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Prácticas ecológicas para el cultivo indoor de cannabis

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En el caso del cannabis, el cultivo 100% ecológico sólo es posible en exterior, pero veamos qué podemos hacer para que nuestro cultivo indoor se acerque a este concepto.

por Mari SH

Aunque el cultivo indoor y el cultivo ecológico (entendiendo ecológico como aquél que utiliza prácticas respetuosas con el medio ambiente) son algo contrapuesto por definición, dado el gran gasto energético y las técnicas empleadas en el primero, podemos tomar una serie de medidas con las que reducir el consumo general de todos los recursos empleados, logrando así minimizar las consecuencias de nuestro autocultivo y ahorrar en esta tarea. Básicamente, esta serie de prácticas se basan en la regla de las tres erres (reducir, reutilizar y reciclar), que es aplicable a cualquier ámbito de nuestra vida cotidiana para disminuir el impacto ambiental de nuestros hábitos de consumo.

¿Qué es la agricultura ecológica?

La agricultura ecológica engloba el conjunto de prácticas agrícolas que intentan minimizar el impacto de esta actividad sobre el medio ambiente. Para ello se evitan el uso de fertilizantes o insecticidas químicos y de transgénicos por una parte, y por la otra se favorece el equilibrio ambiental y la obtención de vegetales sanos de gran calidad y sabor.

En el caso del cannabis, el cultivo 100% ecológico sólo es posible en exterior, ya que la iluminación y ventilación artificial producen un gasto energético que se obtiene normalmente de fuentes contaminantes. Aun así, esto no significa que no se puedan incorporar diversas prácticas de este método en indoor. A continuación te resumo una serie de acciones que puedes incorporar a tu procedimiento de cultivo, no sólo para hacerlo más ecológico, sino también para reducir gastos innecesarios.

La primera y más importante de las tres erres: reducir

Reducir el consumo de cualquier elemento empleado en el cultivo te permitirá hacer una menor inversión a la larga y maximizar el beneficio de los recursos empleados. Para lograr una disminución del gasto deberemos atacar a varios frentes, y el primero de ellos es la planificación del cultivo.

En primer lugar, y aunque suene algo contradictorio, para reducir el gasto hay que aumentarlo inicialmente, es decir, cuando se monta un cultivo indoor, hay que invertir en ello sin escatimar en aquello que es necesario y, además, es muy aconsejable comprar materiales y aparatos de alta calidad que tengan una gran durabilidad. De nada nos servirá ahorrarnos unos euros en un ventilador del chino si a los seis meses tenemos que comprar otro, generando así más gasto y más basura. Ten en cuenta que los aparatos empleados en el cultivo indoor pasan muchas horas en funcionamiento y es fundamental que sean resistentes y duraderos.

Un hábito que te permitirá resistir mejor a las plagas y enfermedades, disfrutar de una mayor tranquilidad en tu cultivo y que incluso puede llegar a ahorrarte la compra de determinados aparatos más o menos costos es la elección de la genética adecuada. En agricultura ecológica se suelen emplear variedades adaptadas a la climatología de la zona por tal de minimizar la inversión de recursos en su cuidado. Si vives en una zona donde la humedad ambiental es muy elevada, por ejemplo, lo ideal es que escojas variedades resistentes a las patologías más comunes de este tipo de condiciones, que en este caso serían los hongos. Cultivar este tipo de plantas en estas circunstancias supondría un ahorro en productos fitosantiarios y tal vez en deshumidificadores. Si por el contrario vives en una zona muy seca y calurosa, lo ideal sería que escogieras variedades resistentes a la araña roja y las condiciones de baja humedad ambiental, ya que esto te permitiría economizar el uso de insecticidas y humidificadores. Además, como práctica de cultivo ecológico fundamental, para combatir las plagas y enfermedades utilizaremos siempre productos de origen biológico y respetuosos con el medio ambiente, prescindiendo de insecticidas o fungicidas químicos. Uno de mis favoritos para prevenir y tratar la aparición de hongos es la infusión de cola de caballo, ya que he podido comprobar de primera mano su efectividad en numerosas ocasiones. En cuanto a las plagas, podemos utilizar insecticidas a base de piretrinas u otros compuestos orgánicos o aceite de neem.

El ahorro en el consumo energético es otro de los aspectos a considerar si queremos hacer más ecológico nuestro cultivo indoor. En este sentido hay varias opciones y dependerán siempre de las necesidades y posibilidades de cada cultivador. Una de ellas es el empleo de iluminación LED, cuyo gasto es menor que el de las lámparas DAI. Sin embargo, los equipos de iluminación LED todavía tiene un coste bastante elevado, por lo que si utilizas lámparas de descarga de alta intensidad, otra opción muy recomendable es la adquisición de un balastro electrónico. Las ventajas de éste frente al electromagnético son la reducción de un 25% de la energía consumida, así como una mayor eficacia de la bombilla y un ligero incremento de la vida útil de la misma. Además, existen balastros electrónicos regulables que permiten escoger la potencia de iluminación según la etapa de cultivo en que nos encontremos, pudiendo utilizar 250 o 400W para el crecimiento, y 400 o 600W para la floración. Por último, también disponemos de la iluminación fluorescente que, aunque arroja una producción menor, también nos permite ahorrar energía.

En lo referente al consumo energético en general, lo mejor para ahorrar y ser más ecológicos es que, si se puede, se apaguen los focos en verano y se cultive en exterior. No obstante, hay muchos cultivadores que no tienen esta posibilidad, por lo que sustituir la luminaria por una de bajo consumo en esta época ayudará a ahorrar en iluminación y refrigeración, además de reducir ligeramente el riesgo de plagas que puedan derivarse del excesivo calor que generan las lámparas DAI en aquellos cultivos sin aire acondicionado.

Otro de los elementos vitales empleados en el cultivo y del que debemos optimizar la utilización es el agua. Hay muchos cultivadores que suministran grandes cantidades a sus plantas dejando que ésta se acumule en el fondo de las bandejas y, en lugar de regar cada día, riegan entre dos y tres veces por semana. He visto muy buenos resultados utilizando este método, pero personalmente prefiero utilizar menos agua y regar cada día porque me permite controlar mejor la fertilización, evitar el riesgo de podredumbre radicular y asegurarme de que las raíces siempre están húmedas, además de utilizar la cantidad de agua justa y necesaria.

En lo referente al fertilizante, también podemos optimizar su uso mediante la utilización de aguas de buena calidad y el empleo de micorrizas y microrganismos beneficiosos. Por una parte, si empleamos agua de mala calidad para el riego facilitaremos la acumulación de sales en el sustrato si ésta tiene una EC muy elevada, o bien impediremos la correcta absorción de los nutrientes si el pH no está ajustado correctamente. Por tanto, utilizar este tipo de agua podría llevarnos a una fertilización incorrecta debido a los problemas que puede causar, ya que en ambos casos es bastante probable que aparezcan carencias que normalmente se intentan arreglar con la adición de más abono sin solucionar realmente el problema. Además, si impedimos la acumulación de sales en el sustrato también evitaremos tener que hacer lavados de raíces, ahorrando así agua y trabajo. Por otra parte, el empleo de micorrizas, trichoderma u otros microrganismos beneficiosos nos permitirá aprovechar al máximo el abono aplicado y por tanto economizarlo. Para crear una simbiosis y mantener la actividad beneficiosa de la vida que pueda albergar el entorno radicular es necesario el empleo de fertilizantes biológicos. Su uso no sólo es más ecológico, sino que la marihuana resultante, al igual que ocurre con los alimentos bio, suele tener un mejor sabor.

La segunda erre: reutilizar

Aunque la reutilización en indoor está limitada a ciertos elementos más bien duraderos como las macetas o las bombillas, que se pueden utilizar en más de un cultivo, hay algunos otros que son reutilizables y que normalmente desaprovechamos. Uno de ellos sería el sustrato que solemos desechar tras la cosecha. Hay ciertos tipos de sustrato que se pueden volver a utilizar, pero también hay muchos cultivadores que no lo hacen por comodidad o desconocimiento. Los slabs de coco, que sirven para varios cultivos si se lavan correctamente, son un buen ejemplo de ello, siendo además la obtención de la fibra de coco respetuosa con el medio ambiente, a diferencia de lo que ocurre con la turba. También se puede reutilizar la arlita de los hidropónicos, siempre y cuando le quitemos las raíces muertas y la esterilicemos bien. El resto de sustratos, si bien no es aconsejable reutilizarlos para el cultivo en de cannabis en interior, se pueden usar para el cultivo en maceta de otras especies vegetales como plantas ornamentales u hortalizas. Si decides reutilizarlos mezclándolos con la tierra de un huerto, ten en cuenta que es aconsejable haberlos lavado previamente para quitar los posibles excesos de sales y que ni la lana de roca, ni la perlita son biodegradables.

Otro de los elementos que se puede reutilizar para otros cultivos distintos al cannabis es el agua del tanque del hidropónico, es decir, si cultivas marihuana en hidroponía y además tienes otro tipo de plantas, cuando cambies el agua del tanque, en lugar de deshacerte de ella, la puedes aprovechar para fertilizarlas.

La tercera erre: reciclar

Si reutilizamos los elementos empleados en el cultivo nos daremos cuenta de que realmente nos queda poco por reciclar. Aun así habrá ciertos deshechos, como los envases de los fertilizantes, las bombillas que han perdido potencia o los troncos y raíces. Llevarlos a cada uno a su contenedor correcto (o punto de recogida para el caso de las bombillas) será el último de los pasos de un cultivo indoor “ecológico”.

En resumen, si racionalizamos nuestro cultivo con las sencillas prácticas aquí descritas, lograremos un reducir el consumo de energía, agua y otros elementos, así como los gastos a largo plazo. Hacer nuestro cultivo más ecológico no sólo es beneficioso para el planeta, sino también para nuestro bolsillo, ya que reduciendo el consumo e invirtiendo en materiales duraderos se reduce la inversión necesaria a lo largo del tiempo. Además, otra de las ventajas que presenta el cultivo ecológico es que las plantas alimentadas con nutrientes orgánicos suelen ser más resistentes a plagas y enfermedades, así como tener un mejor sabor y olor.

Espero que te haya gustado el artículo y que pueda serte de utilidad para optimizar tu indoor y hacerlo más ecológico.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.

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