Cannabis Magazine 213

prolongación de la vida en condiciones penosas. “No, no, Fernando, por favor, yo no quiero morir así”, me repetía cada vez que recordaba a su amigo, el cantautor Luis Eduardo Aute, quien pasó los dos últimos años de su vida en muy malas condiciones tras haber sufrido un infarto cerebral. Sin tener ninguna enfermedad crónica o degenerativa que hicieran presagiar un final dificultoso, la búsqueda de un eutanásico accesible, rápido, eficaz y susceptible de ser autoadministrado por vía oral era uno de los temas recurrentes en cada una de mis visitas. Este miedo recurrente se prolongó hasta la última vez que nos vimos. Antonio se había trasladado a vivir a Ibiza hacía un año, manteníamos contacto habitual por correo electrónico y me desplacé a visitarle en un par de ocasiones durante el último verano. En aquella ocasión hablamos sobre la recién aprobada ley de eutanasia y quedamos en abordar el tema cuando llegara el momento. Nada hacía prever entonces que, cuatro días después, Antonio Escohotado fallecería de forma rápida, tranquila y con tiempo para despedirse de los suyos. Solo me quedé con ganas de decirle: “¿Lo ves, viejo pesado y gruñón? Tanto tiempo angustiado y anticipando un hipotético sufrimiento que nunca llegó… tantas horas dándome el coñazo con el tema para luego morirte como habías deseado”. En una de mis visitas a Torrelodones y de forma imprevista abrió un cajón, sacó una cajita vieja de cartón y me la ofreció diciéndome: “Ahora ya sé a quién tengo que darle esto. Toma: del Doctor Hofmann para el Doctor X”. El envase contenía seis ampollas de psilocibina comercializada por Sandoz en los años 60, que Albert Hofmann le había regalado a Antonio y que ahora conservo entre mis tesoros más preciados. Comprenda el lector que conserve parami intimidad otrosmuchosmomentos, recuerdos y anécdotas de una relación que fue corta en el tiempo, pero intensa. Hay amistades que se generan y se cultivan de forma mantenida a lo largo de los años, y otras que surgen de forma intensa e inesperada. Mi amigo Antonio está, para siempre, entre las segundas. “ “ UNO NO DEBE HACERSE AMIGO DE SUS PACIENTES, PERO SIEMPRE HAY EXCEPCIONES

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