Home Artículos Psiconáutica Vida y obra de Albert Hofmann (I): A vueltas con el cornezuelo

Vida y obra de Albert Hofmann (I): A vueltas con el cornezuelo

0
hofmann

Albert Hofmann, el bisabuelo lisérgico, el gran investigador que nos abrió un nuevo mundo gracias a su casual y feliz descubrimiento, nos dejó el 29 de abril del 2008 para emprender su último y definitivo viaje, pocos días después de cumplirse los sesenta y cinco años de su famoso paseo en bicicleta bajo los efectos de la LSD (19 de abril de 1943), el primer viaje de ácido de la historia.

Deseo que esta serie de artículos sirva de homenaje a este personaje legendario de la psiconáutica, padre de la LSD y el primero en sintetizar la psilocibina y la psilocina. Mi objetivo es repasar algunos de los momentos más importantes de su vida y su obra, y centrarme en su trabajo sobre los derivados del ergot, en especial la Hydergina®, fármaco con propiedades nootrópicas y vasodilatadoras y oxigenadoras del cerebro. Esta droga es prima hermana de la dietilamida del ácido lisérgico (LSD-25), y las dos se obtienen a partir del ergot o cornezuelo del centeno, hongo del grupo de los ascomicetos, con el nombre científico de Claviceps purpurea, que crece en los granos de los cereales.

A pesar de la vitalidad y lucidez que demostró cuando se convirtió en centenario, la pérdida de su mujer el pasado 20 de diciembre le dejó sin ganas de vivir después de haber compartido con ella casi setenta y cinco años. Fue un duro golpe, y ya la celebración de su 102º cumpleaños, el 11 de enero de 2008, no tuvo ningún sentido para él. Su salud estaba realmente deteriorada cuando anuló la comparecencia prevista para el World Psychedelic Forum, que tuvo lugar del 21 al 24 de marzo en Basilea sin la presencia de nuestro gran hombre.

portadalibrohofmannpequena
LSD, la medicina del doctor Albert Hofmann

Biografía de Hofmann

La tranquila y siempre neutral Suiza fue el país que dio al mundo a nuestro célebre químico, tan humano, afable, genial y longevo. Albert Hofmann nació el 11 de enero de 1906 en Baden, pequeña ciudad del cantón de Argovia, 25 kilómetros al noroeste de Zurich y famosa por sus aguas termales. Creció en una familia modesta, si bien nunca declaró haber pasado grandes dificultades en su infancia. En el discurso que pronunció en la clausura del homenaje con motivo de su 100º cumpleaños declaró que pudo estudiar química gracias a su padrino, que fue quien le pagó los estudios, ya que su familia no tenía dinero y quería que se dedicara a algún negocio1. En cuanto a su vocación por esta carrera, en una entrevista con Josep Mª Fericgla2 manifestó que se inclinó por ella por motivos filosóficos. Cuando tenía diecinueve años le gustaban las humanidades (literatura, historia…), pero le interesaba estudiar la ciencia del mundo material para llegar conocer la esencia de la realidad. El mundo material existe y no puede cambiarse aunque discutamos sobre él, al contrario de lo que sucede en humanidades, donde siempre hay diferencia de opiniones. Ese interés por saber de qué está compuesta la realidad es lo que le impulsó a dedicarse a la química.

Paul Karrer (1889-1971) dirigió su tesis doctoral. Este profesor e investigador de química orgánica no debe recordarse sólo por haber dirigido a Hofmann, sino por ser una importante figura en la historia de la ciencia gracias a su contribución en las primeras investigaciones sobre las vitaminas A, B2 y C, y por haber sido el primero en sintetizar el alfatocoferol, la vitamina E. Recibió el Premio Nobel de Química en el año 1937 en reconocimiento a su trabajo.

En su investigación universitaria, el joven Albert logró la descomposición enzimática de la quitina mediante el jugo gástrico del caracol. Esta sustancia, que había sido aislada en 1830, es la materia del caparazón, las alas y las pinzas de los insectos y de otros animales inferiores, y su estructura química es análoga a la celulosa, la materia esquelética vegetal. Finalizada su formación con excelentes calificaciones, se incorporó al laboratorio de investigación químico-farmacéutica de los Laboratorios Sandoz, en Basilea, en la primavera de 19293. Comenta que eligió esta compañía porque así podía investigar sustancias naturales, dentro de su propósito de estudiar la esencia de la vida y ponerla en relación con el mundo material, razón por la que desechó otras dos ofertas que implicaban dedicarse a la síntesis química más fría. Hizo muy bien, ya que el doctor Arthur Stoll, fundador y director de la sección farmacéutica, pretendía aislar los principios activos de plantas medicinales con el objetivo de obtener sustancias puras y controlar así las dosis administradas. En sus primeros años en Sandoz se centró en la investigación de la planta escila, trabajo que concluyó en 1935. Deseando tener un nuevo campo de actividad, pidió permiso para retomar el trabajo sobre los alcaloides del cornezuelo del centeno que su jefe había iniciado en 1917. La ergotamina era ya un fármaco muy apreciado por su aplicación hemostática en los partos y como remedio contra la migraña, pero esos estudios se habían detenido. Stoll accedió a su petición, advirtiéndole que se encontraría con grandes dificultades porque los alcaloides del centeno son sustancias delicadas, de fácil descomposición e inestables. Comenta Hofmann: “Así quedó sellado el destino y tema principal de toda mi carrera profesional”. Tras sus estudios universitarios y su primera experiencia profesional, su brillantez estaba fuera de toda duda. Ahora el azar y su mente abierta darían paso a la genialidad.

Los antecedentes de la LSD y la Hydergina

Ciertamente, Hofmann es conocido por haber descubierto la LSD -o tal vez, como él mismo decía, fue utilizado por la LSD para poderse mostrar al mundo-, pero también aisló la psilocibina y la psilocina a partir de los hongos mágicos mexicanos. Y además, en el transcurso de su trabajo sobre las propiedades terapéuticas de los alcaloides del cornezuelo del centeno -su único objetivo inicial- sintetizó la Hydergina.

Dice Pío Font Quer4 que la composición del ergot es muy compleja, y que Albert Hofmann la dio a conocer en unas conferencias que ofreció en Madrid en 1953 y en un artículo publicado en una revista española5. Este hongo parásito contiene varios alcaloides (ergotoxina, ergonovina, ergotamina, ergosina, ergocristina, ergocriptina, ergocornina, ergobasina…), y el ácido lisérgico es el principal componente de los que presentan actividad farmacológica. Señala Font Quer que los griegos no conocieron las propiedades del ergot. Esta afirmación -discutible- está basada, con toda seguridad, en una revisión de los tratados antiguos de medicina y farmacología (por ejemplo, los de Hipócrates, Dioscórides y Galeno) y se apoya en que en Grecia existían pocos campos de centeno. Sin embargo, el cornezuelo también puede parasitar el trigo y otros cereales, y la tesis de Hofmann, Wason y Ruck -que sostiene que el kykeón o pócima sagrada de los misterios de Eleusis contenía alcaloides activos de este hongo- es bastante plausible6

Una vez más, la imprescindible obra de Escohotado7 viene en nuestra ayuda con valiosas referencias. Es interesante el dato de que en todo el territorio griego, sobre todo en la llanura de Eleusis, abunda el cornezuelo de los cereales, y además en una variante muy enteogénica y poco tóxica. Al contener una mezcla de alcaloides, su toxicidad, inocuidad o poder visionario depende de la proporción que presente de cada uno. Escohotado ofrece citas de autores griegos y latinos de diversas épocas que demuestran que conocían sus propiedades, ya que hacen alusión a ciertas características de los cereales contaminados que de lo contrario no tendrían sentido. El hecho de que no se mencionen sus efectos de forma explícita puede deberse al secreto que rodeaba a los misterios eleusinos, cuya revelación estaba castigada con pena de muerte, según ley. En ningún testimonio literario de aquella época se muestra el mínimo gesto de decepción o rechazo en torno a las revelaciones, lo cual prueba el impacto que ejercían en los iniciados, la fuerza visionaria del kykeón y su perfecta integración en la sociedad. Platón, Aristóteles, Esquilo, Cicerón y los emperadores Adriano y Marco Aurelio fueron adeptos, además de personalidades de gran inteligencia y cultura que, en caso de haber existido algún desacierto, sin duda lo habrían dejado por escrito. 

 

Referencias:

  1. http://es.youtube.com/watch?v=SInkOigeGno
  1. Entrevista de Josep Mª Fericgla a Albert Hofmann (28 de junio de 1997). Fuente: http://www.psiconautica.org/.
  1. Estos datos autobiográficos están tomados de su obra LSD – Mein Sorgenkind. Hay varias ediciones en castellano. He utilizado la publicada por Editorial Gedisa, con el título La historia del LSD.
  1. Font Quer, Pío. Plantas Medicinales. El Dioscórides renovado. Editorial Labor.
  1. Hofmann, Albert. “La estructura del ácido lisérgico”. Farmacognosia. 1953 Oct-Dec;13(30):333-55.  
  1. Hofmann, Wason y Ruck. El camino a Eleusis, publicado en español por FCE.
  1. Escohotado, Antonio. Historia General de las Drogas. Espasa Calpe.

 

Acerca del autor

NO COMMENTS

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Salir de la versión móvil