosas, como bolsas de basura, un cubo de unos 25 litros, un cuchillo o navaja larga y no muy ancha y unos 120 litros de perlita para rellenar el sistema si estamos en modo hidropónico.

El mantenimiento es relativamente sencillo y se puede realizar en 10 pasos:

  1. Al retirar la perlita usada, es conveniente que no este totalmente seca para evitar la emisión de polvo que puede ser perjudicial para la salud si se inhala. La extracción es sencilla y en parte se realiza al sacar los retos de las plantas cosechadas.
  2. Con la ayuda de un cuchillo o navaja, se corta con cuidado alrededor de la base del tallo y se tira de ella sacando raíces y restos de suciedad en genera, mezclados con la perlita. Hay que tirar con fuerza porque las raíces se habrán desarrollado por el interior de las conducciones del sistema y pueden llegar a ser my largas.
  3. Separar con cuidado tanta perlita como sea posible y almacenarla en un cubo (20 ó 25 litros).
  4. Eliminar todos los restos de tallo, raíces y perlita sucia.
  5. Una vez extraída la perlita, insistir en la eliminación de restos de raíces profundas.
  6. Rellenar los orificios para las plantas con la perlita reciclada que hayamos recogido en el cubo.
  7. Acabar de rellenar el sistema con perlita nueva y realizar un par de pasadas de riego de 5 minutos, dejando secar la perlita entre ellas.
  8. Preparar un depósito de unos 180 litros con agua alrededor de los 27º C para añadirle un compuesto orgánico que nos ayudará a eliminar cualquier resto de raíz muerta que haya podido quedar en el interior del sistema. Este compuesto contiene una serie de bacterias y enzimas que se alimentan precisamente de estos restos. Además, colonizan el interior de los conductos de riego evitando el desarrollo de hongos o moho y proporcionando un entorno que mejorará el desarrollo de las raíces de las nuevas plantas. Estamos hablando básicamente de microrrizas.
  9. Añadir el líquido del depósito con bacterias al del sistema y conectar la bomba de agua.
  10. Una vez que se haya completado un ciclo completo y se haya llenado de nuevo el depósito del Coliseum, podemos para la bomba, realizar el replantado y comenzar un nuevo cultivo.

Consejos fuera de menú

Si tenemos en cuenta que aunque pequeñas, vamos a cultivar un gran número de plantas, no debemos caer en el error de calcular la potencia de la luz como si de un cultivo plano se tratara; recordemos lo que explicamos sobre el pensamiento cúbico. Si bien una lámpara de 600W proporciona más lúmenes que dos de 400W, sería insuficiente el uso de dos 600W pensando que equivaldrían a 1600W de 4 x 400W.

Lo ideal es un mínimo de 1.800W para desarrollar una canopia homogénea con todas las plantas creciendo de manera regular y manteniendo la misma altura. La iluminación en vertical es diferente, repartiendo la intensidad lumínica de una manera más equilibrada en un espacio cúbico. Es cierto que cuatro lámparas de 400W producen 224.000 lúmenes mientras que dos 600W dan 180.000, pero los lúmenes no lo son todo, y si se van a usar lámparas de 400W, entonces recomendamos mezclar espectros lumínicos y por una lámpara de halogenuros metálicos por cada dos de vapor de sodio.

Si usamos lámparas de 600W, podemos ahorrar un poco colocando dos y una 400W de halogenuros en medio, lo que suman 1.600 Wattios con 230.000 lúmenes de luz de amplio espectro. Apurando se pueden meter cinco lámparas de 400W en el Coliseum, pero dos 600W y dos 400W nos darán más rendimiento con menos temperatura.

No existen testimonios acerca del uso de lámparas de 250W pero, en teoría, con la combinación adecuada entre vapor de sodio y halogenuros metálicos, debería poder optimizarse el consumo eléctrico y subir el ratio gramo/vatio producido.

En la próxima entrega desvelaremos otros interesantes detalles sobre el cultivo en Coliseum que ayudarán a los que uséis este sistema a arañar eses gramillos por plata que amorticen la inversión realizada en el sistema. También empezaremos con otra cuestión de plena actualidad en los círculos del cultivo alternativo y urbano, y que ya se está aplicando en cannabicultura: El cultivo vertical en exterior. Hasta entonces, un saludo.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.

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