Todos reímos a la vez. Colocamos nuestras húmedas ropas junto a una chimenea que tenía el bar, nos tapamos con abrigos de los colegas y comenzamos a beber primero y a cantar después. No hubo presentaciones. Aunque insistí, no quiso darme su nombre. Tampoco ella saber el mío. Me dejó muy claro que, cuando se secara su ropa y cerraran el bar, ella se iría. Así que decidí no agobiarme y disfrutar de su compañía, la de mis amigos, la del licor café y la de los canutos mientras pudiera. Y, para estirar más aquella aventura, le pedí al tabernero que nos dejase alargar el mayor tiempo posible la noche en su local. Después de varias horas de fiesta y buen rollo, mis amigos estaban agotados y se fueron retirando a las habitaciones, la ropa ya estaba más que seca y, al final, solo quedábamos los dos en una pequeña mesa del bar. Se vistió. Yo también. Me hizo un gesto para que la siguiera. Ya fuera del bar, se volvió hacia mí y me preguntó: —¿De verdad quieres hacer cine? —Sí. —No lo hagas. El cine que tú amas ya no existe, te consumirás intentándolo. Dentro de nada serás viejo y habrás perdido el tiempo Yo, abofeteado por su sinceridad y por su forma de hablarme y futurizarme le pregunté: —¿Quién eres? Y ella contestó mirándome fijamente: —En realidad, sí que soy una sirena. —Y yo un merluzo. Y así, asumiendo que nuestro amor a largo plazo sería imposible, nos despedimos con un beso, esta vez cariñoso y sin lujuria. Vi cómo caminaba hacia el mar mientras desaparecía y (quiero creer que) se volvió a zambullir en el agua. ¿Se puede pedir más? EL FESTIVAL DE NEGOCIOS INTERNACIONAL PARA PRODUCTOS DE LA PRÓXIMA GENERACIÓN WWW.EVO-NXT.COM LEADING THE CHANGE. 10–11 DE MARZO DE 2023 MÁLAGA ESPAÑA LLEGAR A SER EXPOSITOR “ “ AUNQUE INSISTÍ, NO QUISO DARME SU NOMBRE. TAMPOCO ELLA SABER EL MÍO. ME DEJÓ MUY CLARO QUE, CUANDO SE SECARA SU ROPA Y CERRARAN EL BAR, ELLA SE IRÍA
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