Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid, explica por qué considera que España debe legalizar el cannabis medicinal durante la presentación del Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM)
Cuando se habla de cannabis se suele hacer siempre la misma fotografía. Se piensa en jóvenes con rastas, que escuchan a Bob Marley y fuman sin otro motivo que la diversión. Esta fotografía, pese a ser reduccionista, es real. Pero no es la única.
Hay otra, bastante menos lúdica. Es la de personas con cáncer, esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn…o de aquellos que, un día cualquiera, sufrieron un golpe o una caída que los obligó a someterse a once operaciones de espalda en solo un año, como le sucede a Carola Pérez, que sufre dolor crónico neuropático, se sometió a la extracción del coxis y espera en breve su operación número doce.
Carola lucha cada día contra el dolor, solo apaciguado con el cannabis (toma Sativex, que no le basta y que le cuesta 510 euros) y eso, en cierto modo, lo que la ha llevado a intentar ayudar a otros poniéndose al frente del Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM).
El pasado martes en Madrid se hizo la presentación oficial del Observatorio y allí se reunieron investigadores, médicos y pacientes con el objetivo de acercar el cannabis medicinal al público general, precisamente el que suele olvidar la fotografía de los pacientes.
¿Antitumoral?
Ya hay estudios clínicos que demuestran que, en el caso del cáncer, los cannabinoides pueden ser útiles para paliar algunos efectos de la enfermedad como la pérdida de apetito, el dolor, o los efectos de la quimioterapia, como las náuseas o los vómitos.
Pero los investigadores quieren ir más allá y no solo investigar acerca de la función del cannabis como paliativo sino como antitumoral. Aún no hay estudios que lo demuestren, al menos en humanos, pero sí se han obtenido avances en animales.
«Trabajamos para dilucidar si los cannabinoides son compuestos antitumorales y ver si, combinados con otras terapias, podrían servir para el tratamiento efectivo del cáncer, al menos de los más malignos y con mayor incidencia», explica Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid.
También el Observatorio lleva otra línea de investigación basada en la relación entre los cannabinoides y las enfermedades neurológicas, sobre todo las neurodegenerativas como el alzhéimer, el párkinson, la esclerosis múltiple, o la esclerosis lateral amiotrófica para dilucidar si los cannabinoides pueden proteger a la neuronas y actuar como moléculas protectoras de la neurodegeneración.
Pero mientras se avanza en este campo, los defensores del cannabis medicinal piden en España algo, si cabe, más urgente para ellos: su legalización. Los enfermos, explica Guzmán, están ante una situación de inseguridad jurídica porque están usando un preparado de cannabis que, a día de hoy, es ilegal y eso pone al paciente en una situación desagradable en la que puede ser perseguido o se le puede poner una sanción administrativa.
Ejemplos en Alemania, Israel o Canadá
Pero otra cuestión relacionada con la ilegalidad, igualmente preocupante para los pacientes, es la falta de seguridad en las sustancias que se consumen. «Si no es legal, no hay control de calidad de la sustancia, no sabemos qué cantidad hay de los compuestos en la planta, es como si no supieras si te estás tomando un paracetamol de 100 mg o de 500 mg», ejemplifica Guzmán, quien recuerda que para cada paciente será necesaria una dosis determinada, así como la predominancia de determinado compuesto orgánico.
Esto se debe a que la planta contiene en total cerca de 60 cannabinoides, siendo mayoritarios el tetrahidrocannabinol (THC), responsable del efecto psicoactivo del cannabis, y el cannabidiol (CBD), que no tiene efecto psicoactivo. «Para algunas enfermedades es mejor el THC, pero como tiene efecto psicoactivo, se administra de forma escalonada, como con cualquier otro medicamento para disminuir estos efectos», señala.
Para España se está estudiando el mejor modelo de legalización. El Observatorio considera que es necesario tomar lo mejor de cada país (Israel, Canadá, Estados Unidos, Alemania u Holanda permiten el consumo de cannabis medicinal) y proponerlo en nuestro país.
«Lo más fácil sería usar dispensarios en ambulatorios del Sistema Nacional de Salud o algunos que ya se usan de forma legal en algunos clubes de pacientes destinados a la prescripción de cannabis medicinal y que las preparaciones estén estandarizadas y analizadas por laboratorios oficiales y como el cannabis es una planta compleja poder predecir si una una preparacion rica en THC o combinada con CBD, o THC puro en función de las enfermedades», concluye Guzmán.
Acerca del autor
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.